POLITICO.- Nació en Licto, parroquia del cantón Riobamba, el 19 de Julio de 1911. Hijo legítimo de Luis Mariano Guevara
Villalta, riobambeño culto y heredero de tierras en Licto, Pungalá y Guamote, agricultor, aventurero, revolucionario
alfarista en 1906, cuatro años después casó con Obdulia Moreno Oviedo, de las más importantes familias de ascendencia
españolas afincadas durante los años coloniales en la población de Licto. Los Moreno de Acosta entre otros. En 1912 se
trasladaron a Guayaquil, él fue profesor en las escuelas de la Sociedad Filantrópica del Guayas, después fundó el “Liceo
Ecuador” de enseñanza primaria, que pronto se acreditó en el puerto, adquiriendo una holgada posición económica y
ganando el respeto y las consideraciones de la sociedad porteña.
Nuestro biografiado arribó muy niño a Guayaquil y estudió las primeras letras en la escuelita de Rosa Sanz, luego pasó al
Jardín de Infantes de Blanca Salvador y al Centro Escolar Olmedo cuyo director era el doctor Manuel Gómez Abad, de allí
salió por travieso a la escuela fiscal “Pedro Carbo”.
En 1923 ingresó al “Vicente Rocafuerte” y pronto descolló por sus condiciones de líder, despreocupación por el dinero –
siempre andaba sin un centavo – costumbre que repitió después cuando Ministro de Gobierno, en cambio era habilísimo
para ejecutar caricaturas, amaba las plantas y gustaba cultivarlas. Pulcro en el vestir, tenía éxito social y no había mujer
que resistiera sus requiebros porque era apuesto y viril, alto, blanco, pelo castaño y ojos verdes, jovial y hasta satírico,
cualidad que le acarreó enemistades; su voz agradable, potente y bien modulada. En 1928 fué secretario fundador de la
Liga Deportiva Estudiantil y practicó el basquet.
En 1929 se graduó de Bachiller antes de cumplir los dieciocho años y empezó a estudiar leyes en la Universidad de
Guayaquil pero ese año fue expulsado con otros miembros de la “Fracción Universitaria de Izquierda” y aunque viajó a
matricularse en la Universidad Central, allí le negaron el ingreso y su padre lo envió a París a que aprendiera ese idioma
en la “Alianza Francesa”.
Después estudió en la Facultad de Física, Química y Ciencias Biológicas de la Sorbona donde conoció al escritor André
Maurois y al erudito ensayista Couturier, redactor del diario comunista L’ Humanité, que lo introdujo a los círculos
izquierdistas franceses y le facilitó el libro “La Técnica del golpe de estado” de Curcio Malaparte, que tanto habría de
influir en su futuro.
En 1931 arribó a Europa su hermano Gonzalo a estudiar ingeniería industrial. En 1932 hizo amistad con el doctor José
María Velasco Ibarra quien también vivía en París en situación por demás precaria. En 1934 vivía en el barrio latino y
realizaba prácticas en el hospital Saint Antoine en su especialidad de radiología, allí conoció a la estudiante alemana Ruth
Krober, natural de Altemburg, también radióloga, a quien enamoró. Ella le enseñó alemán y finalmente se casaron. Para
entonces había adquirido y perfeccionado sus conocimientos sobre la ideología marxista y era un convencido de esa
doctrina.
Poco tiempo después – en 1936 – estalló la Guerra Civil Española. Los esposos habían terminado sus estudios pero aún no se
habían recibido, sin embargo, nada les importaba más que participar en la defensa de la República y con tal fin ingresaron
a las Brigadas Universitarias de Izquierda y viajaron al frente nacional de Madrid. Allí recibió el título de Teniente de la
sección de laboratorios analíticos, teniendo a su cargo dos equipos móviles motorizados para realizar análisis. Su esposa lo
ayudaba en todo y estando en Albacete quedó embarazada pero siguió en el frente y juntos viajaron a Guadalajara donde
ella dió a luz a una niña que llamaron Pupetz y él fue herido en una pierna y operado en un sanatorio militar.
Apenas repuesto volvió al frente como Teniente de la Quinta Brigada y tuvo un fuerte altercado con un general de
nacionalidad rusa que ordenó su inmediato arresto y enjuiciamiento; todo indicaba que iba a ser fusilado por desobediencia pero sus amigos lograron hacerlo huir a Irún, en la frontera con Francia, donde se unió a su familia que ya
se había adelantado.
Nuevamente en París pidió dinero a su padre para los pasajes de regreso y a principios de 1938 arribó a Guayaquil; dos
semanas después estaba en Quito tratando de convencer al dictador Alberto Enríquez Gallo de sus planes políticos
personales y organizó un miting izquierdista de solidaridad con la República española en la plaza Arenas, donde pronunció
un vibrante discurso – siempre fue orador de barricadas – y entreabriéndose la camisa y enseñando el pecho lanzó su
célebre frase “Llevo en mi carne la mordedura de la metralla fascista”, que provocó un verdadero estallido emocional en
el auditorio. Era joven, idealista, recién llegado de la barbarie de Europa, simpático, dicharachero, buen mozo y
enamorador, usaba boina vasca, finas camisas de cuello volteado modelo tortuga traídas de París y gustaba que le trataran
de doctor.
De continuo asistía a la casa del Teniente Humberto Machuca Sánchez líder del anarquismo en la capital, poseía una
personalidad fascinante y un atractivo poco común para hombres y mujeres al punto que la poetisa ibarreña Maria
Guillermina García Ortíz, para salvarle de la pobreza que lo agobiaba, decidió hacerse cargo de todos sus gastos.
Ese año radicó en Guayaquil, ocupó una casa en el Barrio del Centenario, empezó a trabajar en la sección de
importaciones de la firma “Pareja y Arízaga” que vendía productos farmacéuticos y amistó con Alfredo Pareja
Dieszcanseco que ya figuraba como escritor y que por eso fue uno de los fundadores del Bloque Democrático que sacó un
diputado en la Asamblea
Nacional Constituyente (Alfredo Pareja Diez – Canseco) y nació su hija Beatriz.
En 1939 volvió a ver en Colombia al doctor Velasco Ibarra, que en Enero de 1940 perdió las elecciones presidenciales
frente al Dr. Carlos Alberto Arroyo del Río a causa del fraude efectuado en su contra. Entonces Guevara viajó
apresuradamente a organizar la insurreción armada en Guayaquil mientras Velasco y los aviadores de la Base Aérea de
Quito trataban de tomar el poder en la capital. En Guayaquil Guevara metió preso al Jefe de Zona, Coronel Rodríguez,
pero ambos movimientos fracasaron por falta de apoyo del ejército y los comprometidos salieron desterrados a Colombia.
En Buga consiguió una cátedra de Biología y fundó el Laboratorio universitario de Análisis que dirigió personalmente. Los
fines de semana se trasladaba a Cali para conversar con Velasco y juntos planearon una nueva era política para el Ecuador.
En dicha ciudad colombiana nació su hijo Carlos.
Entre 1942 y el 43 Velasco vivió en Santiago de Chile y a principios del 44 regresó a Colombia. Donde se le unió Guevara,
porque sentia una genuina y devota admiración. Era su amigo a toda prueba, su secretario y consejero.
Al estallar la revolución el 28 de Mayo de ese año ambos viajaron a Quito y el día 30 fue designado Secretario General de
la Administración, intrigando contra Aparicio Plaza Sotomayor, Ministro de Gobierno, para reemplazarlo en esas funciones,
lo que sucedió a los tres meses y medio, en Septiembre
Desde el Ministerio logró desactivar el peligro social – como él llamaba – a la presencia de las izquierdas en la Asamblea
Constituyente, en puestos de dirección política y en lugares influyentes de la sociedad, fue una “depuración en los
ministerios” como confesaría años más tarde. Por otra parte mediatizó a la derecha fortalecida por medio de oradores
magistrales en la Asamblea como el Dr. Manuel Elicio Flor Torres y por el franquismo español que iniciaba su penetración
en nuestra Patria. De manera que Guevara Moreno se forjó en el juego gris de la política, reprimió a sus antiguos
compañeros, fortaleció el gobierno de Velasco Ibarra y trabajó a fin de llevar a la realidad un maquiavélico plan de
gobierno para los siguientes cincuenta años a base de la dictadura velasquista y tomando como ejemplo las de otros
líderes sudamericanos. En la consecución de ese objetivo no trepidó en desprestijiar y atacar con la Policía Nacional a los
miembros de la Asamblea y en uno de esos bochinches salió levemente herido el Diputado Pedro Saad. Por esa época
Guevara Moreno se separó de su esposa alemana a la que prácticamente mantenía abandonada a causa de su actividad
política ejercida a tiempo completo. Ella viajaría a Colombia y no regresará jamas al país.
Mientras tanto aprovechaba su cercanía con Velasco para armar un partido político que sin ser propiamente fascista,
utilizó la estructura y sus métodos para imponerse en las calles, desalojando para siempre a los izquierdistas de
Guayaquil.
Al fin, después de varios meses de preparación, con Guevara Moreno, Velasco Ibarra proclamó su dictadura el 30 de Marzo
de 1946, pretextando que la Constitución no lo dejaba gobernar y hasta inició la persecución de los políticos de izquierda,
destruyó los talleres del diario socialista “La Tierra” de Quito apresó a sus redactores y obreros y puso fuera de ley a los
partidos comunistas y socialista (1)
A los siete días del golpe Guevara Moreno organizó una multitudinaria concentración humana en Guayaquil y anunció
refiriendose al golpe que acababa de producir: “lo que la Policía ha hecho es crear una Democracia y un gobierno que
durarán cincuenta años.” Después le correspondió hablar a Velasco, quien sorprendió a todos anunciando la convocatoria a
elecciones para Diputados a una nueva Asamblea Nacional Constituyente, dando al traste con los ambiciosos planes de su
Premier, que no solamente quedó sorprendido sino también defraudado, pues veía venir los problemas que surgirían como
consecuencia de dicha convocatoria.
Entonces el liberalismo se negó a participar y dejó solo al partido conservador. En tal difíciles circunstancias Guevara dió
el apoyo oficial a un pequeño grupo recién fundado en Guayaquil por el doctor Rafael Mendoza Avllés denominado “Unión Popular Republicana” U.P.R. que el vulgo satirizó con el
nombre de “Uperra” pero que logró una votación masiva y logró diez diputados, frente a cuarenta
y tres del conservadorísimo.
El día de la instalación de la Asamblea Velasco sabía que los conservadores elegirían presidente al
doctor Manuel Elicio Flor Torres. De todas maneras presentó un largo Informe cuya lectura duró
casi seis horas y al notar un ambiente frío y desfavorable se retiró a la Embajada de Colombia; sin
embargo, Guevara, que no era de los que fácilmente se daban por vencido, fue a dicha Embajada
y arengó a Velasco diciendo “Los que triunfan no se asilan”.
Luego, con su acostumbrado dinamismo, regresó al Palacio y ordenó que se llenen las barras de la
Asamblea con gente traída de Guayaquil, especialmente preparada para vejar y amenazar a los
Diputados con los insultos más soeces, también hizo rodear el edificio con tanques de guerra y
desplegó a enfermeros militares con camillas listas para cualquier emergencia médica.
Entonces entró al local de la ^ Asamblea y dirigiéndose a un diputado
velasquista díjole en alta voz para que todos le oigan “De aquí no saldrán vivos y estoy seguro que
elegirán presidente al doctor Velasco, porque bajo cada conservador se esconde un tímido” y se
retiró tranquilamente a su despacho, donde se encerró con gran misterio y en la sala de estar a fin
de que todos pudieran ver había hecho colocar un perchero con ocho gorras y abrigos militares con
las insignias de General, para que creyeran que se encontraba deliberando con los ocho Generales
que tenía la República.
Los Diputados se atemorizaron y cayeron en la trampa; poco después Velasco fue electo por
cuarenta y tres votos para el período constitucional de 1946 al 50; pero el bochorno había sido
muy grande y los Diputados le solicitaron la separación del Ministro de Gobierno si quería seguir
contando con el apoyo de la Asamblea. Guevara comprendió que su salida era una necesidad
política y aceptó irse de Embajador a Chile, no sin antes advertir al Presidente “Me voy, pero
considéreme siempre a su servicio y si Ud. vuelve a estar en peligro, vendré a respaldarlo. No se
confíe del ejército, sus jefes son bailarines y mañosos” sin embago, en privado, confesó a uno de
sus íntimos “estando yo fuera del
ecuatoriano Carlos Julio Arosemena Tola con ese candídez propía de las almas puras cometió el
gravísimo error político de reemplazarle con Arturo Borrero Bustamante; mientras tanto
Guevara Moreno había asesorado al presidente chileno G. González Videla, durante el
enfrentamiento que éste tuvo con los partidos de izquierda, denunciando y persiguiendo a los
ecuatorianos de ideas marxistas que vivían o estaban de paso por ese país, de suerte que
devino en verdugo de ellos.
Al anunciarse el final de su misión y consiguiente retorno al Ecuador, la Municipalidad de
Santiago le declaró “Huésped Ilustre e Hijo Honorario”, pero él declinó tales muestras de
aprecio diciendo “No estoy hecho para recibir plomo ni oro” y pasó a Lima donde conoció a
Rafael Dillon Valdés y acordaron la creación de un partido político de masas, porque “el poder
es lo único que da poder y cuando no se lo tiene se lo inventa”, luego siguió a Guayaquil y en
1948 fundó la revista política “Comentarios del Momento”, que causó furor en la opinión
pública por el lenguaje nuevo y terriblemente cáustico que empleaba y porque atacaba al
régimen del presidente Galo Plaza Lasso, a sus autoridades, a la burguesía y a los grupos de
presión económica, Dillon era el Gerente y escribían Rafael Coello Serrano, Leonardo Stagg
Durkof, Leonidas Avilés Robinson y Amallo Puga Pastor, despues se sumarían otros columnistas,
que igualmente se hicieron famosos.
En 1949 dió forma paramilitar al nuevo partido, dividiendo su estructura interna en Comandos y Brigadas tipo fascistas.
Las primeras reuniones se celebraron en casa de la familia Descalzi, ubicada en Eloy Alfaro y Maldonado, donde se adoptó
el nombre de “Concentración de Fuerzas Populares”, partido del pueblo ecuatoriano C.F.P. fórmula política que se
sustentaba en las masas populares y aspiraba gobernar con elementos de la burguesía profesional. Guevara pasó a ser “el
Capitán del pueblo ecuatoriano” e inauguró la era populista al grito de “pueblo contra trincas” que era su lema y su voz
en el combate; mientras tanto se había agigantado la figura de su esposa Norma Descalzi Gallinar, mujer de extraordinario
temple que nunca se dejó doblegar ante la adversidad y a quien adoraban las masas guayaquileñas, que paseaban su
imagen por toda la ciudad al igual que la de su marido en actitud semejante a la de los peronistas argentinos con dicho
caudillo y su esposa Evita.Formaban la plana mayor del CFP conocidas personalidades sociales, algunos antiguos políticos,
gente adinerada que contribuia a sostener las finanzas del partido y pueblo en general, que gustosamente pagaba una
cuota semanal. Entre los de mayor figuración estuvieron originalmente Rafael Mendoza Ávilés, Rafael Dillon Valdés, Miguel
Macías Hurtado, Rafael Coello Serrano, Luís Robles Plaza, Ámalio Puga Pástor, Leonardo Stagg Durkof, Leonidas Ávilés
Robinsón,Vicente Norero de Lucca, Luis Marcillo Rodríguez, Francisco Macías Burham, Simón Cañarte Barbero, Luís Jácome
Riveiro, Leopoldo Amador Navarro… Enrique Noboa Arízaga dirigía la revista Momento y en la parte cultural colaboraban
José Joaquín Pino de Ycaza y Rosa Borja de Ycaza entre otros.
Velasco, en cambio, solo era un caudillo profundamente personalista; allí la gran diferencia de Guevara con el seudo
populismo de quien, como buen ególatra, al fin de su vida política declaró que el velasquismo moría con él pues jamás
había estado en su naturaleza forjar líderes. Era indudable que Guevara Moreno pretendió imponer el culto a su
personalidad y por eso sus retratos estaban presentes en toda la ciudad pero lo que perseguía era la exaltación del jefe;
grabar en las memorias de la gente la efigie del conductor para hacer más fuertes sus órdenes partidistas. “A la carga cefepistas” fue la consigna tras el grito de su líder populista.
Ese año 49 Guevara y la C.F.P. apoyaron la candidatura de la Unión Popular Republicana U.P.R. de Rafael Mendoza Ávilés a
la Alcaldía de Guayaquil, quien perdió estrechamente y por fraude electoral en las parroquias rurales frente al oficialista
Rafael Guerrero Valenzuela sobrino segundo del Presidente Galo Plaza Lasso por la rama materna Valenzuela Plaza.
Entonces Guevara inició una cerrada oposición al gobierno, que reaccionó creando un cuerpo de represión llamado Policía
Rural. En 1.950 C.F.P realizó su primera convención Nacional y ganó las elecciones de Diputados en el Guayas, éste fue el
primer triunfo y salieron electos Ámalio Puga Pastor, Rafael Coello Serrano y Rafael Mendoza Ávilés.
Ya para entonces la CFP contaba con el auspicio noticioso del diario “La Nación” en Guayaquil que difundía sus
justificativos ideológicos, fundamentados en una retórica barnizada de contenidos antioligárquicos, reivindicativos del
papel que asumirían los grupos poblacionales que crecían de manera ostensible en laciudad de Guayaquil. Su práctica
política se caracterizaría por un anticomunismo y por el desarrollo de estructuras celulares barriales con un sesgo
esencialmente movilizador, a partir de claras y rigurosas decisiones de su excluyente centro rector, es decir, la voluntad
del jefe. La algarabía de sus marchas, los tambores y fuegos pirotécnicos la proliferación de banderas, el discurso
ofertista y aparentemente incendiario, no fueron si no expresiones superficiales aunque muy pragmáticas y efectivas, para
servir a una corriente política que consiguió sustituir el concepto de pueblo y elevar a la categoría de mito el de masas.
Entonces ocurrió que algunos líderes cefepistas decidieron dar un golpe revolucionario, para lo cual comprometieron a
varios oficiales de la guarnición de Guayaquil.
La noche del 15 de Julio de 1950 sorprendieron dormido al Jefe de Zona, Mayor Horacio Sevilla Carrasco y con el apoyo de
la Policía Nacional Guevara proclamó la revolución pero fracasó por falta de respaldo del ejército y fue apresado con
Rafael Coello Serrano, Leopoldo Ámador Navarro, Luis Jácome Riveiro y Ámalio Puga Pastor. Llevados al Panóptico,
presentaron recursos de Habeas Corpus ante el Álcalde José Ricardo Chiriboga Villagómez que lo sustanció pero no
concedió la libertad de los detenidos, que permanecieron un año en prisión.
De haber triunfado el golpe se hubiera instaurado un gabinete con las siguientes personas: Benjamín Terán Varea en el
ministerio de Gobierno. Ámalio Puga Pástor en el de Econompia. Rafael Dillon Valdés en el de Tesoro. Juan Emilio Murillo
en Previsión Social y Trabajo. Leopoldo Ámador Navarro en la Gobernación del Guayas. Enrique Jairala Hanna en la
Jefatura de Seguridad. Braulio Galarza en la Jefatura de Migración y Extranjería. Rafael Mendoza Ávilés en la Álcaldía de
Guayaquil.
La revista Momento siguió publicándose en Guayaquil bajo la dirección de Norma Descalzi de Guevara, en colaboración
con Olga Romero de Coello, Martín Árellano Lamota, Gustavo Diez, José Hanna Musse y los padres Elías Brito, Carlos Terán
Zenteno, y Juan Morales y Eloy pero ya no gozó de la popularidad del primer momento entre el vulgo cuando se dedicaba
a insultar a las principales figuras del país. Al venerable repúblico Francisco Árízaga Luque factótum de la revolución
gloriosa del 28 de Mayo zarandeó con la letra del conocido tango La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. Ál ex
Presidente Ándrés F. Córdova por cada poro destila una infamia, en referencia a que era lluro o ñaruso y autor del fraude
electoral que llevó al poder a Árroyo del Río. Ál Presidente Plaza le trataron de membrete de los gringos. Ál maestro
internacionalista José Vicente Trujillo que siempre pasó por sujeto elegante manos de monja. Ál ilustre y honorable ex
Álcalde de Guayaquil Rafael Mendoza Ávilés, cuando ya se había distanciado del CFP Cacaseno Tabares, a los propietarios
del diario El Univeso, las ratas Pérez castradas y así por el estilo. Nunca se había leído en la prensa nacional tal cantidad
de insultos soeces.
Una fuga del Panóptico, personalmente preparada por la Sra. de Guevara se frustró a última hora y hasta hubo heridos.
Mientras tanto el presidente Galo Plaza había viajado a Washington a entrevistarse con el presidente norteamericano
Harry S. Truman. Állí le solicitaron que deje en libertad a los detenidos políticos porque convenía para la carrera
internacional que le habían preparado ¡Ásí fue como egresaron del Panóptico!
En 1951 estaba nuevamente en Guayaquil al frente de C.F.P. y ofreció la alcaldía a los doctores José Vicente Trujillo y Raúl
Clemente Huerta que no aceptaron. El primero puso como condición el apoyo del C.F.P. a la presidencia y el segundo no
quiso comprometer su imagen en el partido liberal. En realidad, ambos personajes eran de carácter tranquilo, hasta
pusilánimes frente a la fuerza arrolladora de Guevara Moreno, temían a su populismo que no respetaba las viejas formas
de escritorio, que era como se hacía la política en los años treinta y cuarenta. Entonces Guevara se lanzó para la alcaldía
de Guayaquil con el apoyo de los nuevos habitantes de la urbe, que no eran obreros sinó migrantes venidos de los campos
aledaños en grave pobreza y a probar suerte con el boom del banano y ganó ampliamente las elecciones frente a sus
opositores el izquierdista Manuel Árenas Coello, el populista Rafael Mendoza Ávilés y el gobiernista Federico Intriago
Árrata.
Por esos días se grabó la marcha “Capitán del Pueblo” escrita a finales
de 1950 por el compositor Ruperto Romero Carrón, nacido en Tixán, quien la cantó fue Julio
Jaramillo, por entonces de diecisiete años.
Su cónyuge Norma Descalzi había adquirido una cómoda villa de cemento en el barrio Las Peñas,
de dos pisos, con jardín, vista al río y una pequeña piscina que Guevara adornó personalmente con
hermosas plantas traídas desde las restantes provincias del país; siempre sintió predilección por el
estudio de la botánica y la práctica de la jardinería, arreglos florales y decoración de interiores,
pero sus enemigos políticos le inventaron que vivía con lujo asiático, solamente para desprestigiar
su imagen de caudillo popular y hasta lo apodaron “El Pacharaco ocioso”.
En 1952 ofreció el apoyo cefepista a Colón Eloy Alfaro para la presidencia de la república, pero
éste no quiso ser candidato porque odiaba mucho a los hombres y partidos que habían participado en el asesinato de su
padre y no quería tomar retaliaciones en caso de salir electo, según dijo; sin embargo, detrás de esa negativa se escondía
la miopía política de la burguesía guayaquileña liberal que no ha comprendido hasta hoy que el ^ populismo es la
nueva fórmula que
ha reemplazado los viejos esquemas destruidos con la revolución del 28 de Mayo de 1944 y que el
caudillismo siempre ha existido en el país como legítima expresión popular.
CFP era un poder político en el Ecuador, contaba con una estructura piramidal de control central
que le permitía una gran movilidad de acción, Su ideario era una confusa amalgama que rescataba
contenidos y aspiraciones inmediatistas de los habitantes marginales, a los profesionales ofrecía
posibilidad de ubicación relativamente importantes movilizaba y hasta contaba con miembros de
las grandes familias depauperadas económicamente.
Esas masas eran una nueva fuerza política en la ciudad de Guayaquil y amenazaban tomarse el
país pues en las elecciones obtenía la CFP un nutrido caudal de votos. Guevara Moreno era un líder
que andaba en guayabera mezclado con el pueblo. El periódico “La Nación” el portavoz de su
doctrina y expresiones. La revista “Momento” su irreverente y soez arma de ataque y en las
provincias de Guayas, Los Ríos y Chimborazo ganaban sus candidatos, por eso Guevara Moreno se
constituyó en factor decisivo en la elección
desorganizada mientras que la C.F.P. aparte de ser disciplinada y orgánica, contaba con
cédulas en Guayaquil y el Guayas, sus comités funcionaba todo el año y cada responsable tenía
que rendir cuentas a su jefe de la actividad cotidiana. En tales circunstancias, no teniendo
intereses comunes, era irremediable la pugna entre ambos amigos, pues cada uno luchaba por
prevalecer ante el otro y la ruptura se produjo con violencia y triunfaría quien – en ese
momento – aún era el más fuerte. Por eso el presidente Velasco decidió traicionar a CFP y para
ello se aprovechó de un incidente sin importancia, la venta al Estado de dos gabarras de
propiedad del cefepista Simón Cañarte Barbero; entonces repudió el pacto y trató de liquidar a
los cefepistas dizque para obtener la paz y la tranquilidad del país; pero Guevara continuaba
en la alcaldía de Guayaquil y Velasco le temía en secreto pues conocía su valía y popularidad
El viernes 30 de Octubre de 1952 la mayoría gobiernista del Congreso suspendió las elecciones
municipales que debían realizarse el 1 de Noviembre en el país, a fin de evitar el seguro
triunfo de Guevara Moreno en Guayaquil. A última hora los diputados cefepistas se unieron a
los izquierdistas para impedirlo, pero fueron derrotados por el conservadorismo y el
velasquismo.
Al día siguiente el Presidente Velasco inventó la patraña de un supuesto asalto a la Base Aérea de Taura, lo cual fue
corroborado por su Canciller Camilo Ponce Enríquez y su Ministro de Defensa Carlos Julio Arosemena Monroy, apresaron a
Guevara Moreno en unión de su esposa Norma, José Hanna Musse, Michael Achi Iza, Miguel Maclas Hutado, Pablo Estrada
Valle y Leonardo Stagg Durkof que ingresaron al Panóptico y al siguiente día salieron del país en un avión militar. En Cali,
un coronel del ejército colombiano desarmó al Comandante Félix Guerrero Zárate, que hacía de jefe y delegado del
gobierno en el interior del avión. De allí siguieron a Bogotá donde los desterrados hicieron noticia durante casi un mes.
Posteriormente salieron a Panamá y Lima con pasaporte de emergencia. Entre estos últimos estuvo Guevara y su esposa,
que fueron declarados “Huéspedes de Honor” por el gobierno peruano. Para colmos el Concejo Provincial, en acto
verdareramente írrito, canceló a los Concejales defepistas y como el cuerpo edilicio quedó sin quorum, principalizó a los
suplentes. La causa de esta
medida fueron oscuras acusaciones de haber incurrido en incorrecciones, tales como despilfarras y malos manejos de los
fondos municipales, lo que nadie creyó, por supuesto.
El 53 la CFP lanzó su candidatura para Diputado encabezando la lista del partido y triunfó abrumadoramente. La CFP
obtuvo más de 38.000 votos y siete de las doce curules, el liberalismo 17.000 votos y tres curules y los independientes
13.000 y dos curules de las doce que le correspondía a la provincia del Guayas. El Ministro de Gobierno, Camilo Ponce
Enríquez, armó mañosamente una mayoría en el Congreso de 39 votos y lo hizo descalificar argumentando que no había
tenido su domicilio en el Guayas los tres años anteriores a la elección. La minoría de 22 votos, en cambio, votó a favor de
la calificación en la célebre sesión del 10 de Septiembre de ese año, donde se trató tan peliagudo como perverso asunto.
A finales de año Guevara intentó regresar pero el dictador Odria de acuerdo con el régimen del presidente Velasco, le
impidió abordar un avión de Panagra a pesar de tener pagado el correspondiente boleto. Solo en 1954 pudo volver, fue
recibido con un aposteósico desfile de antorchas
En 1956 propuso a su primo segundo el doctor Ruperto Alarcón Falconí que lo acompañara como Vicepresidente en su
binomio. Falconí aspiraba a más y solicitó que se sorteara el primer lugar, lo que así se hizo, favoreciendo la suerte a
Guevara. El Ministro de Gobierno, que seguía siendo Ponce, se asustó del pacto cefepista – conservador, que
indudablemente debilitaría su opción presidencial y pidió al Cardenal Carlos María de la Torre que intervenga ante Alarcón
para que éste se excuse. De la Torre habló con Alarcón por teléfono, porque éste último estaba de Embajador en España,
pero nada consiguió. Ponce volvió a la carga y por los canales diplomáticos obtuvo del gobierno falangista español una
amenaza contra el suegro de Alarcón, ciudadano español de apellido Albizú dedicado a la venta de automotores en Madrid,
a quien se le dio a entender que le quitarían su negocio, de manera que éste se asustó del “pacto de su yerno con un
comunista de la República” – ese era Guevara – y tanto insistió ante Alarcón, que logró lo que no había logrado el
Cardenal: su excusa.
Esta sucia maniobra constituyó un golpe mortal para la política cefepistaporque Guevara tuvo que completar su binomio
con el socialista Carlos Zambrano Orejuela que nada aportó y aunque en las elecciones presidenciales logró contar con el
apoyo irrestricto de los Caciques de las provincias de Manabí, Los Ríos y Esmeraldas, Emilio Bowen Roggiero, Efrén Icaza
Moreno y César Plaza Monzón, respectivamente, perdió frente al candidato conservador Camilo Ponce Enríquez quien sacó
178.424 votos, seguido del liberal Raúl Clemente Huerta con 175.378 votos, de Guevara con 149.935 votos y del disidente
liberal José Ricardo Chiriboga Villagómez con 110.685 votos, que actuó por el liberalismo como chimbador al servicio del
gobierno. Si cualquiera de los dos candidatos liberales se hubiera unido con el cefepismo, el entente habría triunfado con
toda comodidad. La miopía política liberal fue grande, como partido de las luces estaba desorientado era muy achatado y
burgués y temía la beligerancia cefepista, por eso Huerta terminó pactando con el ala placista, colocó de candidato a la
vicepresidencia a José María Plaza Lasso y perdió.
De allí en adelante Guevara Moreno comenzó a declinar. Estaba cansado de sostener una lucha continua de veinte años
con destierros, prisiones, malquerencias y escándalos, sin horarios fijos ni descansos familiares, la constante
intranquilidad de una vida pública llena de sinsabores. Por otra parte existían fuertes disenciones dentro de las filas del
partido y la figura de Assad Bucaram emergía peligrosamente por la mística que sabía imprimir a todo sus acto de manera
que fue expulsado, pero poco después Gonzalo Almeida Urrutia y Nicolás Kingman Riofrío llevaron una tarde a don Buca
para que Guevara Moreno lo perdonara. Este no quiso recibirlo en la sala si nó en la puerta, donde le escuchó. Al final le
dijo en tono impaciente: Bucaram – Anda no más tranquilo. Se despidieron y ya cerrada la puerta mientras los tres
caminaban hacia la planchada, don Buca regresó a ver en dirección a la casa de Guevara Moreno y exclamó: “Te fregaste
hijuep.”
Un buen día de 1960 Guevara embarcó a México porque se hallaba al borde de un colapso nervioso, fijó su residencia
temporalmente en esa capital y trabajó en la sección de vacunas de un laboratorio.
En 1961 regresó a Guayaquil, reasumió la dirección del C.F.P. que había quedado encargada a José Hanna
regreso le comentó a Alberto Borges “Eso no funciona”. Nuevamente en San Rafael volvió a lo suyo
aunque muy decaído por su mala salud. El 74 viajó a Europa con su esposa e hija Gisela Saporitti,
en Roma se hizo retratar de Eduardo Solá Franco en su atelier de Colli de la Fornerina. De regreso
al Ecuador falleció intempestivamente dos meses más tarde, de madrugada y a consecuencia de
un infarto causado posiblemente por excesiva dosis de medicamentos que ingería diariamente
para su diabetes, enfermedad que había alterado la más apreciada función, produciéndole
depresiones y estados de ansiedad que combatía con fármacos fuertes.
La noticia de su fallecimiento a los sesenta y dos años de edad fue comunicada por la viuda a los
hermanos del decesado recién a las ocho de la mañana, cuando había ocurrido varias horas antes,
estos se disgustaron y en el aviso fúnebre que apareció al día siguiente en el diario “El Comercio”
dijeron que lo había tenido secuestrado, verdad a medias por supuesto.
Su memoria espera que la Patria recuerde su enorme valía y el cadáver reposa en el cementerio
de Sangolquí, bajo una simple lápida de piedra que Eduardo Kingman quiso adornar con dibujos
precolombinos. En sus funerales realizados al caer de una tarde triste, fría y brumosa una mujer
del pueblo protestó porque se enterrara tan simplemente al “Capitán del pueblo ecuatoriano” y
un amigo dijo “La Historia reconocerá tu valor y dirá la verdad”, aunque un comentarista de
prensa opinó que “Dejó la trágica herencia de su inspiración populista fascista que tantas
proyecciones dañinas ha venido provocando en el país”, lo cual no es verdad pues el populismo ha
existido desde siempre en el Ecuador, aunque como movimiento efervorizado de masas más que
como disciplinado partido político. Esto ultimo solo se dio por primera ocasíon con Guevara y la
CFP.
En el quehacer político no trepidaba en utilizar armas vedadas creyendo siempre que el fin
justifica los medios. En 1946 mandó raptar al Primer Vicepresidente de la Asamblea Nacional
Constituyente Manuel Agustín Aguirre y lo hizo sacar en secreto del país con la ropa que llevaba
puesta, sin dinero ni pasaporte y lo que es peor, sin que la familia se entere. Al hijo del diputado
Pedro Saad ordenó raptar para atemorizar al padre y como el
para que pudiera estudiar oboe, luego violín con el maestro Corsino Durán, piano con Julia
Espinosa, dictado y armonía con Luís Humberto Salgado y formó grupo con los hermanos Jorge
y José Salgado, Enrique Espín Yépez, Carlos Bonilla y Claudio Aízaga. Era segundo oboe en la
Orquesta del Conservatorio.
El 45 ingresó al Mejía pero no terminó el año. Trabajaba tocando piano en fiestas con el grupo
musical de Luis Aníbal Granja por doce sucres la noche y escribía música para pasillos y boleros
de índole popular; sin embargo jamás fue bohemio ni tomador.
El 48 el profesor de Composición Belisario Peña Ponce llamó a varios alumnos suyos y les
entregó copias de un poema de Remigio Romero y Cordero para que lo musicalicen. El tema
giraba sobre el Himno al Censo Nacional, cada quien hizo lo suyo y fue escogida la partitura de
Guevara para canto y piano, que editó la Dirección de Estadísticas y Censo.
El 50 obtuvo el Primer Premio en el Concurso interno del Conservatorio con una pieza para
piano denominada “inspiración” pero ese año, perurgido por la necesidad de trabajar,
abandonó los estudios sin titularse y viajó a Guayaquil de veinte años de edad, contratado por Milo Blacio, padre de Enrique Blacio, Gerente de la conocida Orquesta de los hermanos Blacio,
que con la Costa Rica Swing Boys, eran las mejores de la ciudad, especializadas en tocar unos
bellísimos danzones orquestados e impresos por la editora Enmy de México.
Por cada baile ganaba un porcentaje y vivía en un cuarto alquilado en casa del Gerente de la
Costa Rica Swing Boys; sin embargo, el 52, decidido a hacer música en serio, dejó todo eso, se
matriculó en el Conservatorio Antonio Neumane y conoció a su director el maestro húngaro
Jorge Raycki.
“Yo tenía mi formación musical pero a través de Raycki aprendí las obras folklóricas del húngaro Bela Bartock y eso influyó
mucho en mis ideas compositivas, porque al estudiar sus métodos encontré el concepto de nacionalismo musical; por eso,
entre 1952 y el 57, estudié el folklore de la sierra del Ecuador como asistente de Raycki en el Coro del Conservatorio y fue
una pena que no estudiara el folkore de la costa pues esto hubiera complementado su saber musical. El 54 y a solicitud de
Carlos Zevallos Menéndez, Presidente del Núcleodel Guayas de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, compuse para piano La
Tunda, sobre un texto de Adalberto Ortiz. Con los dos mil cuatrocientos sucres que me pagaron me casé con Nancy Adoum
Auad. El 55 ayudé a Raycki a organizar varios concursos de composición a nivel nacional para dotar de repertorio a los
conjuntos corales, ganando el Concurso de Guayaquil con el “Sanjuanito de mi pueblo.” También compuse dos Pasillos,
uno para Coro y otro para Orquesta de Cámara, llamados Guayaquil Pórtico de Oro con texto del poeta Pablo Hanníbal
Vela y el Espanta pájaros respectivamente, considerado éste último como su obra maestra pues es de tal belleza que
podría figurar entre las mejores piezas líricas del repertorio mundial; ”por entonces nació mi único hijo, llamado Juan
Cristóbal, que hoy vive en París y es arquitecto”.
Aunque toda comparación es siempre injusta, pues cada autor tiene sus razones y cada obra se defiende a sí misma, El
Espanta pájaros es la más hermosa melodía del país. Su éxito no se hizo esperar, las radios la empezaron a tocar cada hora
y el nombre de su autor cobró inusitada fama. La Pieza tiene una textura y una brillantez pocas veces igualada en la
música sudamericana pero como no se compuso para cantar si no únicamente para ser escuchada, pues es un pasillo
instrumental para un ballet, solo los espíritus más cultivados la continúan recordando en un medio intonso donde el
fárrago del griterío y la bulla, confunde la mentalidad y distorsiona el gusto popular. El argumento es el siguiente: UN niño
sale al escenario bailando y encuentra un Espanta pájaros que cobra vida y se hacen amigos bailando, luego el Espanta
pájaros se aleja en la oscuridad y el niño queda bailando solo, muy apenado.
Para ayudarse mantenía grupos propios de música popular y hasta trabajó por las noches y durante una larga temporada
en el comedor del Hotel Humboldt Internacional, que tenía una hermosísima vista al malecón de la ría, así amo un mural
de grandes proporiones en una de sus paredes, con tres mil sucres mensuales.
El 57 compuso el Pasillo “Despedida” interpretado por primera ocasión en Quito en 1982 por el tenor Pancho Piedra, que
grabó en la casa disquera Ifesa y a petición de Pablo Álvarez arregló dieciocho piezas populares ecuatorianas que fueron
ejecutadas por el Cuarteto de Cuerdas de la
Casa de la Cultura Núcleo del Guayas que dirigía el maestro violinista José Barniol para quien también realizó sus primeros
arreglos de música de cámara inspirados en la música nacional, arreglos que luego multiplicaría para la Orquesta Sinfónica
de Guayaquil y el Coro.
Por algún tiempo trabajó mas tarde como pianista y acompañante en la Academia de Danzas españolas de la maestra Dora
Indart situada en las calles Vélez y Quito y por las noches amenizaba las veladas del antiguo Hotel Crillón tocando jazz y
blues con el maestro Armando (Pibe) Aráuz.
Luego pasó a pianista acompañante en la escuela de ballet de la bailarina norteamericana Grace Segale de Avilés quien le
pidió en varias ocasiones que compusiera la música de un ballet de características ecuatorianas para hacerlo ensayar de
sus alumnas como número especial. Así fue como nació la idea de “Yaguar Shungo o Corazón Sangrante” con fondo andino
y or eso no pegó en Guayaquil, escrito sobre textos poéticos de Jorge Carrera Andrade, Jorge Enrique Adoum y Alejandro
Velasco Mejía entre otros. Entre el 57 y el 58 lo estrenó en el teatro Olmedo de Guayaquil y en el Sucre de Quito. Fue la
primeras ocasión que los coros cantaron en idioma quichua; sin embargo, es menester aclarar que el Ecuador, interandino
y occidental como le denominara Jacinto Jijón y Caamaño, es una nación andina y tropical, al mismo tiempo, pues se
compone principalmente de estas dos regiones: sierra y costa, de manera que el maestro Guevara debe ser considerado un
músico y compositor andino ya que su producción está circunscrita a esa región del país
Estudiaba en la escuela de la Alianza Francesa pues había aplicado para una beca de la Unesco en la Sorbona de París,
presentando a consideración del Comité Internacional justamente su ballet “Yaguar Shungo”.
El 58 compuso para piano el yumbo “Apanny Shungo”, el “Albazo No. V, dos Danzantes, un “Yaraví”, un “Yumbo” sin
nombre y “Mi Sanjuanito”. A mediados de ese año viajó a Quito por varios trámites de su beca. Nuevamente en Guayaquil
compuso en 1959 un Sanjuanito para oboe y piano que recién fue estrenado en Quito en 1982 por Luden Ladet y una obra
completa para ser ejecutada por un Cuarteto de Cuerdas, estrenada en el Concurso de Música organizado por el SODRE en
Montevideo y luego en Fontainebleau en 1960.
En Marzo del 59 viajó a París acompañado de su esposa e hijo, para estudiar con la famosa profesora Nadia Boulanger
(Paris 1887 – Paris 1979) antigua Compositora y directora de Orquesta quien trabajaba maestrías de las que surgieron
muchos ilustres alumnos suyos, todos ellos grandes compositores, especialmente
norteamericanos de la talla de Aarom Copland, del ilustre argentino Astor Piazzola, así como Michael Legrand y Daniel
Baremboin, también había colaborado con importantes Academias mundiales de música, siendo la primera mujer en dirigir
destacadas orquestas. Con ella permaneció entre el 59 y el 62 en forma continua, luego intermitente por temporadas
hasta el 65. Guevara opina: “Era amplia en sus conocimientos, enseñaba cada uno de los elementos básicos que
conformaban la melodía (armónicos, melódicos, estilísticos) y pudo identificar en mí música las características andinas y sus ritmos tradicionales” es decir, la música tonal con tonos propios de esta parte del mundo, los Andes, no la música
modal que es muy diferente, pues sacaba en sus alumnos todo el potencial creativo para fijar el estilo sin perder de vista
la identidad de sus orígenes.
A través de la Profesora Boulanger empezó a forjarse nuevas ideas y a encontrar variadas formas de composición que
plasmó en sus obras siguientes, dentro del estilo regional ecuatoriano, es decir, el netamente andino. Ella era afable y casi
maternal, generosa en la prodigalidad del conocimiento, perfeccionista en la exigencia de los resultados, en síntesis, un
ser humano de calidad extraordinaria, gracias a cuya gentileza la beca de un año se extendió a cinco, durante los cuales el
aposento del joven Guevara y su familia fue el ático de aquel departamento frecuentado por grandes artistas e
intelectuales europeos, conociendo a figuras internacionales.
En 1960 compuso en París “Geografía” con textos de Adoum y “Tierras” con poesías de Carrera Andrade, ambas para
barítono y piano, no era una música tonal a la manera europea, estaba dentro de la línea andina (indígena del Ecuador)
que no gusta en la costa o litoral por exógena.
En Fontainebleau se ejecutó durante la temporada de verano su Primer Cuarteto de Cuerdas ante un numeroso grupo de
críticos y conocedores norteamericanos.
Entre 1960 y el 64 compuso tres melodías para ser cantadas por barítono acompañado del piano con versos de Carrera
Andrade, que se estrenaron en 1964 durante una Audición especial en el Palacio de la Unesco.
El 61 comenzó a ganarse la vida trabajando con diversas orquestas los fines de semana. Durante el verano dirigió en el
balneario de Bath, en el sur de Inglaterra, la Orquesta Sinfónica que interpretó sus variaciones del “Salve, salve Señora”
con la presencia del célebre violinista Yehudi Menuhin y la maestra Nadia Boulanger entre los ejecutantes.
El 62 se empleó en la Recherche de la ORTF – la radio y televisión estatal francesa – con un pequeño salario, siguió un
curso de música Concreta y Electro Acústica con Pierre Schaeffert, formada por ruidos como el gruñido de las bisagras de
una vieja puerta o el pito de un carro y compuso “El Hombre Planetario” para barítono y plano, a base del célebre poema
de Carrera Andrade; lo estrenó en una Audición en el Palacio de la Unesco.
El 63 compuso tres Preludios para piano denominados “Recitativo”, “Albazo” y “Sanjuanito” que estrenó el 64 en la
Unesco.
Entre el 63 y el 64 escribió la música de su famosa Cantata para barítono, orquesta y Coro y un segundo Cuarteto de
Cuerdas formado de cuatro movimientos, a saber: 1) Fuga, 2) Sanjuanito, 3) Perpetuo y 4) Yumbo, que presentó en la
Radio Televisión francesa en 1968.
El 65 envió a Guayaquil sus Coros “Atahualpa” e “Indios” que triunfaron en el Concurso de Obras Corales promovido por el
Conservatorio Antonio Neumane.
Entre 1965 y el 68 compuso cinco melodías sobre textos del gran poeta español Federico García Lorca tituladas; 1) “Si
muero dejad el balcón abierto”, 2) “Tarde”. 3) Cada Canción”, 4) “Manantial”, 5) “Balada de la placeta” que estrenó en
el Brasil en 1970.
Durante su estadía en Paris también se ayudaba económicamente como pianista para bandas de música popular, sobre
todo de jazz y afro- caribeña, pues solo gozó cinco años de beca, de los trece que permaneció en Francia. I como miembro
de la orquesta del famoso cabaret parisino “Moulan Rouge” ganó mucho dinero.
Durante un viaje a Santiago de Compostela en 1966 estrenó cinco portales llamados:
1) Quito,
2) Santiago de Compostela,
3) París,
4) Tokio,
5) New York, con ambientaciones diferentes y tradicionales, que fueron muy aplaudidos. Nuevamente en París, el Cuarteto Quatrocchi de la Radio Televisión francesa ejecutó su Segundo Cuarteto de Cuerdas, también compuso la suite “Mínima” para guitarra, que ha sido tocada por renombrados virtuosos de ese instrumento (Rene Zambrano en Quito, Raúl Maldonado en París. Beethoven Davezac en Tokio).
El 67 obtuvo el título de Director de Orquesta en la Escuela Normal de Música en París, e ingresó al Departamento de
Música de la Sorbona dirigido por Jacques Chilly, considerado el mayor musicólogo del siglo XX por su gran nivel de cultura
musical y por ser autor de numerosos textos, entre otros “Veinte Mil años de Música”. Con el estudió a todos los
compositores, la manera de analizar las obras desde un punto de vista musicológico y el origen y el medio en que esas
obras se produjeron.
Ese año grabó para el sello musical “Riviera” en la conocida serie mundial “Riqueza del Folklore”, un disco titulado
“Ecuador” y un canto escrito sobre el texto tradicional quichua “Wawaki”, con instrumentos nativos como el pingullo,
arpa, bombo, rondador, dos guitarras, dos voces. Coro, contralto, solista.
También compuso el Pasillo “Se va con algo mío”, el “Danzante del destino” para pingullo, rondador, arpa, bombo, dos
guitarras, dos voces. Coro, contralto solista, al igual que el “Danzante de la Ausencia” y el “Yaraví del desterrado”, los
tres últimos sobre textos de su cuñado Adoum. El Sanjuanito “Tuyallay” sobre texto tradicional quichua e instrumentos
igualmente indígenas.
El 68 recibió el Diploma de Musicólogo extendido por la Escuela de Musicología de la Sorbona. El 69 participó y dirigió
muchas grabaciones en París y en provincias, especialmente con jóvenes compositores.
El 70 compuso “Ismos” para violín, viola, violonchelo, oboe, clarinete y piano en seis tiempos:
1) “Impresionismo’,
2) “Expresionismo”,
3) “Puntillismo”,
4) “Neoclasísmo”,
5) “Realismo Latinoamericano”,
6) “Concreta Abstracto”, y tres ejercicios para piano que estrenó en Leipzig la Célebre pianista uruguaya Susana Frugone.
Ese año comenzó una ópera que aún no concluye titulada “La Casa del qué dirán”, de la que tiene escrita la Obertura, el Aria de la loca y el Aria de Crispín, que cantó la soprano Beatriz Parra y el tenor Hernán Tamayo el 73.
El 71 fue invitado a Quito por la Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador y coincidió que por aquellos meses recibió la
oferta de un contrato de la Universidad Central para fundar y dirigir su Coro. Entonces sintió que su presencia era
necesaria para revitalizar nuestra música. Su esposa le advirtió que estaba renunciando a una brillante carrera en Francia
por un futuro incierto en un país pequeño, donde la población no sabe leer música y posiblemente no comprendería sus
obras y como no se pusieron de acuerdo advino la separación, pues ella prefirió quedarse con su hijo en París antes que
aventurar en Quito. El divorcio se produciría tres años después.
Arribó con nuevas ideas creyendo que el músico no solo es un personaje que distrae, también es un profesional que tiene
formación y es capaz de enseñar y lucir su arte, pero encontró que el país vivía un profundo subdesarrollo musical. La
Sinfónica de Quito solo tenía veintitrés miembros y fue su primer Director, trabajando para resucitar a numerosos
compositores quiteños ya olvidados. Mientras tanto el Conservatorio sufría un proceso de transición al pasar de manos de
la Universidad Central al Ministerio de Educación, Guevara lo dirigió por diez años renovándole totalmente.
Al poco tiempo dirigió la Sinfónica Nacional y empezó a trabajar en el Coro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en un
Concierto de música nacional al que incluyó su Cantata para Orquesta Coro y recitantes titulada “Cuadernos de la Tierra”,
con textos de Adoum y utilizando principios de la música concreta y elementos electrónicos pregrabados. El Concierto fue
calificado del acontecimiento cultural del año, no solamente por su novedad sino también por su hermosa estructura.
En 1972 compuso la Suite “Ecuador” para orquesta, que obtuvo el Segundo Premio de la Municipalidad de Quito y se
estrenó el 73 en el teatro Sucre, con letra tomada de los Cuadernos de la Tierra de su cuñado Jorge Enrique Adoum. Esta
suite tiene ritmos indígenas ecuatorianos tales como, danzantes, yumbos, etc. Entonces sucedió que el Ministro de
Educación reestructuró la Orquesta Sinfónica
Nacional y fue nombrado Director interino de ella.
Del 73 son cinco “Miniaturas” tituladas:
1) “Panecillo”,
2) “Pichincha”,
3) “La Compañía,
4) “Avenida Veinticuatro de Mayo” y
5) “Quito Norte”, para flauta, como, oboe, clarinete y fagot, con varios artistas y con el Ab. Antonio Proaño Maya fundó la “Sociedad de Autores y Compositores SAYCE”, cuyos estatutos recién fueron aprobados en 1977 y la presidió en el
período 78-89.
El 74 pasó a Director titular de la Sinfónica; mas, al año siguiente, tuvo que renunciar por problemas con los músicos. Ese
año 74 recibió la Medalla Federic Smetana ofrecida solamente a compositores ilustres por el gobierno de Checoeslovaquia,
compuso el Pasillo “Quito arrabal del cielo” para coro y sobre un texto del poeta Jorge Reyes y contrajo segundas nupcias
con Inés Maya Durango, matrimonio feliz aunque sin hijos.
El 76 compuso la Suite titulada “Galería siglo XX de pintores ecuatorianos” para orquesta, que obtuvo el Primer Premio en
el Concurso Sixto María Duran organizado por el Municipio de Quito un año después. En ella combinó dos lenguajes, el
nacionalista y el universal.
El 77 compuso los sanjuanitos “El Panecillo” con texto de Eloy Proaño y “Solsticio de Verano”; el 78 tres melodías para
piano, soprano y Orquesta de Cámara con poesía de Ana María Iza, tituladas:
1) “Iba a fugarme”,
2) “Pasillo” y
3) “Aquí me paro y grito” que le significaron por segunda vez consecutiva la obtención del Premio Municipalidad de Quito. Igualmente un Tríptico para Coro en tres tiempos denominados:
1) “Avenida Veinticuatro de Mayo”,
2) “Avenida Amazonas”
3) “Universidad Central”, una Marcha Indígena para Coro con el texto anónimo “Jatarichi” y presidió la Asamblea General del
Consejo Panamericano de la CISAG de Quito.
El 79, a instancias del Consejo Provincial, compuso la música del himno de la Provincia del Pichincha, con texto de Félix
Silva, para Coro y piano. En Julio del 80 fue nombrado Director del Conservatorio Nacional y en dicha posición se mantuvo
por ocho años, escribió varios Cantos Escolares: 1) “A Mamá” con texto de María Paulina Landázuri, 2) “Ronda Lunas”, 3)
“Pajarito Cantor” con texto de Ramiro Jiménez, 4) “Ronda de las Vocales”, 5) “Ronda de las Vocales por la Paz” (estos dos
últimos con música y letra suyas) 6) “Agüita”, yaraví con texto de Piedad Gómez, 7) “Cantemos”, sanjuanito con texto de
Nixon García, 8) Poema a la Profesora Primaria”, danzante con texto de Ramiro Jiménez y 9) “Viene la maestra”,
sanjuanito. El conjunto guarda unidad, tiene poesía y gusta. El 17 de Julio estrenó en el Sucre su “Tríptico oral” y fue
condecorado por la Sociedad General de Escritores Mexicanos SOGEM.
Ese año 80 viajó con la soprano Beatriz Parra y el barítono Galo Cárdenas, durante dos meses, por dieciocho diferentes
ciudades de la URSS. El 81 integró el Consejo Interamericano de Educación Musical de la OEA con sede en Washington y
compuso las obras “Jaguay” con poesía tradicional, 2) “Combate poético” con texto de Carrera Andrade para barítono y
piano, 3) “Otoño” pasillo para canto y piano y también letra de Carrera Andrade, grabadas éstas dos últimas en FEDISCOS
un año después y 4) “La Toronja y el Limón” albazo con texto de Leonado Páez. En Diciembre ganó con el Coro de la
Universidad Central los Segundos Premios en música polifónica universal y en música popular, en el III Concurso
Internacional de Coros celebrado en Ibagué, Colombia.
El 82 compuso el Albazo “Fiesta” para piano, la obra “Diálogos” (tradicional – universal) dedicada al flautista ecuatoriano
Luciano Carrera, para Flauta y Piano en tres tiempos: 1) “Adagio”, 2) “Tonada” y 3) “Yumbo” y el 83 grabó una obra para
guitarra “Recitativo y Danza”.
También el 83 asistió a la VI Conferencia Internacional de Educación Musical celebrada en Caracas con su ponencia “El
Ecuador y su camino hacia la educación musical a nivel universitario”, estrenó en Quito con la Orquesta Sinfónica Nacional
dirigida por Gerald Brown, su “Canto a Bolívar”, con poesía de Pablo Neruda, en la voz del barítono Galo Cárdenas;
musicalizó un poema de Othón Muñoz para ser cantado por Coro y banda como Himno a la Universidad de Babahoyo y concurrió al I Seminario Nacional sobre la Música en el Ecuador, organizado por el Ministerio de Educación, con la ponencia
“La Música erudita o elaborada, en el Ecuador”. Entre 1983 y el 84 compuso “Juegos”, tres piezas para conjuntos
infantiles tocadas por dos violines, dos violines y chelo y tres violines respectivamente. El 84 dictó una conferencia en el
Conservatorio Nacional de Música sobre ritmos ecuatorianos.
Entre 1984 y el 85 fue miembro del Jurado de Composición Latinoamericano promovido por el Instituto de Estudios
Musicales “Vicente Emilio Sojo” de Caracas.
En Mayo del 85 compuso la Suite Ecuatoriana en tres movimientos (albazo, lento y sanjuanito) para flauta y piano, y tres
melodías para soprano y piano, con textos de Teresa León de Noboa, tituladas: 1) “Vuelve campesina”, 2) “El Chimborazo
y la luna” y 3) “Aquí nosotros”.
Del 85 al 86 es un Cuaderno pedagógico para alumnos de piano a nivel medio con las siguientes piezas: 1) “Pasillo en La
Menor”, 2) “Pasillo en Re Menor”, 3) “El Espantapájaros” (pasillo de 1955) 4) “Danzante”, 5) “San Juan”, 6) “Aire Típico”,
7) “Tonada” (de 1966) y 8) “Yapanuy Shungo” (yumbo de 1958)
El 87, para soprano, barítono y orquesta salió su “Huayra Shina” (Espíritu morocho) que tiene dos movimientos: 1)
“Danzante” y 2) “Yambo”, una Cantata larga para barítono y Orquesta Sinfónica titulada “Et in térra Pax Homminus” con
poesía de Adoum.
En 1993 un ictus cerebral le tuvo al borde de la muerte pero felizmente pudo reaccionar aunque con problemas en las
extremidades inferiores, conservando toda la lucidez de siempre. Desde entonces se traslada en una silla de ruedas lo que
no le ha impedido seguir trabajando y creando. Ese año contrajo terceras nupcias con la distinguida música ecuatoriana
María Jaramillo con quien se acompaña desde entonces.
Tenía escritos muchos ensayos y artículos sobre la música nacional aparecidos en las revistas Diner s, Espejo, Opus,
Palabra Suelta, Equinoccio y Cultura y ha colaborado en el diario capitalino “El Comercio”.
Seguía de profesor de Historia de la Música Ecuatoriana en el Conservatorio Nacional, intentando plasmar un sentimiento
nacionalista pues no ha renunciado al ideal de creación de una música ecuatoriana, más que costeña, con sabor andino.
El 2012 la Orquesta Sinfónica de Guayaquil estrenó su obra compuesta años antes en Quito en honor a Eloy Alfaro y tocó su
popular suite “Ecuador,” que no es una sinfonía si no un conjunto de movimientos sinfónicos que se inician con una
Obertura, continúa con fuerza en El
Hombre y su lucha, prosigue con una Segunda batalla de mayor agilidad que la anterior, luego
adviene la Tercera Batalla en el mismo ritmo, luego Salió el Gigante, que constituye el triunfo del
héroe, después viene el Educador, el Líder y el Pueblo, para finalizar con la Inmolación en la
Hoguera Bárbara y el Silencio de tumbas y bocas calladas, preámbulo de su despertar cuando
vuelve al pueblo que se levanta a su sola voz de combate. Un Plan sinfónico que guarda estrecha
relación con el arte y la historia nacional.
Desde Octubre del 2012 y por razones de salud pasó a residir en un departamento ubicado en la
ciudadela Urdesa Central de Guayaquil, que habita en unión de su esposa la distinguida soprano
María Jaramillo, miembro de la National Association of teachers of Singers de los Estados Unidos.
El gobierno nacional le había concedido el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo en
actividades artísticas y se dedicó a recibir alumnos en composición musical.
A fines del 14 fue operado de la próstata pero se recuperó normalmente. Su estatura mediana,
rostro agradable, canela, pelo y ojos negros. De maneras corteses y hasta cortesanas, de trato ^ agradabilísimo. Su
influencia ha sido
decisiva en el gusto musical andino de la segunda mitad del siglo XX. Fue tras su regreso al
Ecuador y durante ocho años director del Conservatorio de Quito y cinco director de la Orquesta
Sinfónica Nacional.
Del 25 al 27 de Septiembre del 2015 se realizó en Guayaquil el Festival Homenaje Nacional al
maestro Gerardo Guevara en sus ochenta y cinco años. Está considerado entre los compositores
más representativos de la evolución musical del Ecuador contemporáneo. El 2017 fue condecorado
por el gobierno de Francia.
Por varios períodos presidió la SAYCE Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador. “Quiero que
me recuerden el día que ya no esté físicamente entre Uds. como un músico nacional, trabajador y
sincero, que amó a su Patria, su música – la andina – y su alma.”