GOMEZ JURADO ERAZO SEVERO

PANEGIRISTA DE GARCÍA MORENO. Nació en San José de Minas, en junio de 1900 y fue bautizado

con los nombres de Severo León Amable. Fueron sus padres legítimos Julio Gómez – Jurado y

Gómez – Jurado, que estudió becado en Quito por el Presidente Gabriel García Moreno,

Teniente Político y Juez en Caranqui, heredó la quinta El Manzanal en dicha jurisdicción, que

había sido de su tía Eumelia Gómez – Jurado Espinosa; y Mariana Erazo Manosalvas, naturales

de Guachucal y San José de Minas respectivamente.

Aprendió las primeras letras, nociones de Aritmética y otras asignaturas en su pueblo natal y

como su abuela Ramona Manosalvas Benalcázar le refería curiosas anécdotas de la vida de

García Moreno, a quien había conocido y tratado, le entró la manía de saberlo todo sobre

dicho mandatario. En 1913 fue aceptado en el Colegio de los padres jesuitas de Cotocollao. El

16 ascendió al Noviciado y el 18 realizó sus Votos religiosos. En 1926 fue enviado a estudiar al

Colegio jesuita de Barcelona donde cursó el primer año de Teología y el 27 se trasladó a la

Universidad de Lovaina en Bélgica. Durante su estadía en Quito había conversado de García

Moreno con los jesuitas ancianos, tema que se le empezaba a convertir en una monomanía

compulsiva, pero fue así

martirio. Parece que la muerte de San Canuto, San Wenceslao, Santo Tomás de Canterbery, de los

católicos ingleses sacrificados en los aciagos días de Enrique Vlll e lsabel, guarda perfecta

consonancia y analogía con la del presidente ecuatoriano; y que, si el fallo infalible de la iglesia

ha condecorado a aquellos con la aureola del martirio, bien podría ceñir con ella la frente de éste.

El Arzobispo comenta que el Pontífice romano, con infalible labio, debe declarar que García

Moreno fue y debe apellidarse Mártir de Cristo, caído víctima de su fe y de su caridad

cristiana…sucumbió por la iglesia a manos de los impíos. vertió su sangre por la santa causa de la

religión, de la moral, del orden, de la paz y del progreso.

Publicado el Auto por la prensa, numerosas entidades sociales enviaron sus adhesiones y

felicitaciones. Los miembros del Apostolado de la Oración de Riobamba pidieron que la histórica

imagen del Sagrado Corazón de Jesús lleve su nombre en homenaje a su martirio y se denomine

Corazón de Jesús de García Moreno. El mitrado, al agradecer el gesto, por la misericordia de Dios

se comprometió a la glorificación de esta nuestra imagen nacional del Sagrado Corazón de Jesús

de García Moreno y solicitó “el valioso auxilio de vuestras oraciones para que en un no lejano

porvenir se realice vuestro anhelo, de que pronto pueda introducirse en Roma, la causa de

beatificación”.

Para entonces el padre Gómez – Jurado había editado el “Hércules Cristiano” en 186 págs. con las

debidas licencias eclesiásticas, que vio tres ediciones hasta el 44. La tercera comienza con un

Capítulo titulado A manera de Prólogo, donde dice: no existe en el Ecuador una biografía de éste

héroe católico, se refiere a García el Grande el Presidente mártir, y para que tal reproche no

tenga lugar, publico

este opúsculo que forje líderes

católicos.

El libro recoge una serie de ditirambos hacia el tirano a quien se menciona como tirano bueno (lo cual es un imposible

lógico) el justo del siglo, nobilísimo personaje tan benemérito de la historia, mártir del derecho cristiano, defensor de la

causa de Dios, de los mártires que sellaron la ley de Cristo con su sangre, hombre de Jesucristo en la vida pública, el más grande de los hombres públicos de América, padre de los pueblos, una de

las grandezas en quien se complacía el mundo católico, el campeón del verdadero progreso, de la verdadera ilustración en

el Ecuador; imponente caudillo, ilustre varón, defensor de la verdadera religión y de la verdadera libertad, etc. etc. La

obra refleja una serie de pensamientos absurdos. A los católicos que faltan a la misa dominical les acusa de vicio y

perversidad, etc. etc.

El 53 dio a la luz el primer tomo de su “Vida de García Moreno” en 501 págs. iniciando una larga serie pues el 55 editó el

segundo. El 56 volvió a Quito y en el archivo de los jesuitas en Cotocollao halló algunas libretas de monseñor Manuel María

Pólit, el Diario privado de Pablo Herrera y dos biografías de García Moreno escritas por José Modesto Espinosa y Aparicio

Ortega respectivamente. De allí en adelante siguieron apareciendo los restantes volúmenes hasta el sexto que fue el

último cronológico, que financiaba con las ventas anteriores.

El 58 visitó en el Hospicio de Quito al hijo de Faustino Rayo Lemos para tomarle declaraciones sobre la acción de su padre

en el asesinato de García Moreno. Rosaura García de Pólit ha opinado que Gómez – Jurado cambiando la costumbre de

entrevistar únicamente a personas de derecha, sacerdotes y monjas, evitando a personas de otra orientación, hizo una

excepción con dicha entrevista, realizado para contradecir lo expuesto por el profesor Franicisco huerta Rendón en

“Vistazo” quien comentó la noticia que el asesino Rayo había vengado su honor al matar a García Moreno.

El 59, al leer la obra “El santo del patíbulo” de Benjamín Carrión le fue a buscar varias veces para reclamarle

amigablemente por los infundios que a su criterio contenía, pero Carrión se le escondió y no se dejó localizar.

En 1961 dio a la luz “14 Machetazos y 6 balazos”, una vida de García Moreno en 120 págs. para que sea leída con fruición

por los niños, pueda ser traducida fácilmente en estampas y servir de guión para una película de cine, biografía

estrictamente verídica en la mayor parte de los pasajes, sin dejar por eso de ser pintoresca y llena de imágenes gracias a

que la personalidad garciana es genial y audaz (sic.) La obrita recoge una

Oración para obtener la beatificación de García Moreno, confeccionada en 1.944 en Malinas, Bélgica, por el Vicario Carton

de Wiart y se le compara con San Luis Rey de Francia y con Carlomagno, igualmente la relación de varios “milagros” o

favores singulares debidos a su intersección, tomados a varios devotos en diferentes lugares del país, y fue editada con la

debida licencia del Obispo Auxiliar de Quito, Benigno Chiriboga, S. J.

Su fama había crecido, gozaba de la amistad de los presidentes Velasco Ibarra y Ponce Enríquez. El notable historiador

Wilfrido Loor Moreira le quería y respetaba, pero al mismo tiempo decía que no creía en la mayor parte de las anécdotas y

sobre todo en los “milagros” recogidos por Gómez – Jurado que a su entender carecían de asidero documental. En otras

palabras, eran cuentos propios de otras épocas o de una aldea.

El 62, estando en Cangahua atrasó su reloj una hora para no llegar tarde a la misa vespertina del sábado, pues sus

feligreses organizaban su tiempo de acuerdo con el reloj de su Párroco.

Había formado la Confederación de Caballeros garcianos que solicitaba la agilidad del proceso de canonización de García

Moreno, para cuyo efecto daba conferencias en diferentes colegios de la República. También fundó en Quito un Comité

Nacional Pro García Moreno con el padre Aurelio Espinosa Pólit, Cristóbal Bonifaz Jijón, Julio Tobar Donoso, Carlos

Rivadeneira Flores, Jorge Salvador Lara, etc.

Desde el séptimo tomo hasta el décimo tercero y último aparecido en 1981 en 418 págs. su obra se desperdigó en diversas

facetas del biografiado, con interesantes testimonios que logró recopilar; su libro fue calificado de tesoro de inmenso

valor, aunque por su orientación ideológica no miró las virtudes y defectos sino solo las primeras, apasionadamente.

Entonces decidió levantar una estatua en bronce a García Moreno para lo cual contrató con el escultor español del Hierro,

en la suma de veinte mil dólares, que fue cancelando por partes con las limosnas que recogía en sus recorridos por el país.

Finalmente la hizo colocar a la entrada de la Basílica del Voto Nacional en Quito.

Su período más productivo fue desde los años 40 a los 70 y desde entonces solo se dedicó a corregir una segunda edición. A

principio de los años setenta fue el primero en enterarse que los restos de García Moreno se encontraban en el convento

de monjas de clausura de Santa Catalina.

Era un hombre enérgico y nervioso, religioso íntegro, de probidad intelectual absoluta y de una candorosidad increíble que

le conducía a creer cualquier cuentón por absurdo que fuere.

En 1986 editó en Quito una biografía de su héroe bajo el título de “Vida del hombre que honra al hombre” cuya segunda

edición aparecería el 2005 auspiciada por la Municipalidad de Guayaquil. Esta biografía recoge y amplía lo ya manifestado

en el “Hércules Cristiano.”

El 6 de septiembre de l990, sintiendo molestias en la próstata, concurrió a la Notaría guayaquileña del Abogado Marco Díaz

Casquete y dio poder a favor de su amigo Marco Narea Valenzuela para que continúe la publicación de sus obras. A

principios del 91 le internaron en la Clínica Pasteur de Quito y fue operado con éxito. Numerosos parientes y amigos

concurrieron a verle, exteriorizando sus sentimientos de consideración. Estaba lúcido enteramente pero no pudo ser dado

de alta porque debido a la edad le comenzaron a faltar las fuerzas y falleció el 17 de Marzo, de noventa años, de vejez

que no de otra causa.

De estatura más bien baja, delgado, blanco, de facciones angulosas, pelo y ojos color café, que en la vejez se volvió

canoso. Trato afable y servicial, humilde y caballeroso; no fue propiamente un intelectual pero dedicó setenta años de su

vida a biografiar a su héroe, a quien convirtió en un santo.

Entre sus múltiples ocurrencias se recuerda aún que al sentarse a la mesa pedía siempre que le sirvan dos vasos con agua

pues sostenía, no sin razón, que el cuerpo requería siquiera de ocho vasos al día para funcionar perfectamente, casi como un reloj.