EDUCADOR.- Nació en Zurich, Confederación Helvética, actual Suiza, en 1746 y fue educado por su madre que era bondadosa pero NO débil, quizá por eso no se acomodó fácilmente a las exigencias de la disciplina doméstica y tras leer el “Emilio” de Juan Jacobo Rousseau, sufrió la influencia del movimiento naturalista y se volvió un muchacho revolucionario.
Había comenzado a estudiar para hacerse Pastor protestante, cambió a Derecho y finalmente se hizo empleado público, pero como nada le agradaba probó la agricultura con el deseo de mejorar los cultivos y llevar una vida acorde con su naturalismo filosófico.
En 1769 contrajo matrimonio con Ana Schulthe, hija de un rico comerciante, fiel y abnegada compañera de su vida, instruida y de hermoso carácter y tuvieron un hijo llamado Jacobo, que murió años más tarde cuando ya era casado y padre de Gottiieb, niño quien vivió con su abuelo Pestalozzi los dos últimos años de la existencia de éste.
Con su hijo Jacobo tuvo la oportunidad de comprobar sus métodos y los propios de la educación libre y natural expuestos en el “Emilio” de Rousseau. Así fue como se inició en la gran misión de su vida, cambiar algunos conceptos de Rousseau y prolongar otros. Primero editó una obra de investigación pedagógica sobre la infancia que denominó “Diario de un Padre” considerada entre las más importantes en este género.
En 1774 fundó con el nombre de Neuhof un establecimiento para educar niños abandonados, ejercitándoles en los principales oficios domésticos e industriales para hacer de ellos hombres provechosos, al tiempo que les enseñaba a leer y a escribir, a contar, les daba religión y cualquier otra educación ocasional. Durante el verano los niños trabajaban en el campo y en el invierno se dedicaban a hilar y a tejer, esperando Pestalozzi que el Instituto se pudiera mantener por sus propios medios pero a pesar de que pidió y suplicó ayuda “a los amigos y bienhechores de la humanidad”, tuvo finalmente que cerrar en 1780 tras perder la fortuna de su esposa. Desde entonces vivió en su finca silenciosamente pero con optimismo, pues decía que el fracaso de sus
proyectos no se debía a su propia índole sino a su inexperiencia que le llevaba a cometer errores…”
Escribió y publicó numerosos ensayos educacionales que pronto cobraron fama en el mundo de las ideas. En 1780 salieron “Las veladas de un solitario” programa que contenía sus posteriores actividades pedagógicas, estableciendo que para hacer profesionales primero debía desarrollarse las aptitudes y las energías de cada quien.
Poco después editó “Leonardo y Gertrudis”, novela que causó conmoción en Alemania y en Suiza, pues acertó con el tono genuinamente popular y tomó el argumento del pueblo, la aldea de Bonnal, que está económica y moralmente arruinada por la ligereza, liviandad, vida tabernaria de sus habitantes y por el descuido de las obligaciones domésticas y civiles. La culpa principal radica en al Alcalde, el tabernero Huimmel, espíritu malo del pueblo, pero todos los daños se remedian en la familia cuya alma es Gertrudis, que logra mejorar a su marido entregado a la bebida. También actúa en provecho de todos Junker Arner, que depone al Alcalde. El maestro Gluifi sustituye al anterior maestro que era un ignorante. El Párroco Ernest contribuye a la renovación moral. El fabricante de algodón Meier paga a los obreros su justo jornal, de suerte que la familia, el estado, la escuela, la iglesia y el trabajo de la fábrica contribuyen a la renovación de la vida popular y los beneficiosos resultados obtenidos animan al Duque, de quien depende la aldea, a introducir las mismas reformas en el estado. Toda la renovación partió de Gertrudis, mujer pobre e ignorante, a la cual acudieron los demás para aplicar sus consejos en diferentes sectores, de suerte que con devoción, paciencia, industria, prudencia y habilidad se transformó la sociedad entera. “Leonardo y Gertrudis” fue un best seller de ese tiempo.
En 1798, bajo la influencia de los franceses, la Confederación Helvética pasó a ser una República unitaria y como muchos soldados habían fallecido dejando huérfanos, el gobierno creó en Stanz una casa – escuela y se la dio a Pestalozzi en administración, donde permaneció nueve meses como maestro, tiempo en el cual publicó otro de sus libros que tituló “Cartas al amigo Gessner sobre su residencia en Stanz” con indicaciones de nuevos métodos pedagógicos.
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Pestalozzi tomaba las experiencias y acontecimientos cotidianos para enlazar con ellos, de la mejor forma posible, la instrucción intelectual y moral de los educandos. Echaba mano de los niños mayores para que le sirvieran de ayudantes y juzgó que se podía simplificar tanto los métodos de enseñanza, al punto que cualquier hombre vulgar pudiera enseñar a sus hijos. Más, en 1799, el Orfanato fue transformado en Hospital Militar y Pestalozzi despedido.
En 1801 había editado “Cómo Gertrudis enseña a sus hijos” exposición práctica de su sistema y casi enseguida, de todas partes surgieron otras obras pedagógicas como el ‘’Libro de las Madres”, ‘’El A.B.C. de la institución”, “La Doctrina intuitiva de las relaciones numéricas o libro de cálculo”, etc., escritas por sus seguidores, con su método, pues ya era un pedagogo famosísimo.
Ese año de 1801, instalado en la escuela elemental de Burgdorf, hizo sus primeros experimentos sobre la Psicología de la Educación fundamentándola en las leyes de la naturaleza, para conducir gradualmente a los niños por pasos formales, a fin de que al asimilar cada paso subieran al siguiente. Los niños habían de aprender a ver, pensar y hablar antes que a leer y a escribir. Al año siguiente fundó con tres cooperadoras, en el Castillo de Burgdorf, un Instituto dedicado a la instrucción de los hijos de ciudadanos pudientes y pobres, así como también una sede para formación de profesores. Este Instituto adquirió gran fama en Europa. Los espíritus más preclaros saludaron sus métodos como beneficiosos para la humanidad. Todo allí era espontáneo y vivo, agradaba también la cordialidad entre alumnos y profesores, que chocaba con los métodos tradicionales del magister dixit. Pestalozzi ejercía profunda influencia sobre las almas, tenía un encanto personal, acostumbraba orar por las mañanas y las tardes ante el alumnado.
En 1805 abrió un nuevo establecimiento en Iverdón y aumentó su fama. De todas partes le llegaban visitantes ilustres y muchas veces buscaban residencia jóvenes educadores, personalmente o enviados por sus gobiernos, para admirar y aprender su obra. Fichte señaló en un célebre discurso que el método de Pestalozzi era el único capaz de reconstruir a Alemania. Su vida era muy agitada. Desde las dos de la mañana comenzaba a escribir ensayos y exposiciones. Al rayar el
alba iniciaba su labor propiamente de educador. La publicación de un semanario para la cultura humanitaria le acarreó numerosos émulos. Sus colaboradores Niederer que enseñaba filosofía y Schmid matemáticas, empezaron a discutir agriamente, deteriorando el orden y la disciplina.
Su ficción de la paternidad transportada (de padres a maestros) no fue posible dado el gran número de alumnos y la disparidad de edades entre ellos, de suerte que en 1809 la Dieta de Suiza realizó una investigación y el padre Girad, sacerdote franciscano escribió un informe no muy favorable a Pestalozzi, indicando que llevado por su celo había roto la armonía con los demás centros dé educación. Finalmente en 1825 hubo de cerrar sus puertas Iverdón ante el desaliento de su Director. Mas no se crea que todo era positivo, también tuvo detractores que llegaron a arrebatarle el Castillo para obligarlo a salir con su escuela a otro lado.
Retirado en ‘’Neuhof” escribió “El Canto del Cisne” descubriendo el proceso de su desenvolvimiento intelectualyagrupandoloselementos de su sistema educacional. Murió en 1827 y fue enterrado en Birr junto a su última escuela, donde cotidianamente había concurrido los últimos tres años de su vida a enseñar a los parvulitos.
Con ocasión de su primer centenario se inauguró un Monumento en su honor con la siguiente inscripción: “Salvador de los pobres en Neuhof, predicador del pueblo en Leonardo y Gertrudis, Padre de los huérfanos en Stanz. Fundador de la Escuela Popular en Burgdorf y Munchebuchsee. Educador de la Humanidad en Iverdón. Hombre cristiano. Ciudadano. Todo para los demás, nada para si. ¡Bendecir su nombre!
De vida ejemplar, fue el arquetipo del educador moderno. Amó al hombre, a la humanidad y trabajó por ella. Abnegado, humilde, sacrificado, perseverante, entusiasta, tuvo fe en el triunfo final de su empresa, llegando a decir “Cuando considero mi obra debo reconocer que nadie era más incapaz que yo para cumplirla; sin embargo, la he cumplido. El amor ha permitido hacerlo…” I aunque nunca formuló claramente sus principios educativos, se podría indicar que siempre pensó en formar al hombre completo, conociendo su naturaleza en cada caso. Sus ideas metódicas pueden resumirse de la siguiente manera:
La intuición es el fundamento de la instrucción. En cada ramo se ha de comenzar por los elementos más sencillos y elevarse gradualmente conforme el desenvolvimiento del niño, por series psicológicas encadenadas. Hay que detenerse bastante en cada punto. La enseñanza se ha de acomodar al desenvolvimiento del alumno no al orden sistemático de la ciencia. La individualidad del alumno ha de ser sagrada para el educador. El fin principal de la enseñanza elemental no es comunicar al niño conocimientos o habilidades sino desenvolver sus energías intelectuales. Al saber se hade unir el poder, a los conocimientos la practica. La disciplina y las relaciones entre el maestro y el discípulo han de ir fundadas en el amor y en la subordinación a él. La instrucción se ha de subordinar al fin principal de la educación.
Finalmente manifestó que la mayor aspiración de la educación constituye el desarrollo de la naturaleza humana, que debe estar sometida al imperio de las leyes naturales, a la cual, toda educación cabal debe conformarse. Su procedimiento de enseñanza se basaba: En la lectura, empleando letras movibles con las que se pudieran formar palabras. En Historia, había que comenzar por la local. En Geografía, el punto de partida es la casa natal, el pueblo de origen. La Historia Natural se aprende con los objetos mismos o sus representaciones. La Aritmética por medio de tableros y objetos concretos La Geometría a través de cosas materiales. La Música por audiciones. La Gimnasia acompañada de cantares.
No quería ni libros ni cuadernos en las escuelas pero aceptaba que el entorno o lo que se dice el habitat, debía ser considerado como un libro abierto para los alumnos. Tampoco gustaba de horarios, ni temas expresos, pues seguía la sugestión del momento. La enseñanza era enderezada a la inteligencia antes que a la memoria, los alumnos debían repetir simultáneamente y con ritmo las instrucciones del maestro. Mientras explicaba hacía dibujar, proponiendo ejercicios en varias cosas a la vez. La ultima hora se consagraba a una tarea de libre elección a fin de desarrollar la iniciativa. Usaba monitores escogiéndolos entre los niños mayores, por eso se ha dicho que la enseñanza mutua ya se practicaba en las escuelas de Pestalozzi cuando Bell la descubrió en Madras, India, llamándola ‘’Escuela Lancasteriana o de Monitores”.
Se le ha criticado por ser racionalista y pensar que el Dios único es el amor universal visible en todas las cosas, desde el rocío mañanero hasta el sol, pasando por el hombre. Tampoco concedió importancia a las religiones pues como era discípulo de Rousseau creí en la bondad ingénita de las criaturas. Por eso no enseñaba ni moral ni religión, esforzándose en despertar el sentimiento de cada virtud antes de mentar su nombre. Luego llegó a suprimir las oraciones por considerarlas propias de cada quien. La instrucción religiosa era en exceso vaga e imprecisa pues preconizaba que el buen sentido había enseñado a los hombres a distinguir -hacía ya milenios – lo bueno de lo malo.
Buscó el mejoramiento de las clases pobres por la instrucción, nunca aspiró a nada más que a ser un simple maestro de escuela y dejó por discípulos más ilustres al Padre Girara, a Froebel, a Herbart entre otros de nombres menos conocidos.
En lo personal era despechugado, nada limpio y mascaba a menudo un extremo de su corbata. No conocía de programas ni de horarios, tampoco de libros o cuadernos, era lo que se dice un admirador incondicional de cada naturaleza, respetando las desigualdades, admirándolas incluso, pues en la variedad encontraba la mano del buen Dios, más, su métodsdo educativo se aplicó exitosamente en occidente y por supuesto en el Ecuador.