JAMESON WILLIAM

NATURALISTA.- Nació en 1796 en Edimburgo, capital de Escocia, dentro de una familia conocida como destiladores de wisky, fue seminarista y aprendió latín, el 14 entró al Real Colegio de Cirujanos de Edimburgo y cinco años más tarde, se graduó de Doctor en Química, Ciencias Naturales y Medicina.

Ese año 19 viajó como Cirujano a la bahía de Baffin en Groenlandia recolectando plantas, siendo de los primeros botánicos en el Océano Artico, en Diciembre estuvo en el mar Caribe y especialmente en la isla de Jamaica. En Marzo del 22 arribó a Río de Janeiro y realizó numerosas observaciones metereológicas, en Mayo del 22 navegaba por el Pacífico y su barco fue atacado por una nave española frente al Callao. Habiendo bajado a las costas peruanas continuó su viaje a pie admirado del paisaje y recolectó muchísimas planta. Entre 1822 y el 26 vivió en Guayaquil y ocupó su tiempo en excursiones por sus alrededores hasta Santa Elena, Machala y Daule. A principios del 26 siguió a Quito y recolectó en los altos Andes. El 27 fue designado Profesor de Química de la Universidad donde permaneció cuarenta y dos años hasta el 69, visitó las provincias de Imbabura y Esmeraldas, ascendió al Mojandas y al Cayambe, el 29 contrajo matrimonio con Antonia Olivera y González – Cortés, con seis hijos, de los cuales los dos mayores llamados Guillermo y Tomás emigraron a finales de los años sesenta a la Argentina, llamados por su tío Mariano Olivera quien se había vuelto un estanciero muy rico en las cercanías de Buenos Aires. Contando con su apoyo y consejos los recién llegados se dedicaron en la región serraniega de San Juan a la cría de ganado y al comercio con Valparaíso.

Recién casado alquiló una casa en la parroquia de El Sagrario y en 1830 fue designado Miembro de la Comisión de Boticas. El 31 hizo amistad con el químico francés Juan Bautista Boussingault, que años después fundó la química experimental agrícola en su Patria y que por entonces viajaba por el continente americano en plan de experiencias, escribiendo unas interesantísimas Memorias. Ese año vivió una larga temporada en Cuenca en casa de parientes de su mujer. En 1832 su amigo de confianza el Coronel Francisco Hall le presentó al Dr. Manuel de la Gala, Director de la facultad de Medicina, quien le designó profesor de botánica y pidió a la Municipalidad de Quito que le confiera una parte de la Alameda para la formación de un jardín con plantas y semillas traídas de Europa. Aún quedan algunos cipreses de los que Jameson sembró. Ese año anduvo metido a revolucionario con el Coronel Hall. Pedro Moncayo contaría después, que el día que se ordenaron las prisiones contra los miembros de la sociedad del Quiteño Libre, concurrió Jameson al local de la imprenta y se comunicó en inglés con Hall, haciéndole salir cinco minutos antes que llegaran los soldados, quienes apresaron a Moncayo. Posiblemente Jameson, actuando con ingenuidad de extranjero, no imaginó que el joven Moncayo también podía ser apresado.

En 1835 exploró la región de Baños con el Presidente Vicente Rocafuerte y editó en 5 pags, “Physical and Geographical observations made in Colombia”

En 1835 y el 36 levantó capitales en Guayaquil y Cuenca para explotar unas minas en Pilzhum de propiedad del General Ignacio Torres y Tenorio. Ya era Cónsul General de Inglaterra en Quito y contaba entre sus discípulos al joven naturalista Manuel Villavicencio Montúfar.

En 1839 se incorporó de Médico en la Universidad Central. El 41 estudió en el golfo de Guayaquil la zona comprendida entre la isla Puna y el Puerto del Morro con el fin de localizar el sitio que por su clima seco y templado fuera más a propósito para fundar un hospital de leprosos. En Noviembre de 1842 estuvo gravísimo con fiebre amarilla pero se salvó. En esas épocas se interesó también por estudios de la fauna ecuatoriana, especialmente de las aves, y hasta envió ejemplares disecados a los museos británicos, en las que se basó el zoologo William Jardiner para publicar en 1849 un artículo largo titulado Ornithology of Quito.

El 43, nuevamente en Quito, ocupó la dirección de la Casa de la Moneda aunque solo por cortos meses pues no encontró mucho trabajo por hacer. Su título en Química le hubiera permitido en un país más desarrollado realizar innovaciones, pues hasta había escrito un tratado de Química que jamás pudo publicar, pero dada la pobreza y pequeñez del medio, nada alcanzó.

En Mayo de 1844 visitó Guaranda, Sinchigy, las Salinas. En 1846 ayudó a Villavicencio en su Museo de objetos arqueológicos, armas y trajes indígenas, minerales y aves disecadas. En 1850 su hija Carmen entró muy joven al Convento del Carmen bajo de Quito.

Desde el 48 al 69 se carteó con su amigo José Manuel Estrada, miembro del alto comercio en Guayaquil, con quien mantenía negocios.

En 1852, con el Dr. Miguel Vergara aplicó el sedal a un cliente, para curarlo de una inflamación al hígado y base del pulmón derecho. El 53 posó para un daguerrotipo que ha sido reproducido varias veces.

En 1857 excursionó a las riberas del río Napo hacia el alto Amazonas, recorrió la cordillera oriental, Papallacta, Güila, Baeza, el río Bermejo, el río Cosanga, Jondachi, Archidona, Tena, Napo, Aguano, Santa Rosa y volvió por la misma vía. I todo esto cuando dichas regiones eran prácticamente desconocidas para los naturalistas del país. Luego bajó al cráter del Pichincha con Gabriel García Moreno, comprobando que tiene setecientos setenta metros de profundidad y no es empresa ruda ni arriesgada como algunos autores han exagerado en decir. Fruto de la primera de estas aventuras fue su Informe aparecido en el “Journal of the Royal Geographic Society” de Londres titulados “’Excursion made from Quito to the river Napo. January to May, 1857” en 18 págs y “Botanical Excursion to Salinas and Indian village of Chimborazo” en 7 págs.

En 1858 vivía en Guayaquil y su hijo acmpañó a García Moreno en una excursión al cráter del Pichincha, de la que queda una Carta que Jameson tradujo al inglés y envió al “Philosophical Journal” de Edimburgo donde salió publicada y se conoció con Richard Spruce (1817-1893) quien le describió físicamente así: Es un escocés alto de tez sanguínea y aunque en el umbral de los sesenta años, bien puede llegar a cumplir los ciento cincuenta, porque físicamente no ofrece ninguna señal de vejez. Spruce era un viajero que al año siguiente recibió el encargo del gobierno británico de transferir semillas y plantas de cinchona (la llamada cascarilla roja) que se estimaba la más útil, hacia los territorios de la India, donde la quinina era apreciadísima por sus virtudes medicinales como único remedio conocido contra las tercianas o paludismo.

En 1862 viajó a Inglaterra con sus hijos Juan y Tomás. El primero de los nombrados debió volver al Ecuador porque este ultimo migranría años más tarde a la Argentina.

Nuevamente en Quito se carteó con Teodoro Maldonado González de Guayaquil, quien era una persona muy culta y tenía especial interés en la botánica y demás ciencias naturales. También gozó de todas las confianzas con el presidente García Moreno, de cuya casa entraba y salía con entera libertad como si fuera un pariente cercano y cuando llegó el Ministro norteamericano Friedrich Hassaurek le sirvió de lazarillo al principio, de sostén después y finalmente de compañero fiel en sus pesquisas científicas por estos territorios.

En 1864 recorrió el Cañar, el cerro de Pilzhum, Cuenca, Sorrocucho, Paute, Oña, Saraguro y Loja.

Entre 1865 y el 66 publicó “Synopsis plantarum Aequatoriensium” exhiben plantas praecipue en regione temperata et frígida crescentes, secundum systematam naturalem descriptas, en dos tomos de 333 y 324 pags. bajo el auspicio del Presidente García Moreno, en el Diario Oficial. La obra es bilingüe pues el autor usó el latín para la descripción de las plantas y el castellano para dar cuenta de sus propiedades económicas y médicas, contiene desde los géneros de las ranunculáceas hasta las labiatas, cortándose precisamente con esa familia y no todas las especies tienen informaciones sobre la localidad en que fueron halladas.

En el Prefacio, que consta firmado en Quito, el 10 de Febrero de 1865, manifestó su voluntad de insertarse en una tradición de conocimiento de la vegetación ecuatoriana, generada en los propios Andes, gracias a las aportaciones de Mutis, Caldas, Humboldt y Bonpland.

El padre Luis Sodiro al comentar el libro años más tarde ha dicho que los conocimientos botánicos de Jameson fueron muy exiguos, sin embargo hizo grandes colecciones que enviaba periódicamente a Europa y fue el autor de la primera tentativa para escribir una flora en el Ecuador. Agregando a continuación: “Agotada su fuente, es decir, la obra de la cual había copilado la suya, copiando fielmente la diagnosis latina, se encuentra muy poco suyo en el libro, pues hasta las observaciones generales que hace sobre las familias son traducciones de obras europeas y se refieren especialmente a plantas que no existen en el Ecuador. De las indígenas se busca en vano observaciones originales. Muchas de las plantas más comunes que había visto con frecuencia en las cercanías de Quito y que existían en su propio herbario faltan en su flora, porque no las encontró en el autor consultado”.

El siguiente volumen anunciado por Richard Spruce y que debió ir desde el capítulo del orden de las Verbenáceas

(75) hasta las Plantagniacias (82) sigue inédito. Spruce lo recibió como regalo de parte de su amigo

A. Delting, desde Guayaquil, con dedicatoria fechada el 25 de Julio de 1887, en copia manuscrita por su autor. En 1940 la Universidad Central de Quito, a instancias de Misael Acosta Solís, reeditó los dos primeros tomos refundidos en uno solo de 536 pags. y el tercero se conserva en el British Museum en 136 pags también existe una copia en la Universidad de Harvard.

El 27 de Marzo de 1866 la Reina Isabel II de España le envió desde Madrid el diploma de Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica libre de gastos por ser extranjero, en premio a sus trabajos científicos, pero el 69 y con motivo de la clausura de la Universidad perdió su cátedra porque el Presidente García Moreno había decidido la creación de la Escuela Politécnica, que entregó a los sabios jesuitas alemanes recién llegados.

Su amigo Richard Spruce escribiría años más tarde que la mujer de Jameson era borracha y que por espacio de cuarenta años lo acosó, quemando sus plantas secas apenas las encontraba de manera que él no pudo mantener ningún herbario. El 68 preparaba un viaje a la Argentina con su hijo Juan para visitar a su hijo Tomás, que recién pudo realizar a principios del siguiente año. Tomás casaría el 6 de Marzo del 71 en San Juan con Clara de la Precilla hija del ex Gobernador Saturnino de la Precilla y de su esposa Clara Rufino del Carril, con descendencia. De Juan no se tienen noticias.

De la Argentina siguió a Inglaterra, visitó a sus parientes en Escocia, fue recibido en diferentes instituciones botánicas y finalmente regresó a Quito en 1872 donde prosiguió sus trabajos de amateur entusiasta y experimentado con toques de botánico y científico. Sus colecciones constan especialmente en los herbarios de Kew en Inglaterra donde determinaron y descubrieron las nuevas especies que contenían y enviaron al de Gray en la Universidad de Harvard, Estados Unidos.

En 1881 era Miembro de la Real Sociedad Geográfica de Londres donde le publicaron un corto relato biográfico. Su salud se había deteriorado pero aún seguía concurriendo a la Facultad de Medicina y era amigo de hombres tan célebres como Charles Darwin, con quien se carteaba y había proporcionado valiosos informes pues logró mantener por largo tiempo sus redes de comunicación científica internacional, así por ejemplo, con Anderson, un famoso herbolario de Edimburgo logró cultivar muchas plantas de los Andes a partir de las semillas enviadas desde Quito por Jameson.

Algunas aves y plantas andinas descubiertas por Jameson llevaban su nombre. El popular gallinazo de la costa ecuatoriana fue clasificado por él, por eso se denomina Gallinaso Jamensi.

Era amigo y consejero de todos los extranjeros a quienes la curiosidad o los negocios llevaban a Quito y como tenía un bondadoso corazón y una integridad auténtica, sabía ganarse la confianza de ellos, ayudándoles en grado superlativo pues les aconsejaba, guiaba y recogía materiales científicos, en fin, tenía con ellos numerosos actos de bondad y amistad. Sus hijos heredaron tan buenas disposiciones y resultaron excelentes excursionistas.

Otras colecciones suyas permanecen en los Museos de Copenhague, Estocolmo, Berlín, Viena, New York, en el Field Museum de Chicago y han sido estudiadas en “The Hookers Icones”, “The Candolles Prodomus” y en algunas otras monografías poco difundidas en el Ecuador.

Falleció en Quito el 22 de Junio de 1883 de ochenta y siete años de edad, sin poder publicar sus Itinerarios de los que solamente se tienen vagas noticias por unas pocas referenciales, el tercer volumen de su obra botánica, ni su obra de química, aún inéditas, pero a la parte de estas limitaciones, por su forma de ser y vivir en la capital ecuatoriana, gozó de la amistad de los presidentes de la República y altos magistrados del poder, al punto que con García Moreno tenía gran confianza y con Veintemilla era de toda campechanería. Famosa es la anécdota del sombrero de copa del diplomático, que estando en Palacio y de visita, lo dejó a un lado para tratar un asunto de estado con este Presidente. En un momento la conversación pasó al plano geográfico y Jameson, tomando el sombrero, le comenzó a realizar señas y arañazos para enfatizar las alturas de una montaña, ante el asombro primero y la indignación disimulada después del diplomático, que vio respondida su inquietud a costa de tan cara y fina prenda de etiqueta.

Alto de cuerpo, curtido el rostro por el sol, más bien huesudo y en su vejez de contextura gruesa, musculado por las rudas caminatas emprendidas en su vida, dedicadas primordialmente a la botánica.

I el retrato no estaría completo si no se dijera que era sumamente distraído y callado, que contestaba con monosílabos y casi ni hablaba, viviendo de las clases en la Universidad pero totalmente abstraído en sus problemas científicos, por eso siempre fue pobre. En lo demás pasaba por tímido, introvertido, estudioso y aventurero. Conocía cuatro idiomas, el inglés como lengua materna, el latín que dominaba al punto que su obra botánica fue escrita en ese idioma, el francés para su correspondencia científica y el español que usaba a diario, pero no tuvo suerte en sus búsquedas mineras ni pudo localizar ni poner en marcha proyectos de esa naturaleza que hubieran sido de gran provecho al país. Mas la culpa de esto no fue suyo sí no del país que no tenia vías de acceso y capitales suficientes.