ARIZAGA MACHUCA MANUEL NICOLÁS

POLÍTICO. Nació en Cuenca el 12 de Diciembre de 1856 y el 15 fue bautizado en la Catedral por su tío segundo fray Vicente Solano Machuca. Hijo legitimo del Dr. José Rafael Arízaga Machuca, político antigarciano, periodista de La Voz del Azuay, fundador del Círculo Católico Republicano, Ministro de Hacienda en 1876 cuya biografía puede verse en este diccionario y de su prima hermana Isabel Machuca y Anda, hija del ilustre prócer de la Independencia americana Coronel Alejandro Vargas- Machuca; cuencanos.

Realizó su educación primaria con preceptores y la secundaria en el Colegio de San Luís. En 1878 fue electo miembro de “El Liceo de la Juventud” que presidía Julio Matovelle bajo la dirección del Dr. Luís Cordero. Allí presentó el drama “La Expósita” en tres actos y en verso, que se llevó a escena en una solemne velada, aunque no llegó a publicarse.

“Fui de los primeros revolucionarios del Liceo para romper la monotonía semimonástica que predominaba en él durante cierta época y mis compañeros recuerdan todavía con benévola sonrisa, las barrabasadas de don Julián de Angaripola y del Mayoral Remache, con los que, imitando al espadachín Zavala y parodiando la Profecía del Tajo, me propuse llevar la nota alegre, humana, laica o civil, si se quiere decir, a nuestros ensayos”.

En 1874 inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Cuenca. En 1875 colaboró en los periódicos “El Independiente” y “El Cuencano” y en 1876 en “El Crepúsculo” y “La Luciérnaga” donde aparecieron sus poesías “Adiós” y “Mi Musa”. Su padre era Ministro de Hacienda y al producirse en Guayaquil la revolución de Veintemilla, el joven Manuel Nicolás se creyó obligado a protestar, tomó las armas, combatiendo el 14 de diciembre en la batalla de Galte; y tras la derrota permaneció oculto por varias semanas en una hacienda.

En 1877 reinició sus estudios que concluyó en 1878. Entonces escribió un “Himno de Guerra contra Veintemilla”. El 23 de diciembre de 1879 se doctoró en leyes, el 15 de marzo de 1880 recibió la investidura de Abogado de la Corte Superior del Azuay, y editó un “Sencillo homenaje a la memoria de la señora Dolores Borrero de Vega” en 8 págs. En 1881 colaboró en el periódico “El Correo del Azuay”. Enseguida comenzó a dictar la cátedra de Derecho Público en el colegio Seminario, pero fue perseguido por sus ideas contrarias al gobierno y tuvo que emigrar a Zaruma, trabajando como abogado de la “Sociedad de Oro y Plata”.

En 1882 formó parte del batallón insurgente que se organizó en las minas y ocupó Zaruma, destituyendo a las autoridades que fueron reemplazadas con el Coronel Francisco Guillermo Ortega, nombrado Jefe Civil y Militar de la plaza; pocos días después salieron a Saraguro donde estaban acantonadas las fuerzas del General Francisco Javier Salazar, Jefe de la Expedición del Sur, a las que se unieron. Arízaga fue designado Auditor de Guerra de la expedición y con ella marchó a Quito, que ocuparon después de larga resistencia el 10 de enero de 1883.

El 18 de febrero tomó la palabra en el solemne acto de reapertura de la Universidad y se calificó de Soldado con muceta. A las pocas semanas fue designado Subsecretario del Ministerio del Interior y Relaciones Exteriores; funciones que desempeñó por dos meses, hasta junio, prefiriendo viajar a Guayaquil donde estaba el ejército “Restaurador” sitiando a las fuerzas de Veintemilla. La batalla final se produjo el 9 de Julio y el dictador fugó al Perú. Entonces participó de la Sociedad Francisco Javier Aguirre formada en Guayaquil por el Dr. Vicente Paz Carrión y colaboró en el órgano periodístico de dicha asociación que llamó “La República” y apareció como diario hasta diciembre del 83.

Llamado a Quito colaboró en el “El Gladiador” con Leonidas Pallares Arteta y en octubre, con Rafael María Arízaga en “El Independiente”, que duró varios meses en Cuenca.

En tales circunstancias el Pentavirato de Quito convocó a elecciones para conformar una Convención Nacional, Arízaga salió electo Diputado para la recién creada Provincia de El Oro. En la Convención apoyó la tesis del sistema federal de gobierno en tres departamentos, que no triunfó. De la Convención recibió el grado de Coronel efectivo, la Municipalidad de Cuenca le otorgó un honroso Acuerdo y en el Concurso literario promovido por el Comité Rocafuerte triunfó en Guayaquil con su Oda “A la Justicia”. Ese año, enemistado con el Coronel Luis Vega Garrido, por chismes y murmuraciones de la campaña restauradora, le disparó varios tiros, hiriéndole de gravedad; a consecuencia de ello dio a la luz una hoja titulada “Al Público”, viajó a los Estados Unidos, residió algunos meses en Brooklyn y tradujo varias poesías de Logfellow. A su regreso fue designado Agente Fiscal en Guayaquil, ciudad en la que acababa de residir varios meses y que por sus abiertos horizontes ilusionaba su alma de poeta, pero el Poder Judicial solo le contó pocos meses y se retiró para abrir su estudio profesional, pues a causa del incidente con vega prefirió alejarse de finitivamente de Cuenca.

Desde 1 888 comenzó a enviar colaboraciones a “La Unión Literaria” de Cuenca, al igual que lo hacía con “El Diario de Avisos” y “La Opinión Pública” de Guayaquil. En 1889 fue Vocal fundador del partido “Unión Liberal Republicana”, formado al amparo de la libertad electoral concedida por el presidente Antonio Flores Jijón y contrajo matrimonio con Emilia Luque (Márquez de la) Plata, con quien fue muy feliz y tuvo siete hijos. // Ya un altar en mi pecho has conquistado / y en él tendrás eterna adoración; / allí de hinojos vivirá postrado / fiel Ministro de amor, mi corazón // Ese año comenzó a colaborar en la “Revista Ecuatoriana” de Quito con poesías y artículos varios.

En 1890 editó en Cuenca el folleto “A la memoria del Dr. José Rafael Arízaga, fallecido el 21 de noviembre de 1889” y desde 1891 escribió en “La Palabra”. En 1892 colaboró en la “Revista Ecuatoriana” de Quito con una poesía dedicada a Sucre, fue designado delegado del Ecuador en la Exposición Mundial de Chicago, representando a Roberto Espinosa en las sesiones del Congreso especial sobre educación que se celebró en dicha ciudad.

Pronunció un discurso a nombre de de los Tribunales, Gobernaciones y Municipalidades de otras provincias en la inauguración de la estatua de Olmedo en Guayaquil. También colaboró en “La Unión Literaria” de Cuenca y el gobierno lo elevó a la categoría de Encargado de Negocios en los Estados Unidos; pero, teniendo preparado un viaje a Europa, declinó dichas funciones para visitar el viejo continente. Al regreso encontró al liberalismo en triunfo y mantuvo varias polémicas doctrinarias pues tenía el carácter intrépido y era un magnifico luchador.

Entre 1895 y 96 publicó “Breves observaciones a los racionalistas, en cinco entregas, donde sostuvo los derechos de la Iglesia, “que hermana la autoridad con la libertad”; también atacó a Alfaro por la prensa y por eso fue perseguido, bien es verdad que su esposa era sobrina política del todopoderoso ex Gobernador Plácido Caamaño, entonces en desgracia.

En agosto de 1896, radicado en su ciudad natal, estuvo entre los Jefes de la Revolución de Cuenca. En mayo del 97 redactó “El Mensajero” con Armando Abad Jáuregui y Mariano Prado Orrego, con frases descompuestas y crudos términos. El 98, por orden del nuevo gobernador del Azuay, Manuel Antonio Franco, famoso por su mano dura con los conservadores, fue apresado, salió al destierro y estuvo en Nicaragua, de allí pasó a Guatemala donde editó “Voces del destierro” conteniendo dos poesías suyas, luego siguió a México y como lo dijo en uno de sus poemas // De la costa mexicana // hacia la tierra peruana // crucé el mar directamente // Su familia lo alcanzó en Lima donde él había levantado su “tienda de peregrino”, después habitaron una casa del vecino balneario de Barranco y le nacieron varios hijos, entre ellos el notable repúblico Francisco Arízaga Luque y a todos inscribió en el consulado como ecuatorianos de nacimiento porque // Para el patrio sentimiento / sin intereses menguados / solo la propia nación / tiene títulos sagrados / para entregarle en soldados / los hijos del corazón. //

En el Perú trabajó casi cinco años en su profesión de Abogado, patrocinando asuntos legales y durante ese largo periodo no dejó un solo momento de pensar y actuar por el Ecuador. En 1897 publicó el poema “Pro Patria” en 8 páginas, del libro “Voces del destierro”, que le abrió las puertas del Ateneo de Lima, Igualmente fundó el periódico “El Proscrito” que salía a veces en Lima y otras en Piura, porque estaba organizando una expedición armada como en las épocas de Veintemilla; en 1898 combatió en Sabiango y fue derrotado. Esta última aventura militar le dejó arruinado.

Finalmente regresó a Guayaquil en mayo de 1901 en virtud del indulto concedido a los desterrados políticos por el nuevo presidente Leonidas Plaza. En 1902 vivía reintegrado a su profesión de abogado. El 15 de febrero de ese año falleció su hijo José Rafael de seis años de edad, a causa de fiebre y el día de la Virgen del Carmen perdió su casa en el gran incendio que se desató esa tarde.

Colaboraba en la “Revista Cuencana” y sostenía polémicas ardorosas. En 1903 publicó “Caín” en 53 páginas, bajo el seudónimo de “Vindex”, aclarando a Roberto Andrade quien había sostenido que su padre el Dr. José Rafael Arízaga, con otros revolucionarios más, había tramado el asesinato de García Moreno. Arízaga le contestó que su padre solo había conspirado contra ese régimen dictatorial y aunque conocía de la conspiración no había querido participar en ella, lo que en fin de cuentas era casi lo mismo que había afirmado Andrade.

En 1904 prologó el libro político de Miguel Ángel Vélez titulado: “El terrorismo en el Azuay” y empezó a sufrir los estragos de una cirrosis que lo fue minando y molestando, de tal suerte que decidió cambiar de clima y viajó con su familia a Cuenca. Allí se entrevistó con su antiguo compañero el general Antonio Vega Muñoz a quien le obsequió su espada que actualmente se conserva en el Museo Municipal de esa ciudad y al conocer su trágico fin, tomó la pluma por última vez y escribió una poesía en su honor.

Estaba sin fuerzas, ni siquiera podía levantarse de la cama a causa de numerosos sangrados pues sufría de varices internas y falleció el 28 de diciembre de 1906, a la edad de cincuenta años y en plena juventud. Su viuda e hijos regresaron en la mayor pobreza a Guayaquil y sus restos quedaron en el Azuay.

Alto, blanco, pelo, bigote y barba castaños, poeta romántico, periodista y escritor fustigante, polémico, conflictivo, que mucho amó y odió. Marcial en sus actos, actuaba por principios y no por situaciones. 

Patriota, luchador contra las tiranías. Sus ideas, acordes con las viejas estructuras conservadoras del Azuay le atrajo persecuciones, exilios y pobrezas, pero al mismo tiempo su conducta siempre abierta a toda novedad, le hacía un sujeto moderno.