Con anterioridad a la fecha de la contestación de León XIII, había el General Alfaro pedido por cable al Cardenal Rampolla, Secretario de Su Santidad, que enviase a Quito a Monseñor José Macchi como Delegado con plenos poderes para un arreglo concordatario entre la Santa Sede y el Gobierno Ecuatoriano (Mayo 7).
La oferta de León XIII de enviar un Delegado se cumplió efectivamente. Para este delicado cargo fue elegido Monseñor Juan Bautista Guidi, Encargado de Negocios de la Santa Sede en el Brasil. El Delegado Pontificio fue recibido en Quito el 17 de marzo de 1898 con los honores debidos, tanto del Gobierno como de las autoridades Eclesiásticas.
El Gobierno nombró como Representante suyo al doctor Manuel Benigno Cueva. Las conversaciones se tuvieron los días 11, 18, 22 y 28 de abril, sin resultado alguno positivo. Durante el mes de mayo se intentaron algunas formulas conciliatorias, que no pudieron concretarse. Entre tanto Monseñor Guidi precedió en Semana Santa el concurso del Presidente a las ceremonias religiosas observo también, el 4 de mayo, izar banderas con crespones negros en la ciudad, en recuerdo doloroso del aniversario del sacrilegio de Riobamba. Al fin, Monseñor Guidi de Quito el 3 de Junio, sin haber conseguido arreglo alguno.
