AVILES GIRAUD JOSE MATIAS

ESCRITOR. Nació en Guayaquil en 1836. Hijo legitimado de José Joaquín de Avilés Pareja, rico hacendado que viudo de su prima hermana casó en segundas nupcias con María del Carmen Giraud, muy menor a él, hija legítima del capitán José Giraud de la fragata “Fuente hermosa,” francés que se avecinó en Guayaquil.

Huérfano a temprana edad quedó al cuidado de su hermano mayor José María Avilés Pareja que vivía en Quito. En 1851 ingresó al Colegio Seminario de Guayaquil donde compuso ensayos de poesía “fruto exclusivo de sus aficiones juveniles, modulaciones del alma, preludio de otros cantos más sonoros e inefables” y las paredes del claustro silencioso fueron las que escucharon sus primeros cantos.

En enero de 1857 se comenzó a editar la revista quincenal “El Álbum Literario” de la que solo se conocen doce números, empastados con cubiertas de papel de color y conteniendo artículos de Avilés, del Dr. Manuel Luis Vallejo, de Ignacio Casimiro Roca Molestina, del Dr. Alcídes Destruge Maitín y de Emilio Gallegos Naranjo. Fue la primera revista literaria guayaquileña y se sostuvo puramente por jóvenes entusiastas. Ese año, tras cursar estudios de Latinidad, Filosofía y parte de Jurisprudencia Canónica viajó a Quito y obtuvo sus grados en Derecho, ingresando a la Academia de Abogados. En 1858 se incorporó ante la Corte Superior de Justicia de Guayaquil.

El 59 ocurrió la insurrección contra el gobierno legítimo del Presidente Francisco Robles. En Quito García Moreno formó un Triunvirato que presidió con Pacífico Chiriboga y José María Avilés Pareja y gobernó en la sierra hasta 1861, año en que Avilés Pareja, obtuvo a favor de su hermano menor José Matías, la designación de Ministro de la Corte Superior de Guayaquil.

El 62 compuso el drama “Adolfo” que representado en el teatro Olmedo mereció los aplausos del público y su autor fue llamado al proscenio, aclamado y coronado a la antigua usanza. Ese año fue electo Concejal del Cantón y el 3 de Mayo de 1864 firmó con el Presidente del Concejo Pedro Carbo y demás miembros de la Municipalidad, un Manifiesto de protesta titulado “A las Armas Americanos” por la toma del archipiélago de las Islas peruanas de Chincha, realizada por la armada española en el Pacífico. El Presidente García Moreno que se hallaba de paso por Guayaquil citó a los concejales a su casa y les manifestó que la Cancillería ecuatoriana había proclamado su neutralidad en dicho conflicto, los Concejos no tenían la facultad de entrometerse en asuntos internacionales y solicitó dejar sin efecto el Acuerdo, pero fue respondido que había sido impreso y estaba en circulación. De la reunión salió la orden de destierro para Carbo. Esa tarde, reunido el Concejo Cantonal, sus miembros acordaron suspender la circulación del Manifiesto, con los votos en contra del Concejal Ignacio A. Ycaza y de Pedro Carbo, quien declaró que habiendo recibido orden de salir del país, se atribuiría su asentimiento a una cobardía de que no era capaz. Mas el asunto no quedó allí pues el Síndico municipal Sixto Juan Bernal empezó una serie de artículos en la “Unión Americana” siendo respondido por Pedro Carbo en la “Gaceta Municipal” y tuvo que presentar su renuncia, que fue aceptada el día 18 de junio. García Moreno revocó el destierro dictado contra Carbo, que vio crecer su popularidad ante el pueblo.

Ese año fue Diputado y concurrió al Congreso. El 64 ascendió a Ministro de la Corte Suprema pero el 65 se alejó de la política criminal y atrabiliaria de García Moreno, que fusiló sin fórmula de Juicio a veintisiete de los veinte y nueve prisioneros tomados en el golfo de Jambelí, y al Dr. Santiago Viola, etc.

En 1866 fue electo Presidente del Tribunal Fiscal del Guayas y aparecieron varias de sus composiciones en “La Lira Poética” de Vicente Emilio Molestina Roca. Entonces pertenecía a varias instituciones como la Academia Científica y Cultural del Guayas y al Consejo Provincial de Instrucción Pública.

En 1868 formó parte del Comité electoral pro candidatura presidencial del Dr. Francisco Xavier de Aguirre Abad y al producirse el golpe revolucionario de García Moreno en Enero del 69, su hermano José María Avilés Pareja salió al exilio en París donde permaneció hasta la muerte del dictador en 1875. José Matías, menos adinerado, pasó varios meses en su hacienda y regresó a la ciudad donde continuó de abogado, pero sin intervenir en política, dada la mansedumbre de su carácter.

En Enero de 1871 fundó y actuó como redactor de la revista “El Rosicler” que significa tinta rosada clara y suave de la aurora, periódico literario, filosófico y social, no político, que se imprimía en el taller del periódico Los Andes, actuando con Alcides Destruge Maitín, Eduardo B. Tama y los colombianos Manuel de Lozada Plizét y Ramón Pérez que era filólogo, sus únicos redactores, pero un buen día Lozada insertó un artículo de Emilio Castelar sobre la Infalibilidad del Papa e iniciado el juicio, que fue muy sonado, finalmente se logró probar que el tal artículo era una simple “Inserción” y el juez dictaminó que no había lugar a la denuncia venida de Quito por orden del tirano García Moreno, pero ante tanta presión El Rosicler dejó de aparecer.

En 1876 fue partidario de la revolución del General Ignacio de Veintemilla pero luego se le separó con Pedro Carbo. Entre el 76 y 79 ocupó la dirección de la Biblioteca Municipal pues se le consideraba un verdadero anticuario por la acuciosidad de su investigación a nivel nacional de la producción poética de la colonia y la república, de suerte que numerosas personas le consultaban continuamente. En su vocación de coleccionista y bibliógrafo gastó ingentes sumas pues gustaba pagar buenos precios por ediciones antiguas y joyas literarias que preservaba en su domicilio con mucho amor, y al salir Pedro Carbo al exilio en Lima, fue su corresponsal.

En 1879 editó en “El Comercio” de Guayaquil el drama “La Mujer vengativa” en tres actos y en verso. Desde 1880 colaboró con Francisco Campos Coello y Ramón Pérez. I cuando en marzo del 81, bajo la dirección del periodista José Julián González “El Comercio” se transformó en diario para defender la dictadura de Veintemilla, se separó de la redacción.

Triunfante la restauración en Julio de 1883 y declarada la Jefatura Suprema de Carbo, fundó el 14 de agosto “La Bandera Nacional”, biseminario de formato mediano que dirigió y redactó para sostener los derechos de esa Jefatura, entrando en polémicas con otros diarios del puerto que defendían las acciones administrativas del Pentavirato de Quito. Ese año también colaboró en el periódico “El Ecuador”.

Desde el 16 de febrero de 1884 fue miembro fundador de la redacción de “El Telégrafo” y después continuó escribiendo en numerosos diarios y revistas de Guayaquil y aún del exterior, donde se encuentra la mayor parte de sus producciones. El 87 colaboró en el semanario literario “El Globo” de Guayaquil, desde el 20 de septiembre de 1888 en el vespertino “La Opinión Pública”, de pequeño formato, editado en la Imprenta Bolívar. El 89 lo hizo en la “Revista Literaria”. Entre el 90 y el 91 en “La Palabra”. El 91 en “La Voz de Guayaquil”. El 93 volvió a “El Globo Literario” y en la madrugada del 6 de octubre del 96 sufrió la destrucción de su inmensa biblioteca en el llamado Incendio Grande que comenzó la noche del 5 y se extendió hasta el día siguiente.

Fue tan intenso su dolor de ver perdida su casa y biblioteca que enfermó y tuvo que abandonar el desempeño profesional. Retirado a su hacienda, transcurrieron los tres últimos años de su existencia en comunión con Dios y la naturaleza. Murió soltero, en Guayaquil, el 16 de junio de 1899, a la temprana edad de sesenta y tres años, más de dolor moral que de otros males físicos.

Católico sincero y de convicciones románticas y liberales, trabajó incesantemente por el triunfo de las bellas letras en el Ecuador, lástima grande que la mayor parte de lo suyo continúa desperdigado en periódicos y revistas.

De estatura regular, agradable facciones, piel blanca y grandes bigotes, su retrato salió publicado en “La Lira Poética”, siempre fue del partido de Pedro Carbo y usualmente le servía de Secretario.