LÓPEZ LARA FERNANDO

MEDICO.- Nació en Guayaquil el 23 de Diciembre de 1904. Hijo legítimo de Rómulo G. López Corrales, natural de Palmira en Colombia y tenedor de libros de la “Sociedad Continental” de Kruger y Torres; y de Elena Lara Calderón, guayaquileña, bisnieta del prócer Francisco García Calderón.

Estudió la primaria en el Colegio San José de la Salle y la secundaria en el Vicente Rocafuerte. En 1922 se graduó de Bachiller e ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil especializándose en el estudio de las afecciones de oídos, nariz y garganta. Hablaba y escribía en inglés y francés. En 1926 fue capitán del equipo de basket de la Liga Deportiva Universitaria que viajó a Riobamba a intervenir en las I Olimpiadas Nacionales donde obtuvo el campeonato en ese deporte, al regreso pasó a trabajar a la Consulta externa del Hospital bajo las órdenes del doctor José Tomás Rolando Coello, fue ayudante del doctor Teodoro Maldonado Carbo en la Sala San Miguel y al final llegó a ser uno de los Internos de Hospital.

El 9 de Enero de 1932 obtuvo el Doctorado en Medicina y Cirugía, al mismo tiempo operaba amígdalas y tabiques nasales en las clínicas particulares de los doctores Abel Gilbert Pontón y Herman B. Parker. Meses más tarde fue llamado por el doctor José María Estrada Coello a atender la recién creada Consulta externa del Hospital de niños “León Becerra” y allí trabajó en pediatría y otorrinolaringología hasta 1935. Entonces pasó al “Hospital Militar” de Guayaquil con el grado de Capitán y también fue médico auxiliar del Hospital de niños “Alejandro Mann”. Estaba casado con Ana María Rivas Martínez, con una hija, pero la unión terminó en divorcio.

En 1937 ingresó a la recientemente fundada Cajas de Pensiones como jefe del servicio de Otorrinolaringología y oftalmología. A finales del 138 editó su tesis doctoral titulada “Contribución a la aplicación de la alta frecuencia en oto-rino-laringología,” obtuvo una beca para seguir estudios de postgrado, trabajando en el Hospital “Brugman” de Bruselas, pero en Septiembre del 39 se declaró la II Guerra Mundial y tuvo que salir de Bélgica, que fue el primer país en ser invadido.

Instalado en Barcelona, trabajó en el “Hospital de San Pablo” durante dos meses y a fines de año tomó pasaje para la zona del canal de Panamá; a principios de 1940 operaba en el “Gorgas Hospital” con los doctores Egan y Spaulderg, adquiriendo pericia y práctica en intervenciones quirúrgicas en oídos, nariz y garganta. De allí siguió a New York y fue miembro del grupo de cirujanos del “Manhattan Eye, Ear and Troat Hospital y en el “Columbian Presbiterian Medical Center”, adquirió el equipo e instrumental necesario para operar en el Ecuador.

En 1942 comenzó a figurar entre los más notables especialistas de Guayaquil, ya estaba casado en segundas nupcias con Angela Suescum Salazar, tendrán cuatro hijos y un matrimonio fliz, ingresó a la Sociedad Médico Quirúrgica del Guayas y en sus “Anales” publicó dos artículos titulados “Curas radicales de las supuraciones crónicas del oído por medio del vaciamiento preto- mastoideo total” y “Poliposis naso-sinusal” y en la Revista de la Asociación Escuela de Medicina salió “Tonsillas y adenoides”

En 1944 asistió al II Congreso sudamericano de Otorrinolaringología celebrado en Montevideo, pasó a la Argentina, siguió un curso de laringología dictado por el Prof. Armesio en la “Universidad Nacional del Litoral” y estuvo con los doctores del Sel y Juan M. Tato en la “Universidad de Buenos Aires”.

En 1945 volvió al Hospital General con el doctor Herman B. Parker y fue Jefe de servicio de Otorrinolaringología de las salas Santa Beatriz y San Eduardo. Ese año viajó a Chicago y fue electo miembro de la “Sociedad Ecuatoriana de Otorrinolaringología filial de Guayaquil. A su regreso realizó las primeras radiografías contrastadas de diagnósticos lipioradiográficos de sinusitis, siendo el pionero en las operaciones de sinusitis frontales bilaterales y otitis crónicas por la vía Lampert, audiometrías eléctricas y endoscopias perorales con la técnica del doctor Chevalier Jackson y lavados de senos paranasales por el método Proetz. Igualmente y con el método ideado por el doctor Lima del Brasil, practicó vaciamientos pansinuales transaxiliares.

En 1946 ingresó a laborar en el Departamento de Higiene Escolar y fue designado profesor de Otorrinolaringología de la Universidad de Guayaquil, pero no aceptó por falta de tiempo. En 1949 reingresó al “León Becerra” y allí trabajó tres años. En 1951 se estableció en Quito como profesor de la “Escuela Nacional de Enfermeras” y cirujanos del “Hospital Baca Ortíz” y la “Asociación Médico Quirúrgica de Quito” lo recibió de miembro.

En 1953 pasó a Riobamba como cirujano del “Hospital San Juan de Dios”’. En 1956 volvió a Guayaquil y comenzó una magnífica campaña leonística en favor del sordomudo y demás seres con problemas de audición, voz y lenguaje, introduciendo las técnicas modernas de enseñanza al minusválido por primera ocasión en el país. En 1958 fue designado miembro del “International College of Surgeons” y del capítulo de Guayaquil del “Panamericano Medical Asociation”. En 1960 estuvo entre los fundadores de la “Sociedad Ecuatoriana de Alergia”. En 1961 visitó el “Hospital de New Orleans”.

Entre 1962 y 63 trabajó de cirujano en el “Asilo Mann” y colaboró activamente en el “Proyecto Hope”, como parte de ese programa, con los doctores Morrow, Hoover y Dysar. Ese año fue designado presidente del Capítulo del Ecuador del “Colegio Hispano- Americano para el estudio de los problemas de la audición, la voz y el lenguaje”.

En 1963   fue   electo   presidente de    la    “Sociedad    Ecuatoriana de Otorrinolaringología y Broncoesofagología”. En 1964 fundó la Escuela de Sordomudos en Durán. La Municipalidad de Guayaquil le donó diez mil metros cuadrados en Durán donde se construyó una Unidad Educativa Especial y Fiscal y fue presidente y asesor técnico del “Instituto Médico Pedagógico para la Audición y el Lenguaje” (IMPAL).

El 65 creó la Fundación contra el ruido brindando más de ciento cincuenta charlas a diferentes niveles sobre el daño cerebral que puede ocasionar el ruido excesivo.

En 1968 regresó al Asilo Mann y allí se desempeñó hasta 1976 que se jubiló. En 1970 había completado cursos sobre infecciones del oído medio y mastoideo en el Hospital “La Raza” de México y en 1973 sobre audiología en la “Universidad de Bogotá”. Entonces comenzó a trabajar en alergología, rama de la otorrino con un campo de investigación aún por descubrir. En Junio encontró por primera vez en el Ecuador un ejemplar del ácaro asmógeno “Dermatophagoudes pteronisymus”. Después viajó al “Hospital Militar” de Caracas para estudiar el funcionamiento del servicio de alergias. En 1977 concurrió a la “Ohio State U.” de Columbus y practicó en su “Acarology Laboratory” y en el “Entomology Laboratory” de Lexington.

Entre el 78 y el 84 dictó nuevas conferencias gratuitas en los salones de la Cámara de Industrias sobre lenguaje y adaptación social y familiar entre sordomudos y sordociegos pues llegó a dominar tales formas de expresión corporal.

En 1982 concurrió como representante del Ministerio de Salud Pública del Ecuador al Congreso Mundial de Alergología celebrado en Bruselas y preparó para la Cámara de Industrias de Guayaquil varios trabajos Sobre “Alergias en la Industria”.

En 1983 y con otros miembros del grupo Alpha, formado por antiguos condiscípulos del Colegio Rocafuerte, inició una nueva y masiva campaña contra el ruido, concientizando a la masa sobre los peligros que representa. En 1985 recibió la condecoración al Mérito Científico de la Municipalidad de Guayaquil. El 86 le rindió un homenaje el Colegio Médico. El 87 la fundación Natura y fue electo Presidente de la Asociación contra el Ruido que realizó una gran campaña nacional alertando a la ciudadanía.

Por esos años dejó de manejar y vendió su automóvil, pero no usó bus, coletivo o taxi, pues prefería caminar como lo había practicado siempre por salud y lo hacía erguido, con los hombros hacia atrás, sin jorobarse.

El 92 fue condecorado por el Congreso Nacional, ya no atendía en su consultorio en la planta baja de su casa de la calle Baquerizo Moreno en cuyos altos vivía, pero leía y estaba al día en los adelantos científicos de la medicina mundial, sobre todo en los de su especialidad, la alergología.

Su estatura  mediana,  piel blanca, ojos y pelo negro canoso, contextura delgada, musculado pues fue un atleta, rápido y activo en sus ademanes y movimientos. Falleció en Guayaquil de causas naturales, más bien de vejez, a las 4 y 30 de la madrugada del 9 de Febrero del 2000, de noventa y seis años de edad.