HAENKE TADEO

BOTANICO.- Nació el 5 de Octubre de 1761 en la pequeña ciudad de Kreibitz, reino de Bohemia, cuando esa región

pertenecía al imperio austríaco, fue bautizado con los nombres de Tadeo Peregrino Xavier y su próspera familia mantenía

nexos comerciales con los puertos españoles de Cartagena y Cádiz, a los que aprovisionaban de objetos de fina cristalería.

Existe poca información acerca de sus primeros años a no ser que estudió en el Colegio que los jesuítas mantenían en la

Universidad de Praga donde fue discípulo en estudios botánicos del profesor Josef Gottfried Mikan. Graduado a los veinte y

un años de doctor en Filosofía en dicha Universidad, conociendo perfectamente el latín y hablando como lengua materna

el alemán, aprendería el español empezó estudios de medicina que luego dejó. Ya era miembro de la Sociedad Real de

Bohemia para la ciencia.

El 86 trabajó en Viena en investigaciones de carácter botánico desarrolladas en Riesembirge bajo las órdenes del profesor

Nicolaus Joseph von Jacquin. Entre 1787 y el 88 herborizó en los Alpes austríacos y recogió numerosas muestras para el

Museo imperial de esa capital. Ese último año se organizó en España una expedición científica al mando del marino

italiano Alejandro Malaspina Mulazzo con el fin de reunir información del reino natural y Haenke fue recomendado por el

famoso mineralogista Ignacio Born y por su maestro von Jacquin para que le incluyan en el grupo pues acababa de sacar la

octava edición de la obra de Linneo titulada “Species Plantarum,” pero habiendo arribado tarde a Cádiz, con el cargo de

Naturalista del gobierno con dos mil pesos anuales de renta, cuando las corbetas “Descubierta” y “Atrevida” habían

zarpado rumbo a América llevando a bordo a los científicos, marinos y dibujantes; tomó un navío mercante a Montevideo,

que naufragó al arribar en el Río de la Plata pero logró salvar su Carta Real de Recomendación y unos pocos artículos

personales, con los cuales siguió a Buenos Aires, viajó por tierra a Mendoza y Santiago, donde al fin pudo unirse a los

expedicionarios franceses y españoles el día 2 de Abril del 90, y por orden del naturalista Louis Neé tomó a su cargo todo

lo concerniente a la botánica.

Como miembro de la expedición recorrió las costas de Chile y las islas y archipiélagos del Sur. Después regresaron al Perú y

el 20 de Septiembre salieron del Callao rumbo a Guayaquil, que visitaron desde el 1 de Octubre colectando especies

durante veintiocho días en los alrededores de la ciudad, en Daule y en Taura, para seguir a Bodegas (Babahoyo) Quito y

otras poblaciones intermedias. También ascendieron al Chimborazo y al Pichincha y en Diciembre se embarcaron con

rumbo a Panamá, México y Filipinas, recogiendo material e información valiosa, como plantas y animales, que fueron

celosamente guardados a bordo de los buques de la expedición hasta fines de 1792.

En Julio del 93 arribaron al Callao después de circunnavegar la tierra a vela. Haenke se quedó en Lima enfermo de

escorbuto y por esa causa abandonó la expedición recibiendo la orden de recolectar más plantas por tierra hasta Buenos

Aires.

Después de varias semanas de descanso pasó a Chile por prescripción médica, analizó el salitre

de Tarapacá, indicando cómo se debía preparar el nitrato de potasa para su utilización en

calidad de fertilizante.

En 1795 visitó Bolivia. En Marzo del 96 el Sur del Perú, ascendió al volcán Misti, se bañó en las

aguas termales de Agua Nueva o Pozo Nuevo en Yuma, actual departamento de Arequipa,

donde encontró una milagrosa mejoría y por eso las analizó químicamente, siendo el primero

en hacerlo.

En Enero del 96 elaboró un Informe del estado de las misiones en el territorio que habitaban

los indios Yuracares que entregó a Francisco de Viedma, Gobernador de Cochabamba. En Mayo

lo amplió destinándolo al Virrey del Río de la Plata.

Por su correspondencia familiar se conoce que había decidido quedarse en Sudamérica siquiera

dos años más, pero le preocupaba el destino de las Colecciones que había remitido a los

comerciantes amigos de Cádiz, pues no sabía nada de ellas.

En Febrero del 99 entregó al Gobernador Viedma un memorial titulado “Introducción a la

historia natural de la provincia de Cochabamba

y circunvecinos” analizando las riquezas naturales, estudiando a los indios y mestizos,

criticando las mitas y aprovechaba para recomendar que se realice una reforma agraria a base de repartir los bienes terrenos en poder de las instituciones eclesiásticas para crear una capa

de población media. Igualmente recomendó fundar las manufacturas de vidrio, algodón y

paños, incrementar la ganadería y la producción de plantas útiles como el algodón, café y caña

de azúcar.

Este análisis fue republicado en varios importantes órganos de prensa. En 1800 salió en la

revista “Telégrafo Mercantil,” lo cual no le gustó porque no le consultaron y la versión

apareció sin su corrección final, en 1809 fue traducido al francés en uno de los cuatro

volúmenes que se compuso la obra de fray D’Azara, miembro por muchos años de la Comisión

delimitadora hispano – portuguesa en las regiones que hoy forman Uruguay y Paraguay.

Mientras tanto había remitido por la ruta de Buenos Aires hacia España, una gran cantidad de

sus dibujos con materiales recogidos y clasificados en más de cuarenta cajones que se

depositaron en el Gabinete de Historia

Cia. escribieron que las relaciones comerciales estaban cortadas. Mientras tanto Haenke se había

retirado a causa de las luchas insurgentes a su casa en Santa Cruz de Elicona situada a treinta

leguas de la ciudad de Cochabamba en la provincia de los Moscos, pero al siguiente año solicitó al

nuevo Presidente de la Audiencia, Coronel Juan Manuel de Pueyrredón, que agencie los pagos de

sus sueldos que le adeudaban en Buenos Aires. La autoridad insurgente le calificó de extranjero

honesto y docto que vivía diecisiete años en Cochabamba y propuso a dichas autoridades que le

cancelen los sueldos siempre y cuando Haenke se comprometiera a realizar el Mapa del Virreinato

de La Plata pues la geografía era uno de los ojos de la historia si la miramos por el alma de la

política, pero el 20 de Junio todo se perdió en la batalla de Guaqui, gran triunfo militar de los

realistas enviados de Lima al mando del General José María de Goyeneche; sin embargo de lo cual

siguieron las guerrillas insurgentes sucediéndose entre Chuquisaca y Salta acaudilladas por

Francisco de Rivera quienes llegaron a apoderarse de Cochabamba el 14 de Septiembre de ese año

11 y apresaron al Gobernador – Intendente José González Prada y entre otros a Haenke, que fue

prontamente liberado e intentó escapar hacia Buenos Aires donde tenía influyentes amigos en la

política.

En esas se encontraba cuando nuevamente Goyeneche se hizo de la plaza de Cochabamba el 14 de

Agosto venciendo a Pueyrredón y a Rivera en Aymaraya, pero los insurgentes se apoderaron de la

ciudad y la mantuvieron hasta Mayo del 12. Con tantos trajines de guerra la situación de Haenke

se vio perturbada y en peligro los fusilamientos de lado y lado se sucedían de continuo y la guerra

continuaba pues desde la base de Salta, Mariano Belgrano realizó la campaña militar de 1812 al 13

a nombre de la Junta de Gobierno de Buenos Aires.

El 8 de Mayo del 13 Haenke, físico y botánico, o sea profesor de esas materias, extendió un

certificado de salud a su amigo Antonio Savane, ex director del almacén de tabaco en

Cochabamba, contra quien se había dictado orden de extrañamiento a Lima, pero él solicitaba una

prórroga por padecer de una enfermedad pulmonar.

En dichas ocupaciones pasó retirado hasta que en Diciembre de 1816

falleció en esa ciudad de cincuenta y seis años de edad solamente, posiblemente a causa de un infarto, pues la partida

correspondiente indica que fue “de pronto y sin extremaunción”. Su cuerpo fue sepultado al día siguiente en la iglesia de

San Francisco con misa solemne. Luego surgieron diferentes teorías que no han podido ser confirmadas. Unos dijeron que

había muerto en prisión y otros que envenenado pero ¿Por quién y con qué motivo? Un sobrino acucioso se dedicó a buscar

el paradero de su tío rico en América pero descubrió que nunca había tenido hacienda sino una simple casa a treinta millas

de Cochabamba, edificada en terrenos de una propiedad ajena, de manera que solo consiguió saber que su tío no había

sido adinerado.

Parte de sus colecciones se encuentran en el Museo Naródni de Praga pues durante toda la expedición envió plantas a la

compañía “Hieke, Rautenstrauch, Zincke und Ko.” y los duplicados al Museo de Berlín.

Se le considera uno de los mayores naturalistas del siglo XVIII y quizá el botánico mejor organizado de su tiempo, pues

colectó cerca de quince mil plantas, dibujaba a la perfección hermosas láminas, empleaba la química para aislar las

sustancias activas de los vegetales y clasificaba según el método de Carlos Linneo con patrones científicos que hasta hoy

se aplican. También asombra la claridad de sus ideas socio – económicas pues preconizó una reforma agraria y otra

industrial para evitar la dependencia económica de estas regiones americanas, condenadas a ser simples proveedoras de

materias primas al primer mundo.

El mejor estudio que se conoce de su obra data de 1825, cuando Cari Borivoj Presl editó en Praga su “Reliquiae

Hankeanae”, conteniendo gran parte de sus viajes, descubrimientos y aventuras, así como su retrato, cuyo original se

halla en el Museo Naval de Madrid.

Existe una biografía de Haenke escrita por J. Gickiorn en idioma alemán.