Oramas Agustín.

  • El caso de Agustín de Oramas es muy suigeneris: el 11 de febrero de 1785 al Cabildo pidió 1.000 pesos, al 3% y el 1ero de marzo del siguiente año repite su petición; se le contesta el 21, que no hay lugar al préstamo “por haber gastos más precisos” pero el 28 de mismo mes de marzo se resuelve darle dinero, más sólo 800 pesos. En navidad de 1780 con el préstamo supuestamente requetevencido, el cabildo recibe una comunicación del Tribunal de Cuentas en Quito, para que “Informe lo que le ofrezca en orden a la representación que acompaña de don Agustín de Oramas, solicitando no se le estimule a la devolución de ochocientos pesos de principal que reconoce a favor de propios” ( propios=renta o bienes del cabildo). Oramas no pagaba no porque no podía, sino porque siendo “enfiteuta y arrendatario de las covachas de la Plaza del Mercad” le sacaba demasiado provecho al dinero como para devolverlo. Era Secretario de gobierno y pretendía tan solo dilatar el pago . En Febrero de 1790 acude directamente al Cabildo pidiendo que los 800 pesos ” se los deje a censo perpetuo o se le concedan dos años más para su devolución.” pero el cabildo fue más terco y vivo. En marzo 9 de 1790 logró Oramas que se le aceptase devolver los 800 pesos, ” siempre y cuando se le pida para la construcción de la obra de la Real Carcel (pero) sin haber lugar al censo perpetuo ni al plazo de dos años” Y en efecto se le pidió el dinero para aquel fin, en mayo y lo tuvo que cancelar con un libramiento a cargo de Diego Pimentel Olmedo.-