Falleció en Ibarra, tullido, a consecuencia de la humedad que había sufrido trabajando en la empresa de la conclusión del camino, en la expedición de Troya.
Era peruano y a su muerte, su madre, que vivía en Lima, renuncio en la corona todos los derechos que heredaba, en virtud del contrato que su hijo había celebrado para llevar a cabo la apertura del camino a Esmeralda en el cual por muchos años ya nadie volvió a ocuparse.