FUNCIONARIO.- Nació en la Coruña, España, hacia 1735. Hijo legítimo del Capitán de Navio de la Real Armada española Francisco de Garaycoa y Cárdenas, nacido en Cádiz hacia 1699, Hidalgo, Gobernador de la Plaza Militar de
Portovelo, fallecido en Panamá, y de María Josefa Romay y Bermúdez, natural de La Coruña.
Se desconocen datos sobre sus primeros años. Hacia 1772 había arribado a Guayaquil.
En 1774 fue elegido Alcalde Ordinario de Cabildo. El 75 actuó como Teniente de Corregidor interino. El 76 volvió de
Alcalde Ordinario y con Antonio Fano pidió al cabildo la construcción de una calzada de piedra sobre los cuatro esteros que
separaban las dos ciudades (nueva y vieja) en sustitución del puente de madera levantado en 1710 por orden el Corregidor
Jerónimo de Boza y Solís que se encontraba en mal estado.
El 1 de 1777 fue electo Procurador General del Cabildo y meses más tarde Capitán de Maestranza de Guayaquil con dos mil
pesos anuales de sueldo por nombramiento del Virrey Flores de Nueva Granada, en reemplazo de José Santiago de
Echanique que había fallecido. Con tal motivo envió a Bogotá una lista de carpinteros y calafates de la Maestranza
indicando que una de las formas de lograr el fomento y la prosperidad de la ciudad sería que en sus astilleros se trabaje la
carrera de los navíos mercantiles así como también los bajeles de la Real Armada que venían a la Mar del Sur. El 18 de
Mayo de ese año contrajo matrimonio con Eufemia de Llaguno y Lavayen dueña de las haciendas Palo Largo y Palma
Redonda en la jurisdicción del partido de Babahoyo, en quien tendrá larga familia.
El 78 figuraba como propietario de cincuenta mil matas de cacao en producción, ascendió a Maestro de Campo y el Virrey
Flores le volvió a agraciar, esta vez, concediendole el monopolio del ramo de tabacos, recién creado por el Visitador de la
Audiencia José García de León y Pizarro, quien se había asesorado debidamente en Garaycoa, “persona de bastante
caudales, muy práctico en negocios vastos y de mucha actividad y eficacia” y en Miguel Saldaña, Contador del mencionado
Ramo de Tabacos, demanera que empezó a figurar como Administrador principal factor por Su Magestad de la Real Renta
de Tabacos.
En 1779 volvió a salir electo Alcalde Ordinario por voluntad del Gobernador Francisco de Ugarte que era su amigo y a quien
Garaycoa había obsequiado una espada de empuñadura de oro, pero los demás cabildantes y solo por fastidiarlo le
negaron la entrada aduciendo dudas sobre la legitimidad de su nacimiento, obligándole a defenderse y a promover una
Información pormenorizada de su ascendencia en España. Ese año erogó cincuenta de los setecientos diez pesos que costó
una bomba contra incendios.
En 1783 le llegó de la Corte su nombramiento de Administrador de Tabacos confirmándole en el desempeño de esas
funciones (1) adquirió la hacienda Panigón entre las actuales poblaciones de Cone (Yaguachi Viejo) y Milagro, que dedicó
casi exclusivamente a labores de ganadería y siembra de tabaco, pero éstos no prosperaron en la medida que se esperaba
y el cacao siguió siendo por muchos años el principal renglón de riqueza nacional.
Carlos III se interesó en el problema del tabaco y en 1785 Garaycoa envió un largo Memorial acompañado una “Instrucción
Phisica de los insectos despojadores de la siembra del tabaco en la provincia de Guayaquil” y de una “Demostración de la
segura y fija utilidad que darían a la Renta del Tabaco de Guayaquil anualmente, la provisión de 200.000 mazos que se
realicen de cosecha en esta provincia para el abasto del Reino del Perú, con arreglo a las calidades y precios
ulteriormente contratados de cuenta de S.M. en aquel Real Estanco”.
De su lectura se desprende que las intensas lluvias caídas entre 1784 y el 85 hicieron desbordar las aguas del río Daule
inundando los bajiales y las matas, así como la proliferación de varias especies de gusanos y el aparecimiento de una rara
enfermedad que destruía las raíces, incidió para que la producción anual no pudiere alcanzar los niveles propuestos.
En 1798 certificó “haber vivido en todo tiempo su matrimonio y honestamente, sin dar mala nota, sino antes, procurando
el mejor ejemplo en nuestras acciones públicas y privadas y en la buena educación de nuestros hijos, “luego de lo cual el
Capitán Francisco García Calderón, logró su Licencia de Ultramarinos para contraer matrimonio con Manuela Garaycoa
Llaguno, hija de don Ventura”.
Falleció en Guayaquil, cargado de años y de hijos, el 30 de Abril de 1809, de setenta y tres años de edad y fue sepultado
en la Capilla de la Tercera Orden de la Iglesia de Santo Domingo.