MAESTRO DE ALBAÑILERIA.- Nació posiblemente en 1530 en Huarochirí, en la que despúes sería Encomienda y departamento de Diego de Carvajal, en el camino real, a una jornada de la cordillera de Pariaca yendo de Jauja, hoy Departamento de Lima; su amo don Diego lo llevó a Lima en donde aprendió a hacer casas a los españoles. Allí le conocían por Jorge el Mitima, por ser sujeto extraño a la comunidad que integraba y producto de un cambio masivo de una a otra región, costumbre practicada por los Incas para asegurar su sumisión.
Hacia 1570 aparece trabajando en Quito como Maestro de Albañilería. Por entonces ya tenía 33 años de construcción el convento e iglesia de San Francisco, levantándose sobre algunos solares que el Cabildo había destinado al efecto y donde habían estado ubicadas las casas que fueron del placer del Inca Huayna Capac. La fábrica se extendía sobre una área de 34.000 mtr2 y comprendía una casa conventual inmensa, llena de patios, jardines y huertos y tres templos el de San Francisco, el de San Buenaventura y el consagrado a la virgen de los Dolores por el indígena Francisco Cantuña, personaje legendario de las antiguas crónicas quiteñas porque se le consideraba pactado con el demonio, cuando únicamente había encontrado una parte del rescate del Inca Atahualpa, dejado en lugar secreto por los portadores cuando se enteraron de su ajusticiamiento en Cajamarca.
El monasterio había comenzado a edificarse entre 1537 y el 38 y recién se concluyó en 1550, viniendo de este modo a constituir la obra arquitectónica más interesante de Sudamérica en el siglo XVI, por ser la primera de su género por los aportes marginales al arte europeo, porque con ella entró el renacimiento italiano en el nuevo mundo. Y aún más, pues habiéndose construido antes que la Basílica del Escorial en España (1575 al 82) inauguró el estilo barroco en España y sus colonias, según autorizada opinión del crítico de arte José Gabriel Navarro expuesta en su obra “Artes Plásticas Ecuatorianas”.
En España el barroco arquitectónico fue introducido por los artistas flamencos Anequín de Egas y su hijo Enrique y dos flamencos también son los probables constructores de San Francisco, pues figuran en ciertos contratos del alemán Fray Jodoko Ricke. El primero llamaba Germán el alemán o Jácome el flamenco y parece que era su hermano, pues gozaba de la intimidad y confianza del padre, y en la genealogía de los Ricke existe un hermano de Fray Jodogco con ese nombre. El segundo consta como testigo de la cesión de tierras que hizo Fray Jodoko a favor del albañil Jorge de la Cruz en pago de su trabajo en la iglesia. Navarro indica demás, que como prueba de la cooperación de estos maestros constructores flamencos ayudados por los albañiles indígenas como de la Cruz, quedan para eterna memoria del barroco nuevo que nos llegaba de Europa, el crucero de la iglesia, la ornamentación de las cuatro pilastras que sostienen los arcos torales con un grupo de nichos de tipo Renacimiento flamenco.
El Arquitecto Emilio Harth-Terré, al tratar sobre Jorge de la Cruz manifiesta que era Cacique principal de los indios Yanacones que servían al convento franciscano de Quito, en el que estuvo trabajando cerca de treinta años, es decir, casi toda su vida adulta.
El padre Compte en Varones Ilustres de la Orden Seráfica franciscana agrega que Jorge de la Cruz ejecutó el trabajo del claustro principal con su hijo Francisco Morocho y fueron gratificados por Fray Jodoko con unas tierras a las faldas del Pichincha, muy cerca del convento, cuyos claustros son cuatro, siendo el principal el construido por de la Cruz, fundado sobre ciento cuatro columnas de orden dórico, todas de cantería.