MASPONS Y CAMARASA PEDRO

EMPRESARIO.- Nació en la casa construida por orden de su padre en Granollers, Vallés oriental, Cataluña, España, el 27 de Abril de 1885. Fue el octavo de una larga familia compuesta de catorce hijos formada por Pedro Maspons y Cadafalch, agrimensor y heredero de la masiá de Can Maspons de la Valls, en Santa Eulalia de Ronsana, que estando de Alcalde de Granollers en 1875 fue raptado por una banda de guerrilleros Carlistas sin mayores consecuencias, y de Apolonia

Camarasa y Vinyamata, natural también de Granollers, población que actualmente y dada su vecindad, se encuentra anexada como un barrio más de Barcelona.

Estudió la primaria y ofició de monaguillo en la escuela de las madres Carmelitas vecina a su casa, construida sobre una manzana de terreno que les había obsequiado su abuelo para facilitar la educación de los niños. Luego pasó al Instituto de Figueres y obtuvo el título de Bachiller el 3 de Junio de 1902. Cerebral e intelectualizado, escribía y hacía

versos en catalán y cantaba muy bonito; su madre lo puso a estudiar para sacerdote, aprendió latín y teología, pero como estaba enamorado de su vecina – por la calle de atrás lindaban ambas casas – la de él y la de Shara Bigas y Montañá, inventó una enfermedad y logró salir del Seminario. Ella era hija de uno de los Abogados Procuradores de Granollers, estudiaba piano, canto y francés en el Conservatorio del Liceo de Barcelona y tenía una “primorosa voz de soprano coloratura”.

Entonces comenzó el estudio de la Química y Farmacia y para ayudarse consiguió empleo en la farmacia “Vicens Ferrer” de la plaza Catalunya, en Barcelona. Pronto descubrió que en España no iba a hacer fortuna y quiso viajar a América pero su madre se opuso. En 1904 ella falleció, entonces insistió ante su padre, quien le dio por condición que consiguiera un contrato de trabajo. Su amigo Camilo Mulleras y Garrós había emigrado a Colombia y tenía una farmacia en Buga, de manera que a través de la familia logró el tan ansiado contrato y pudo viajar a tierras americanas. Antes de partir su padre le dio una bolsita con dinero suficiente para regresar y le dijo “Esto no se toca” pero yo quiero tener la seguridad de que si te va mal, tienes con que regresar.

Con algunos paisanos que también venían permaneció algún tiempo en las costas venezolanas, pero viendo la insalubridad del clima, decidió seguir a Colombia. En el puerto de Barranquilla no le permitieron desembarcar por la cuarentena de la fiebre amarilla y como la siguiente parada era Guayaquil, se vio obligado a seguir en el vapor y arribó el 7 de Septiembre de 1905 con una libra esterlina de oro en los bolsillos como único capital.

Pronto consiguió empleo como droguista en la “Botica del Comercio” de los Dres. Glaessel y Blum y cuandoreunió los primeros quinientos sucres los entregó a Pilar de Grau e Iscla, dama catalana de su confianza, como un soporte al capital que ella estaba reuniendo para establecer un Taller de confecciones, modas y sombreros para señoras. Al cabo de cuatro meses ella se los devolvió duplicados y como se había dado cuenta que la venta de vinos era buen negocio porque su amigo el mallorquin Lorenzo Tous lo había invitado a una kermes en el parque Seminario, donde se consumieron varias botellas a precios exorbitantes, escribió a su padre solicitando mostos de vinos españoles sacados de sus propias bodegas, recibió la primera remesa de barricas, puso un alambique en la parte posterior de su departamento y empezó a preparar vinos que él mismo envasaba, etiquetaba con la marca “Monserrat” y vendía en un almacén de comestibles o pulpería, como entonces se los llamaba, bajo el nombre de “Los Bohemios”, en la calle Pichincha No. 710, a medias con Pompeyo Herreros, otro mallorquin que había trabajado para Jaime Roldós i Baleta pero al poco tiempo el socio aceptó una mejor oferta de Roldós, volvió a ocupar su antiguo trabajo y Maspons tuvo que salir de la Botica del Comercio para atender el negocio.

Sus conocimientos de química le fueron muy útiles para preparar vinos de mesa en su departamento. También logró refinar – suprimiendo el óxido de hierro – una enorme cantidad de alcohol proveniente del ingenio Porvenir en las islas Galápagos y fue fácil venderlo a Francisco Ortiz Romero con pingues ganancias.

En 1906 fundó con el joven José Tibau la casa “Maspons y Cía.” Para toda clase de ventas y para exportar lana de oveja y con la ayuda de Agustín Villamata i Camarasa, acaudalado primo de su madre, socio de la casa de comercio “Villamata y Hutlinger” en Hamburgo, abrió crédito en Europa para importar abarrotes y vinos.

En 1908, con una fortuna saneada, dedicó su atención al café, producto noble pues mejora su calidad cuando se guarda y descubrió que los granos mal conformados y de una sola pepita, llamados caracolillos, contienen mayor proporción de cafeína que los demás; de manera que procedió a seleccionar por el tamaño, siendo el primer exportador de café ecuatoriano en tener sus marcas registradas. En 1909 instaló una tostadora, produjo paquetes de café molido con el nombre de “El Escudo catalán” y en

1914 empezó a negociar café, lana de ceibo, cascarilla, tagua, cueros y pieles e inició su exportación hacia Barcelona. Con el pasar del tiempo se convirtió en el primer exportador de café en el Ecuador. Igualmente se dedicó a otros productos menores con sucursales en Guamote, Guaranda, Alausí, Cuenca e Ibarra.

A fines del año 1909 arribó su hermano Agustín casado con Beatriz Margarit y como aparentaba mala salud debido a su notable delgadez fue enviado a trabajar en una sucursal abierta en la sierra, cuyo clima era más sano que el de Guayaquil.

En 1910 ya giraba con un capital de ochenta mil sucres. En 1911, mientras preparaba viaje para casarse con su prometida, un voraz incendio destruyó su almacén y bodega. El gerente del Banco del Ecuador, Eduardo Arosemena Merino, le aconsejó que se case por poder para que la novia venga a América mientras él levantaba nuevamente sus negocios, lo que efectivamente realizó. La boda se realizó en Granollers y fue representado por Jaime Maspons i Camarasa, su hermano mayor.

Con tal motivo viajó a esperarla en ^ Colón en la zona del Canal de Panamá.

Ella llegó con Angela Cuspinera, una dama de compañía. Instalados en Guayaquil, comenzó la familia y tuvieron cinco hijos. Hacían una espléndida pareja pues él poseía una hermosa voz de tenor y amplia cultura musical y por las noches cantaba a dúo con ella al piano. Fueron buenos tiempos, sus vinos preparados químicamente con alcohol nacional se vendían rápido, sobre todo durante el tiempo que duró la I Guerra Mundial que impidió que continuaran normalmente las remesas de licores europeos, aumentó la clientela, creció su capital.

En 1918 viajaron juntos a los Estados Unidos, visitaron las cataratas del Niágara y en New York asistieron a la temporada de óperas. En 1919 falleció su cuñada Beatriz, esposa de su hermano Agustín, estando embarazada y de fiebre amarilla. Tan impresionada quedó su cónyuge, que decidió llevarla con sus hijos a Granollers, donde planearon una larga temporada.

Entonces adquirió la casa familiar a su hermano Jaime que la había heredado por ser el hereu, es decir, el mayorazgo, y matriculó a sus hijos en la Academia de San Antonio. A fines del 20 regresó con su esposa y las dos

como Zaruma y Loja, tenía mayor concentración de cafeína en las pepas pequeñas, al revés del café de Liberia, cuya variedad no se conocía en nuestro país, donde la pepa grande es mejor.

I tan bien le fue en el negocio de venta al menudeo y exportación de café que en 1937 fundó “Intercambio y Crédito S. A. “que junto a la anterior, en cierta época llegaron a tener más del cuarenta por ciento del mercado nacional, en un país donde la producción está en manos de los pequeños caficultores.

Cada tres años volvía a Granollers a visitar a sus hijos y aprovechaba su estadía en Europa para contactar clientes. En uno de esos viajes llevó los restos de su esposa, su hija y su cuñada. En 1929 visitó la Feria Mundial de Sevilla con sus hijas y recorrió con ellas buena parte de España. En Octubre conformó con el Cónsul de España en Guayaquil, Jaime Castels, representando a la colonia española, el Comité del Día de la Raza que celebró una cabalgata por las calles de la ciudad y una doma y lazo de caballos en terrenos de la American Park.

El 32 regresaron sus tres hijos mayores de Europa, llamados Víctor, Pedro y Santiago, graduados y dominando idiomas, estudiados en Inglaterra, Francia, Alemania y los Estados Unidos. Fueron una gran ayuda pues los puso a trabajar en sus empresas.

En estas épocas el negocio del café le convirtió en el primer exportador de ese grano y lo hacía por los puertos de Guayaquil y Manta. Para el efecto llegó a tener hasta trescientas empleadas en las bodegas del malecón para que escogieran los granos (grande, mediano y chico) porque fue el primero en vender el café seleccionado, hasta que después se inventó una máquina que hacía el trabajo de selección.

Colaboraba activamente en algunas instituciones culturales y de beneficencia y sus publicaciones aparecían bajo el pseudónimo de “Bachiller hispano” El 35 hizo construir con su amigo el Ingeniero italiano Arnoldo Rufilli un edificio de cemento armado frente a la plaza del Centenario, en cuya parte central colocó el Escudo de San Jorge, patrono de Cataluña y por eso llamó el Casal Maspons. El 36 fue miembro de la Agrupación “Alere Flamma” y a causa de la guerra civil española sus hijas Monserrat y Shara volvieron a Guayaquil.

En dicho conflicto no tomó partido

pero su simpatía estuvo siempre por la España Leal y cuando en la Sociedad de Beneficencia española de Guayaquil se empezó a cantar el himno franquista “Cara al sol” prohibió a sus hijos que concurran a esa clase de actos. El 38 asistió a los homenajes brindados a Gabriela Mistral con motivo de su arribo al puerto. Gustaba ayudar a los artistas y en alguna ocasión hasta se convirtió en improvisado empresario de zarzuelas y en otras en patrocinador de estudios para las nuevas voces que descubría el Maestro Angelo Negri. El 39 recorrió los Estados Unidos con sus dos hijas en un automóvil Buick descapotable.

Entre sus mejores amigos estaban los escultores José Antonio Homs y Enrico Pacciani, el retratista Ramón Subirats, el pintor José Maria Roura Oxandaberro y el maestro Angelo Negri, con quien compuso canciones tan bellas como “Mi Ciudad” que dedicó a su amiga la notable profesora Emma Esperanza Ortiz Bermeo, que la popularizó tanto que era de obligación cantar en los colegios guayaquileños hasta en la década de los años cincuenta del siglo XX, otras también fueron “La luna se quiso casar”, “Las Milicias”, “Confidencia”.

Mi Ciudad.- (Letra de Pedro Maspons

y Camarasa) // Mi ciudad radiante y bella / tiene un rio sin igual / tiene cerros de esmeralda / y planicie singular. // Mi cuidad es cual sultana / con dos tronos de cristal / en el uno el rio Guayas / y el otro un brazo de mar. // Mi ciudad al sol naciente / la embelesa un nimbo azul / y reflejase en sus aguas / con serena excelsitud. // Mi ciudad mediando el día / al efluvio cenital / parece un rincón del cielo / que a Dios le plugo otorgar. // Mi ciudad, cuando atardece / sincroniza la oración / que el mar, el río y los cerros / entonan al Creador. // Es la perla del Pacífico / de mi ensueño es el jardín / es mi tierra, es mi cuna… / mi ciudad es Guayaquil. //

En los años 40 ayudó a sufragar los gastos de las presentaciones de Negri en los teatros Olmedo y 9 de Octubre. El 46 donó unos terrenos destinados a finca vacacional para las alumnas del Colegio Nacional Dolores Sucre. El 47 construyó en Granollers la vila Montserrat a fin de pasar vacaciones pues sus negocios estaban en manos de sus hijos y en su hacienda Barcelona, ubicada en la sabana grande de Estancia Vieja de Palobamba, parroquia Chongón, levantó una villita llamada Granollers con una ermita para la Moreneta, patrona de Cataluña..

Guzmán e Hijos la representación de varias líneas navieras. En décadas posteriores diversificaron los negocios a producción de elaborados de cacao, chocolate y otras industrias.

El 61 sufrió el dolor de perder a su hijo Santiago y a dos nietos en el accidente de “La Pangora” en el Estero Salado. Sus hijas le consolaban pero como tenían sus hogares establecidos en Guayaquil no podían pasar todo su tiempo con él, de manera que les prometió visitarlas en Octubre del 62 y teniendo el pasaje comprado y las maletas listas, enfermó repentinamente de angina de pecho y tras una noche de sufrimiento falleció el 25 de Septiembre de l.962, de setenta y siete años de edad, dejando una considerable fortuna en Europa y en Guayaquil.

De estatura más que mediana, contextura gruesa al fin de sus días, rostro blanco, ojos azules, bigote fino y pelo negro. Sus canciones se cantaron hasta hace pocos años en Guayaquil y sus versos andan desperdigados en manos de sus descendientes, escritos en catalán; pero algunos han sido traducidos al español. “A mis hijos” Fragmento.- // Hoy es mi santo, bella fiesta / que remueve cenizas de un tiempo ido / y una apacible y trémula brisa / de a poco perfuma mi espíritu. // Se humedecen mis ojos, y en el misterio / de revivir el día, tan profundo y sutil. / Con dulzura de aurora amanece el recuerdo, / prolongado en la tarde juguetona y gentil.//