Irizarri Antonio

El faluchito San Pedro fue armado en corso por el Alcalde José Merino, el Síndico, Procurador José Sánchez Carballo, don Gabriel García Gómez y don José María Cucalón. Entregando al mando de Don José Antonio Irizarri y José Vidal, tuvo lucida actuación al lograr capturar el bergantín contrabandistas la flecha, de 250 toneladas y 10 cañones, el 25 de marzo de 1805, en Santa Elena.
Al establecerse la Republica en chile, Irizarri, debido a su estrecha amistad con el general O’Higgins, es nombrado Ministro del Interior y Relaciones Exteriores; luego va de Ministro Plenipotenciario a Francia e Inglaterra; en cuanto lo es posible, nombra de secretario de la Legación a don Andrés Bello, a quien recomienda eficazmente ante el gobierno Chileno para que utilice los servicios de tan capacitado publicista. En 1824, después de seis años de permanencia en Europa, se trasladad a su tierra natal. Trata de establecer varias industrias; pero fracasa en sus propósitos. En 1828 al ser invadida Guatemala por el Salvador, Irizarri, con el grado de coronel, es designado, sucesivamente, Comandante General del Estado, Segundo y luego Primer jefe de la Expedición Perks y Ministro de Guerra. Las tropas de Morazán lo apresan; es enviado a San Salvador y lo condenan a la pena de muerte. Irizarri no se amedrenta; en su prisión escribe “Las Betlemíticas”, burlándose de las ideas sustentadas por periodistas Salvadoreños. Después de efectuar esta publicación, logra fugar de la cárcel en enero de 1830. Embarcarse en Acajutla, con rumbo a Chile, pero se detiene por breve tiempo en Guayaquil, en calidad de asilado político y mientras el bergantín ingles que lo ha trido puede alzar velas con rumbo a Valparaíso. Poco después de llegar a Santiago de Chile, se ve obligado a ir a Bolivia con el objeto de rescatar los bienes del mayorazgo trucios a favor de su esposa y de su hijo Hermogenes Irisarri, que había de heredarle la afición literaria Durante tres años sigue pleito y entabla ardiente polémica, hasta alcanzar el fallo favorable de los tribunales de justicia. En 1833 retorna a Chile, dedicándose entonces, por espacio de dos años, a las faenas agrícolas en su hacienda de Comalle. En 1835 lo designan Gobernador de Curicó y en 1836 Intendente de la Provincia de Colchagua. En 1837, nombrado Encargado de Negocios ante el Gobierno de Perú, acompaña al general Manuel Blanco Encalada en su expedición al sur de este país y firma el tratado de Paucarpata, que le es motivo en Chile de graves inculpaciones, si bien Irisarri la refuta en diversos escritos que “a un juicio desapasionado opina un intelectual centroamericano aparecen claros y llenos de prudencia y razón, como lo confirma el hecho de que la Corte de Justicia de Santiago también dicta sentencia favorable en el asunto. Alsepararse del servicio al gobierno Chileno, en una nueva manejada de su destino, bajo el influjo de la incierta estrella de la erranza, Irisarri llega a la playas ecuatorianas a fines de 1838. Quien se traslada a Bogotá firmado en “La Virginia”, es lógico ciudad en la que, sin descuidar el periodismo, escribe y edita en 1846 su obra maestra en el género polémico: “Historia Critica del asesinato cometido en la persona del gran Mariscal de Ayacucho”. De Nueva Granada pasa a Venezuela y de allí a Curazao, en donde, respondiendo a Obando o al que escribiera su intento de vindicación cometido en la persona del Gran Mariscal de Ayacucho Por algún tiempo permanece en las Antillas. A fines de 1849, fija definitivamente en Nueva York y después en Washington, al ser nombrado en 1855 Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario de Guatemala en ese país.