A principios de 1861 se trasladado a Quito como Diputado por el Azuay
Se hospedo en una posada y trabo amistad con otros Diputado, como Tomas Abad.
Era un clérigo joven, alto, algo moreno, en cuya faz risueña, sin fingimiento, revelaba clara inteligencia, alma sencilla y corazón bondadoso. Esta acompañado por el anciano Coronel Francisco Eugenio Tamariz. Era todo bondad y expansión de ánimo culta franqueza y jovialidad insinuante e irresistible también figuraba el Dr. Mariano Cueva Vallejo.
Falleció el 21 de enero comenzó a distinguirse en el grupo de Asambleístas dignos que no temblaban frente al tirano García Moreno. En 1869 asistió al II Sínodo Diocesano de Quito como Procurador del Obispo de Cuenca, Estévez de toral, enemistado con García Moreno, Diputado ese año a la convención. En 1875 asistió al Congreso, como Diputado. Después de la convención de 1869 acompaño al Arzobispo de Quito Checa y Barba y a los obispos de Cuenca y Riobamba, Estévez de Toral y Ordoñez lazo a Roma, para asistir al concilio Vaticano I. ya era Maestrescuela de la Catedral de Cuenca Presencio la apertura del Concilio Tras algunas semanas de paseo por Roma partió al oriente.
Colaborador del periodico “El Porvenir” en 1871
El Canónigo Vicente cuesta, el cual junto con un guía será su ángel conductor en la dura travesía. El Dr. Cuesta, introdujo en la catedral azuaya en 1862, la piadosa practica del mes de María tan querida y de tanto fruto espiritual para el pueblo cuencano.
Hijo de don Hermogenes Cuesta y de doña Mercedes Jaramillo. Nace en Cuenca el 27 de enero de 1830. Contrae la fiebre amarilla en Guayaquil; al embarcarse, ya enfermo, desde Puna siente los estragos de la terrible enfermedad. Desembarca en el Callao, va a Lima, se hospeda en el convento de los sagrados corazones y al día siguiente 21 de enero de 1883 fallece. Destacado sacerdote rector del Seminario de Cuenca. Miembro de varios congresos, como escritor, sobresale su libro en que constan las Cartas relativas a su viaje a la tierra Santa.