CRESPO TORAL ROBERTO

INDUSTRIAL.- Nació en Cuenca y fue bautizado el 29 de Septiembre de 1851. Hijo legítimo y el mayor de Manuel Crespo Patiño (1819 – 1893) propietario de la hacienda Quingeo en el valle de su nombre en las cercanías de Cuenca, y de Mercedes Toral y Sánchez de la Flor (1828 – 1909) naturales de Cuenca.

Pasó su niñez en los silenciosos y escondidos campos de Quingeo y de doce años en 1863 inició la secundaria en el Seminario Mayor de Cuenca bajo la dirección del Dr. Vicente Cuesta y cuando en solemne acto de apertura se fundó el 68 la Junta Universitaria, pronunció un discurso a nombre de los alumnos del Seminario.

El 69 inició sus estudios universitarios que tuvo que suspender poco después para atender a sus padres y hermanos que atravesaban una mala situación económica debido a la prolongada sequía y a la pérdida de las cosechas. Finalmente Quingeo no pudo salvarse y pasó a manos de los acreedores.

El 83 fue designado Jefe Político del Cantón, el 10 de Enero del 84 dio una patriótica alocución al conmemorarse el I Aniversario de la toma de Quito por las fuerzas Restauradoras y en el periódico “El Independiente” mantuvo una columna.

El 19 de Junio del 86, a los treinta y cinco años de edad, contrajo matrimonio con Hortensia Ordóñez Mata, de solo dieciséis, matrimonio estable y feliz con diecisiete hijos, y empezó a laborar la hacienda Pirincay Grande en el valle del río Paute, propiedad de sus suegros, sembrada de cañadulzales y destinada a la producción de aguardiente.

Mientras tanto había instalado un negocio de importaciones en la portaleña de la casa de la familia Córdova Illescas y en la de su suegra Hortensia Mata de Ordóñez, donde vendía toda clase de artículos del extranjero y en la década de los años veinte llegó a vender hasta automóviles. También era agente comisionista de varias casas nacionales como la fábrica de tejidos de Chillo Jijón y otras.

El 95, a la muerte de su suegro José Miguel Ordóñez Lazo, la hacienda pasó a propiedad de su esposa Hortensia, quien la mantuvo hasta 1912 que la vendió a plazos a Moisés Jerves Jaramillo en cincuenta mil sucres pagaderos en libras esterlinas.

Con ese dinero adquirieron a Ezequiel Ugalde unas tierras en el caserío las Tres Tiendas, cercano a Cuenca, con la finalidad de instalar un aserradero y un molino movidos por una planta generadora de electricidad de 37,5 kilovatios y construyeron una edénica mansión en el sitio Cashapata, donde se realizaría por primera ocasión la Fiesta de la Lira.

“El lugar servía para captar las aguas del río Tomebamba en el caserío “Las Tres Tiendas” que adquirió a Ezequiel Ugalde y conducirlas tomando altura mediante un canal, la mayor parte de él en estructura de planchas de acero, soportado sobre grandes bastiones de cal y piedra hasta obtener una caída suficiente para producir cuarenta caballos de fuerza hidráulica” los trabajos de nivelación y los cálculos complementarios fueron realizados con su hijo mayor Francisco, muy dado a esa clase de entretenciones.

De Inglaterra importaron una turbina marca “Francis Felton” con grandes poleas de acero, correaje, ejes y las máquinas para las industrias de aserradero y molinería, todo lo cual arribó por barco a Guayaquil y fue embarcado en tren a Huigra, pueblo donde finalizaba la vía férrea. De allí en adelante el recorrido se realizó a lomo de bueyes y de indígenas que cargaron hasta las Tres Tiendas y el aserradero pudo inaugurarse en Junio de 1912 con el nombre de “La Industria.”

Ese año Federico Malo Andrade solicitó al Gerente del Banco del Pichincha Carlos Pérez Quiñónez, la fundación de una sucursal en Cuenca, pero éste resolvió que mejor sería la creación de un Banco independiente y así surgió la Junta promotora del Azuay que se formó con Alberto Muñoz Vernaza, Rafael María Arízaga Machuca, Remigio Crespo Toral, Hortensia Mata de Ordóñez, Octavio Vega Garrido, Benigno Polo Neira, Celso Fernández de Córdova, Arcesio Pozo Quevedo, Cornelio Merchán, etc. para cubrir los cuatrocientos mil sucres de capital inicial, con la emisión y venta de acciones. Roberto Crespo Ordoñez fue el encargado de obtener dicho dinero y el 15 de Enero de 1913, se eligió el directorio y resultó designado Gerente con Octavio Vega Garrido, funciones que desempeñó desde el día inaugural – 7 de Noviembre – hasta su fallecimiento. En agradecimiento a sus gestiones el Banco emitirá sus billetes de veinte sucres con su efigie pero que no llegaron a circular a causa de la venida de la Misión Kemmerer al país.

I habiendo resuelto fusionar la planta eléctrica de su aserradero con otra nueva de 100kv que estableció en Monay, a las siete de la noche del 10 de Enero de 1914 dio la luz eléctrica por primera vez a Cuenca valiéndose del excedente de fuerza hidráulica de su industria y bajo el asesoramiento de la General Electric Co. que le recomendó los equipos necesarios tales como las grandes poleas de acero, los ejes, una excitadora, cuadro de distribución, varios transformadores, correajes y una importante dotación de cables de varios amperios, focos, aisladores y mas material complementario. El cálculo para los trabajos fue realizado por el hermano José Roche del Colegio La Salle de Cuenca e instalaron las máquinas el Ing. Carlos Cordovéz Borja y Francisco Crespo Ordóñez. El éxito alcanzado fue inmediato y la ciudad empezó a alumbrarse. En 1916 la Municipalidad decidió instalar otra empresa en Yanuncay y surgió la competencia, tan necesaria para la superación, en el mundo capitalista.

El 14 de Diciembre del 19 fue electo presidente fundador de la Cámara de Comercio. El 21 inició la instalación de otra planta eléctrica en Monay, arriba del puente y sobre la ribera izquierda del río Tomebamba, donde existía una caída de agua capaz de producir sobre cien kilowatios de energía eléctrica. Al efecto se importó una nueva turbina Pelton del tipo Morgan y un generador eléctrico de cien kilovatios marca General Electric Co. también se trasladó de su emplazamiento en “Tres Tiendas” la anterior turbina, desde Monay.

Un costoso canal y un gran reservorio con equipos y tubos de aducción concluyó las obras que sin embargo no pudo ver en funcionamiento pues falleció en Cuenca el 14 de Febrero de 1923, de setenta y dos años de edad. Su estatura mediana, tez blanca, contextura delgada y grandes bigotes negros. Fue un industrial que impulsó el progreso material de Cuenca y su comarca, abriendo nuevos cauces al desarrollo regional del Azuay.