HURTADO LARREA OSWALDO

PRESIDENTE DE LA REPUBLICA.- Nació en Chambo, Provincia del Chimborazo, el 26 de Junio de 1939 y fueron sus padres legítimos José Agustín Hurtado, natural de Catarama, Provincia de Los Ríos, propietario de la finca Yucud en San Antonio, burócrata en ministerios (Hijo a su vez de Ignacio Hurtado Icaza) y Elina Larrea Vásquez, nacida en Chambo.

El cuarto de una familia compuesta de cinco hermanos que vivían en una casa modesta en el No. 32 de la Calle Benalcázar, barrio de San Francisco, en Riobamba. Cursó la primaria en la escuela de los Hermanos Cristianos y no tuvo motivaciones familiares ni de profesores hacia la lectura pero con el tiempo fue convirtiéndose en una necesidad, en un hábito. la secundaria en el Colegio San Felipe Neri de los padres jesuitas, donde se hacía mucho adoctrinamiento político, hasta graduarse de Bachiller en 1957. Entonces pasó a estudiar Jurisprudencia en la Universidad Católica de Quito y consiguió un trabajo de amanuense en el Cuerpo de Bomberos con S/. 800 mensuales de sueldo a las órdenes de Manuel Palacios, pero salió el 60 por no ser velasquista y permaneció dos años desempleado pasando duras necesidades. Su familia ya se había trasladado a Quito.

El 61 ingresó a las Juventudes Social Cristianas del Ecuador. El 62 comenzó a enseñar Geografía Económica y Economía Política en el Colegio San Gabriel de los jesuitas permaneciendo hasta el 69. También el 62 fue candidatizado a la presidencia de la Asociación Escuela de Derecho y perdió. El 63 se graduó de Licenciado en Ciencias Sociales. Era un buen deportista que practicaba natación.

El 3 de Noviembre de 1964 participó en la fundación de la Democracia Cristiana en el Ecuador, presidiendo el Congreso de esa nueva agrupación que nació a base de tres grupos: El de Guayaquil liderado por Juan Pablo Moncagatta, el de Cuenca por Hugo Darquea y el de Quito que no tenía Jefatura conocida. Camilo Ponce Enríquez quería que la Democracia Cristiana se originara en la redacción del Informe final, Isabel Robalino Bolle proporcionó mucha información y formuló importantes observaciones al borrador, también leyeron los borradores e hicieron acotaciones Pier Brunori, Atain Dubly, Fausto Jordán, Carlos Vallejo, Jorge Salvador López y Teodoro Peña. Trabajaron como investigadores en la preparación de la versión preliminar del 69 Carlos Arrobo, Mauricio Dávalos, Carlos Ramos y Rafael Molina y algunos miembros del personal de INEFOS. Patricio Donoso tuvo a su cargo la ampliación y actualización de la investigación y la elaboración de estadística para las ediciones posteriores. Cecilia Cortés cumplió con el encargo de mecanografiar el manuscrito.

En 1971, a petición de Patricio Rivadeneira, Patricio Moreano, José Sáenz y Jorge Landívar, miembros activos de la Democracia Cristiana, entonces en grave crisis interna, aceptó volver a presidirla, siendo reelecto hasta el 78.

El 22 de Febrero de 1972, a nombre de la Democracia Cristiana publicó un Manifiesto expresando su apoyo político al nuevo dictador General Guillermo Rodríguez Lara y fue designado Asesor del Consejo de Generales, renunciando a los treinta días cuando se separó el Contralmirante Raúl Sorrosa Encalada quien le había solicitado que colabore en dicho cargo.

Entre el 71 y el 78 fue profesor de Sociología Política en la U. Católica, entre el 73 y el 78 enseñó también Ciencias Políticas en el Centro Andino de la Universidad de Nuevo México con sede en Quito, y dirigió el Instituto de Investigaciones Económicas de la U. Católica. Sus alumnos le recuerdan por la claridad y precisión de sus exposiciones pues siempre ha sido un profesor exacto en el cumplimiento de sus obligaciones.

El 75, durante la Convención Demócrata Cristiana celebrada en Curazao, fue electo por los Partidos Latinoamericanos, miembro del Comité Político Mundial de la “Internacional Demócrata Cristiana” IDC. Por entonces el país vivía los últimos días de la dictadura de Rodríguez Lara pues tras el cuartelazo del General Raúl González Alvear se había debilitado y existía gran agitación social, las masas indígenas se movilizaban exigiendo el cumplimiento de las leyes agrarias y las centrales obreras se habían unido en las ciudades. Caído ignominiosamente el dictador por mano de sus principales colaboradores militares ascendió al poder un triunvirato presidido por el Vicealmirante Alfredo Poveda que anunció el retorno a la constitucionalidad, que sin embargo se volvió asaz tortuoso por la malicia con que los militares lo llevaron, aplazando el momento de la entrega del poder. El lenguaje radical de la Democracia Cristiana cuya juventud publicaba un periódico denominado “Carajo”, no correspondía con lo que hacían pues acababan de iniciar conversaciones con el conservadorísimo progresista que dirigía Julio César Trujillo y para controlar la CEDOC ambos bandos no trepidaron en usar a los trabajadores. Finalmente se unirían con el nombre de Democracia Popular.

En 1977 fue designado Vocal y presidió la Tercera Comisión Legislativa que preparó al Consejo Supremo de Gobierno un proyecto de ley de Elecciones y de Partidos Políticos que normaron el proceso de democratización del país y en colaboración escribió “El Poder Político en el Ecuador” que ha visto numerosas ediciones y dos traducciones al francés y al portugués. En la Comisión Legislativa amistó con el ^resto de los miembros, especialmente con el Abg. Jaime Roldós Aguilera, joven guayaquileño casado con la sobrina y ahijada de bautizo del líder populista Asaad Bucaram.

En Enero de 1978 cayó preso con Luís Gómez Izquierdo y Julio César Trujillo por pocos días y su amigo el Ministro de Gobierno, General Bolívar Jarrín Cahueñas, propuso su nombre para ocupar la presidencia de la República, pero la sugerencia no prosperó. Luego le designó miembro del Tribunal Supremo Electoral. Entonces creyó, con Julio César Trujillo, que había llegado el momento de formar la Democracia Popular con elementos de la Democracia Cristiana y la Juventud Conservadora, para intervenir en las elecciones presidenciales que se avecinaban. Meses después viajó a Alemania y a su regreso se produjo el pacto con la Concentración de Fuerzas Populares CFP para integrar un binomio con Roldós a la Presidencia y Trujillo de compañero de fórmula. Bucaram había ofrecido la vicepresidencia a Trujillo pero este la cedió a Hurtado pues nadie creía en el país que la CFP iba a ganar las elecciones y Trujillo no quiso “gastarse políticamente”, como se dijo por entonces, pues a la clase política ecuatoriana se le hacía difícil asimilar Guerrero Valenzuela, de ayuda a los damnificados de las inundaciones.

Mas, la caída internacional de los precios del petróleo a menos de $ 36 y el agresivo y criminal endeudamiento externo iniciado desde 1974 durante la corrupta dictadura militar de Rodríguez Lara, que gozó de los millones del boom petrolero, vendió la reserva oro del país y encima nos endeudó en sumas astronómicas con la banca internacional, aparte el Presupuesto Nacional había continuado creciendo incesantemente, motivo que la tasa de inflación subiera del 14% al 63% originando una serie de especulaciones y el aumento de los intereses bancarios.

Para superar dicho desnivel presupuestario siguió al pie de la letra la Fórmula neoliberal del Fondo Monetario Internacional con medidas tales como las mini devaluaciones monetarias, la elevación del precio de varios productos básicos, la prohibición de importar artículos suntuarios y la sucretización de la deuda privada, la que Hurtado no pudo o no quiso realizar, dejándole el problema a su sucesor el Ing. León Febres – Cordero quien si se atrevió a hacerlo.

En cuanto a la apertura del país a la inversión extranjera Hurtado se mostró medroso para “no entregarnos a los capitales extranjeros” siguiendo en esto la muletilla Castro comunista tan en boga por entonces. Poco conocedor de asuntos económicos demoró en tomar medidas portándose en la mayoría de las ocasiones indeciso La cotización del dólar subió desde los veinte y ocho sucres el día 12 de Marzo del 83 a cuarenta y de allí en adelante continuó imparable hasta situarse el 84 en un mil doscientos sucres causando la quiebra del comercio, la industria y la clase media del país. Hubo un caos económico nacional, del que se aprovecharon los bancos recibiendo en dación en pago bienes inmuebles de gran valor y entregando a cambio al Banco Central, los documentos de la deuda privada externa que se negociaban en la bolsa de valores de New York con el 50% de descuento, de manera que con esta sencilla operación de pasamano, obtenían como utilidad la mitad de esos valores. Así fue como se enriquecieron los banqueros a costa del empobrecimiento de los deudores en dólares, en otras palabras, de quienes trabajaban en el país. I no faltaron los izquierdistas estultos que aseguraban a boca llena que la sucretización salvó a los deudores y perjudicó al estado, cuando en realidad perjudicó a los deudores y al estado, favoreciendo únicamente a los accionistas y administradores de los bancos que recibían en dación en pago cuantiosos bienes a precios bajísimos de avalúo, compraban segmentos de la deuda pública de igual valor pero a mitad de precio en el exterior, los entregaban al Banco Central y luego vendían los bienes recibidos a precios reales.

En lo internacional viajó once veces por el extranjero dejando encargado al Vicepresidente León Roldós Aguilera, con quien mantuvo al principio una relación amistosa que se fue tornando ríspida, sobre todo desde que cometió el error político de referir a los periodistas que el ex Presidente Jaime Roldós era muy generoso con sus amigos y colaboradores. También tuvo que soportar los denuestos del Representante Nacional León Febres- Cordero, quien le atacó y fustigó siempre, con aquella acrimonia y destemplaza que le caractiraba.

Su gobierno tuvo el carácter de un interinazgo, que unido a su timidez innata y a que acostumbraba aparentar frialdad frente a los gravísimos problemas de entonces siendo como es una persona de grandes pasiones ^ controladas, le fue tornando cada vez más impopular. La economía andaba a la deriva, manejada por un hombre que actuaba con la impasividad de un cirujano que trata al enfermo grave sin un gesto de calor. Todo porque había expresado que el país estaba abocado a una economía de guerra!

Como expositor habilidoso y lógico, brindaba conferencias de prensa en cadena que admiraban por su dialéctica pero no agradaban por lo que decía. Logró finalizar su período respetando los derechos humanos pues nunca adujo insuficiencia de las leyes para abusar de las libertades individuales ni sojuzgar a sus conciudadanos. En 1984 apoyó la candidatura presidencial de su coideario Julio César Trujillo, quien sufrió un grave y aparatoso descalabro electoral. El triunfo de su principal opositor, el Ing. Febres Cordero, sirvió para probar una vez más que en los países occidentales la alternabilidad republicana es el mejor sostén de la democracia.

Al cesar su gobierno cometió la debilidad de publicar en ocho extensos volúmenes bajo el título de “Democracia y Crisis” los textos y discursos que habían circulado durante su mandato escritos en su mayoría por Democracia Popular del Pichincha a la Asamblea Nacional, salió electo y presidió la Asamblea que se declaró Constituyente, tocándole descartar la constitución política que ayudó a imponer en los últimos tiempos de la dictadura de los triunviros militares. La nueva Carta política sirvió para asegurar la privatización vertiginosa del estado, es decir, el sistema contrario al que imperó hasta ese momento en el país. También permitió un nuevo salvataje bancario.

En el 99, el presidente Jamil Mahuad, de la Democracia Popular, decretó el feriado bancario y la dolarización a veinticinco mil sucres, cantidad excesiva que solo sirvió para licuar la deuda de la banca con el estado y empobrecer a los ahorristas y en general a todo el país, crisis igual a la de 1983. Tras lanzarse nuevamente a la presidencia de la República el 2002 y perder dicha elección, habiendo la Democracia Popular entrado en crisis y cambiado de nombre por el de Unión Demócrata Cristiana, decidió abandonar la lucha política. Estaba casado nuevamente y posiblemente se sentía desalentado.

Honesto y dueño de un amplísimo lenguaje, rico en términos que aplica cuando la situación lo requiere, sortea con éxito las entrevistas manteniendo una imagen bien estructurada a pesar de sus pactos para detentar el poder. Por eso se le tilda de scholar elitista más que de líder populista, pues no lo es. Estudioso y dedicado a la política a tiempo completo, desde el arribo de Juan Pablo II al Ecuador en 1986, cuando la cúpula eclesiástica ecuatoriana en gesto verdaderamente insólito condujo al Papa en el interior de la iglesia de la Compañía al sitio en que se encontraba Hurtado y su esposa, para que los salude, pasó a ser considerado el líder indiscutible de la derecha del país. Esta falta absoluta de protocolo nos presentó ante el mundo, que observaba, la ceremonia, como un país de inocentes salvajes por TV.

Sus enemigos políticos le han acusado de ególatra presumido pero como él mismo se califica de politólogo, no hace caso de esos encasillamientos. Con Rodrigo Borja no se llevó bien por emulaciones personales, aunque fue su brazo derecho durante el periodo de 1988 al 92 a través de diversos pactos legislativos y de gobiernos. Elegante y deportista, le agradan los temos europeos y practica el tenis con pasión. Ejercía una marcada influencia en la sierra, sobretodo en Quito, personalmente o a través de terceros. Viajaba continuamente invitado como expositor a Congresos y Mesas Redondas internacionales. No tiene aspiraciones legislativas pues le resulta difícil relacionarse con sus iguales. Por eso ha declarado que jamás lo será quizá por esa falta de aptitud, de seguro carece de la paciencia necesaria para soportar la estulticia de la mayor parte de los Diputados. Su sueño mayor es lograr que en el Ecuador se llegue a una sucesión bipartidista como ha sucedido en Costa Rica entre los Socialdemócratas y los Democristianos a fin de lograr una estabilidad política que garantice las sucesiones democráticas por muchos años. Cortes, organizado, pulcro, exacto en la teoría, ensayista de temas políticos, es un perfecto intelectual y caballero.

En 2006 editó “Los costos del populismo” indicando que el fracaso del desarrollo ecuatoriano se explica en la forma de hacer política en ^ nuestro país. El 2007 dio a la luz “Las costumbres de los ecuatorianos” en 302 págs. o formas de pensar y valores que han impedido que las actividades productivas particulares funcionen eficazmente, la economía pública sea bien gestionada y el país pueda desarrollarse. Allí se dice entre otras generalidades que los ecuatorianos somos impuntuales, ociosos, ignorantes, sin sentido del deber, incapaces de advertir las virtudes del neo liberalismo, etc.

Durante los diez largos años de la tiranía correísta fue respetado pues tuvo el buen criterio de asumir la elevada posición de un ex presidente de la Nación y no participó en política, tras lo cual acaba de publicar el 2017 “Ecuador entre dos siglos” que viene a ser la tercera parte de una trilogía pues “comienza donde se quedaron mis dos libros anteriores porque el Ecuador de hoy ya no es el mismo que cuando apareció Dos mundos superpuestos” (69)

Sus obras pecan de repentistas pues tratan sobre problemas de actualidad que pronto dejan de serlo, por ello debe actualizar sus juicios cada cierto tiempo, pero como nunca ha superado su posición de cientista opaco, de hablar cansino por pausado la tierra / donde el sol me caliente los huesos y mis ojos / alargados en tallos, suban a ver de nuevo / la lámpara salvaje de los ocasos rojos. // Arrójame semillas. Yo quiero que me enraícen / en la greda amarilla de mis huesos menguados, / I por la parda escalera de las raíces vivas / yo subiré a mirarte en los lirios morados! //