Provincial de Quito a mediados del siglo XVII encargo a los superiores del Convento Máximo la redacción de una crónica detallada de la historia de la Provincia, aprovechando de los papeles originales del archivo. La relación que contaba de diez capítulos, fue firmada el 30 de noviembre de 1647 por el Padre Cozar y los discretos y enviaba luego a Lima. De ella aprovecho el padre de Córdova Salinas para integrar su Crónica Franciscana de las provincia del Perú, que relato del padre Cozar como en el Libro del Padre de Córdova Salinas constaba la nomina de Provinciales y religiosos beneméritos del conventos de Quito. Entre estos figuraban Hermanos conversos que se habían vuelto populares por su ritmo de vida sencilla, digna de emular con los varones angelicales de las Florecillas de San Francisco.