Se presenta en Guayaquil en 1751 el reverendo Padre el Dr. Fray Felipe Santiago de los Ángeles, vice-perfecto del convento Betlemita de Piura; doctor en sagrada teología y maestro en filosofía de la Real Universidad Gregoriana; doctor en medicina de la Real protomedicato de Lima. Además de sus numerosos títulos, Fray Felipe vino con otro compañero y con el propósito según manifestasen de pedir limosna para el hospital de Piura. El cabildo lo recibió y dispuso que todos los médicos locales compareciesen con sus títulos para que los revise Fray Felipe. Fray Felipe tenía mas optimismo. En Abril de 1752 pidió que se le diese posesión del solar en el pare de la Loma, para construir el Hospital. Además solicito se le de posesión del sitio y tierra de las Cuevas, en la jurisdicción de Santa Elena, “para que el pueda criar y mantener los ganados pertenecientes a dicho hospital; los cual fue aceptado sin dilación por el Cabildo. En lo demás Fray Felipe había tomado posesión plena del hospital y sus bienes. Logro que el virrey del Nuevo Reino de Granada dispusiese que todos los indios del corregimiento pagasen al hospital el tomín y medio sin excepción. Hasta uso 1.000 pesos del capital de un censo que cancelo el regidor Fernando de Cadaval, sin tener facultad más que para cobrar réditos, ya que era un simple administrador. Ni el mismo hecho de haberse valido de esa suma “para embeberlos en botica para el hospital”, justifico su arbitrariedad ante los ojos del cabildo, que lo reconvino fuertemente. Con mayor razón ni siquiera había firmado la escritura de recepción. El fraile alego que el capital redimido indebidamente quedaba cubierto con los 600 pesos de diezmos que había entregar el capitán Antonio de Argote y Zavala, “ y otros créditos vencidos que debían otros sujetos”, y también aclaro que la escritura de censo de Carlos Aguirre de que se le había hecho cargo era la misma que la reconocida por lo Tomas Carbo. Los capitulares pretendían hacer valer su autoridad, pero no sacarlo a fray Felipe. Cuando este reacciono, haciendo dejación del hospital y aun presentando sus cuentas, los capitulares, se arrepintieron de todo. Fray Felipe de su lado ya había dado los pasos decisivos, yéndose a Piura a visitar a sus superiores y presentarles su versión de los problemas que tenia. El primero de Diciembre exhibió una carta del maestro Fray Antonio del Rosario perfecto general de la orden, en la cual no admitía la administración aduciendo que los recursos disponibles no eran suficientes. Fray Felipe presento sus cuentas finales el 15 de diciembre 1752, esto es, en 16 mese, Fray Felipe trato 737 enfermos, con un gasto de 5016 pesos, o sea menos de 7 pesos por enfermo. Pero las dificultades financieras lo desmoralizaron; durante el periodo que dirigió el hospital que no pudo ni siquiera efectuar las reparaciones más necesarias del edificio. Las 8 bodegas que el hospital poseía permanecieron casi siempre desocupadas.