ANDRADE-MARIN RIVADENEIRA FRANCISCO

ENCARGADO DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Nació en Ibarra y fue bautizado el 16 de noviembre de 1841. Hijo legítimo de Manuel Andrade Marín, ibarreño de ideas conservadoras y funcionario de la administración pública y de Dolores Rivadeneira y Vélez – Álava, mujer de entereza y carácter que viajó a Quito a educar a sus hijos para evitar que fueran arrieros rubios.

Cursó estudios en la escuela de San Francisco y en el San Fernando y sobresalió como buen estudiante al punto que sirvió de secretario a Pedro Moncayo cuando éste era legislador entre 1858-59. Moncayo le convirtió en un gran lector e influyó en su carácter transformándolo en un fervoroso admirador de las instituciones y libertades de los pueblos cultos.

En 1860 era Bachiller y lo protegía el padre Arsenio Andrade con diez y seis pesos mensuales para que siga la carrera religiosa en el Seminario de Quito, pero el 61 decidió cambiarse a leyes y le concedieron una beca por ser “el estudiante más menesteroso y aprovechado de la Universidad”.

El 63 se enroló en el ejército y fue ayudante del General Juan José Flores en la batalla de Cuaspud, después de la derrota volvió a sus cursos y obtuvo el primer Premio en Derecho Internacional. En junio del 67 se graduó de Bachiller en Jurisprudencia con la máxima nota de 5-A y se doctoró tres meses después tras ganar el 1er. Premio en Derecho Procesal. Desde 1866 hacía prácticas de Derecho con el Dr. Pedro Fermín Cevallos y ejercía la Tenencia Política de la Parroquia del Sagrario de Quito. El 67 ascendió a Juez Principal de esa Parroquia y luego a Alcalde Segundo del pueblo de la Esperanza. El 69 practicó con el Dr. Telésforo Peñaherrera Espinel y junto a su condiscípulo Alejandro Cárdenas se comprometió en la conspiración del 14 de Diciembre de ese año contra García Moreno que acababa de sacar del poder al Presidente Javier Espinosa, correspondiéndole participar en el asalto a los cuarteles; y habiéndose frustrado los planes pudo eludir a las pesquisas de la escolta y se escondió mientras su hermano Manuel corría a postrarse a los pies del tirano y hasta se le ofrecía de escolta.

Entonces tuvo que “huir a Loja donde practicó un mes en el estudio del Dr. Luis F. Piedra”. Después regresó a Ibarra cuando creyó que el peligro había pasado y en septiembre de 1870 ejerció el cargo de Defensor. Era un joven alto, delgado, blanco – rosado, ojos y pelo café, de claro talento y fina sensibilidad liberal que no transigía con las dictaduras, pero el 71 se reconcilió con García Moreno quien para atraérselo aún más le designó Tesorero Fiscal y recomendó al Gobernador de Imbabura, escribiéndole que si no había quien lo garantice, él lo haría. El 19 de septiembre de ese año se incorporó de Abogado y pronto ganó prestigio y clientela.

En 1876 simpatizó con la revolución guayaquileña del General Ignacio de Veintemilla. El 78 fue electo Jefe Político de Quito y luego Presidente de esa Municipalidad. El 80 fue Concejal suplente. El 81, a los cuarenta años de edad, contrajo matrimonio con Clotilde Vaca Merizalde, muerta de parto el 94. El 82 se distanció de Veintemilla cuando éste proclamó su dictadura y con el Dr. Carlos Casares y Mariano Castillo asaltaron exitosamente un cuartel. Para la toma de la ciudad el 10 de enero de 1893 penetró con las guerrillas por la calle del Ejido. Ese año fue electo Diputado suplente por Manabí, siendo el principal Juan Montalvo, quien renunció a poco.

Entonces Andrade Marín se principalizó y presentó a la Convención Nacional un proyecto de leyes específicas para la administración del Oriente, proponiéndose llenar el vacío legal existente para la administración de esa extensa zona territorial, prácticamente abandonada por los gobiernos ecuatorianos, que iban perdiendo terreno frente al avance peruano, país que avanzaba inconteniblemente con el auge cauchero y que sostenía la tesis de la frontera nómada.

Su proyecto incluía medidas para controlar la acción de las autoridades civiles y de los grupos de poder local, y proteger la tarea de los misioneros. Estableció el nombramiento de un Gobernador y de un Jefe Político, designados ambos por el poder ejecutivo, así como de otros cargos administrativos inferiores. Entre las atribuciones del Gobernador estaba la defensa territorial, el cuidado de los caminos, la protección a los indígenas, el fomento de la inmigración nacional y extranjera, la creación de poblaciones independientes a las indígenas, el mando de las fuerzas armadas, etc. Tenía prohibido realizar actividades comerciales, abusar y torturar a los indígenas, etc. fomentar la colonización a través de establecimientos agrícolas e industriales con productos como el caucho, la canela, la quina, la zarzaparrilla, el cacao, la vainilla, etc. y aunque la Convención no llegó a aprobar el proyecto, el ejecutivo dictó un Reglamento al respecto.

En mayo de 1884 el Ministro del Interior José Modesto Espinosa le nombró Gobernador de la Provincia de Oriente, y habiendo recibido ochenta mil pesos del erario para los gastos de transporte e instalación de la colonia y la mantención de ésta por seis meses, trabajó intensamente pero el proyecto no tuvo el éxito apetecido y renunció al año siguiente, en junio del 85.

En realidad las cosas no salieron bien desde el principio pues de los noventa inscritos como colonos solo se presentaron cuarenta el 4 de Julio, día que la expedición emprendió viaje hacia el Napo pero no todos arribaron pues varios desertaron durante la jornada, pero en Agosto se llevó a efecto la instalación de la primera de las poblaciones que llamó Atahualpa a solo dos leguas más debajo del pueblo de Napo con la asistencia de veinte y cinco colonos que construyeron algunas viviendas y sembraron huertas para los cultivos de subsistencia, así como prepararon una gran extensión de terreno para la siembra masiva de veinte y cinco mil matas de tabaco y sus instalaciones para la elaboración de este producto, pues su comercialización había de procurar el sostenimiento de la colonia en el futuro. El 85 fue elogiada su rara actividad por el Ministro del Interior ante el Congreso, pero que los trabajos del camino de Quito al Napo estaban paralizados. Poco después el propio Andrade Marín trasladó a Quito la cosecha de tabaco que fue vendida con provecho, pero los terrenos trabajados en común se disolvieron para dar paso a propiedades particulares asignadas a los colonos. Con todo, el gobierno creó la parroquia civil de San Jorge de Atahualpa y disolvió la guarnición militar que había servido de custodia por considerarla innecesaria. Andrade Marín, satisfecho de estos primeros resultados se reinstaló en Quito; mas, al poco tiempo, la natural desidia de los colonos, que no tenían buenas costumbres pues acostumbraban embriagarse, jugar y robar, así como la extorsión a los infelices indios, hizo que la joven población de Atahualpa se abandone al punto que terminó siendo un simple tambo entre el bosque.

Este fracaso se conoció en el Congreso de 1886 y contribuyó a reforzar el criterio de que solo los misioneros podían ocuparse de controlar el oriente contrarrestando la influencia de los comerciantes blancos que dominaban la región.

Fruto de estas experiencias fueron sus folletos “La región oriental del Ecuador” en 39 págs, “Viaje a la región oriental del Ecuador” en 16 págs, “Leyes para el oriente” en 16 págs. y varias hojas sueltas con temas relativos a la colonia oriental, así también “Consideraciones político – económicas sobre el territorio del Oriente” en 36 págs.

En 1887 ocupó la Vicepresidencia de la Municipalidad de Quito y solicitó la creación de un impuesto para el alumbrado de gas o de kerosene. El 88 pasó a ocupar la presidencia de ese Cabildo y durante dos años trabajó intensamente. Era uno de los ciudadanos más emprendedores y populares, vivía entre las calles Guayaquil y Loja y para formar una plazoleta desde donde partía el camino para carruajes a la Magdalena, cedió parte de sus terrenos.

El 92 volvió a la Presidencia del Concejo, “trabajó en la creación del monumento a Sucre, hizo un camino privativo para ganado que comenzando en la ribera del Chimbacalle, iba por el cerro de la Tola hasta la actual plaza del Teatro y con dinero de su bolsillo y reuniendo cuotas entre el vecindario rellenó y canalizó la quebrada de Jerusalén y la de la Plaza de Armas al comienzo de la calle Chile, donde hizo construir un atrevido socavón”.

Por ello, cuando a los pocos meses, durante la presidencia de Luis Cordero se inauguró el Ministerio de Obras Públicas, fue llamado a ocuparlo, pues era considerado un buen ejecutivo

Al celebrarse en Quito el IV Centenario del Descubrimiento de América pronunció un discurso en representación del Supremo gobierno, al pie del monumento levantado en la plaza de la Independencia, que apareció en el folleto editado al año siguiente.

I a instancias de su amigo el Dr. Alejandro Cárdenas al poco tiempo pasó al Ministerio de Hacienda y fue Consejero de Estado en 1894. Ese año editó “La Clave de la legislación ecuatoriana” en 55 págs. y un extenso Informe en 269 págs. Del año anterior es un “Cuadro de las minas hasta hoy descubiertas en el territorio de la República del Ecuador” en una hoja. A la caída del gobierno de Cordero se retiró de la política y volvió a su despacho profesional.

En el Congreso de 1897 fue nombrado con los Doctores Leopoldo Pino y Carlos Casares defensor del Presidente Luís Cordero y de su gabinete, acusados de la comisión del delito de la venta de la bandera. El 98 contrajo segundas nupcias con su cuñada Teresa Vaca Merizalde, que también falleció de parto. En 1900 tuvo un tercer enlace con Victoria Malo German, viuda del Dr. Gabino Sotomayor Noboa. En sus tres matrimonios tuvo hijos.

En 1901, como miembro de la comisión de legislación del Congreso, emitió un informe sobre el proyecto de Ley de matrimonio civil, fue electo sub decano de la Facultad de Jurisprudencia donde enseñó hasta el 4 enero de 1902, fue Ministro Juez de la Corte Suprema y le eligieron Senador por Pichincha hasta 1905, ejerciendo la Presidencia de dicha Cámara en 1902.

El 5 fue por tercera ocasión presidente de la Municipalidad de Quito y terminó el relleno de la antigua quebrada de Jerusalem, transformada en la actual calle 24 de mayo. Según testimonio de su hijo Luciano “su casa era un emporio de frisos artísticos en las paredes”. Vivía bien y con amplias comodidades. Lucía feliz. Para entonces era miembro de la Liga de Librepensadores y pasaba por liberal moderado y por civilizador. Sus folletos “La religión y el matrimonio”. “Instituciones de los pueblos Cultos” y “Conferencia en la Liga de Librepensadores” le habían distinguido entre sus conciudadanos.

En 1906 fue Vocal del Comité pro celebración del III Centenario de la fundación de Ibarra y desempeñó una consejería de Quito. El 7 fue Ministro de la Corte Suprema pero renunció en protesta por los sucesos universitarios. La Corte no se la aceptó, pero él insistió y se retiró a su casa, rompiendo definitivamente con el régimen de Alfaro.

En 1908 publicó “Los ferrocarriles del Ecuador ante los de América en general” en 19 págs. Entre 1908 y el 10 desempeñó el Rectorado de la Universidad Central, en 1909 en la exposición Internacional celebrada en Quito con motivo del centenario de la revolución del Diez de Agosto, obtuvo Diploma de Honor por su obra “América en 1909” que apareció en el volumen XXIV de los Anales de la Universidad Central y concluyó y entregó el Monumento a los Héroes, del cual había sido su principal gestor. El 10 intervino en la formación de un batallón universitario durante el Conflicto con el Perú. Ese año editó “Itinerario de la República del Ecuador” en 36 págs.

Entre 1911 y el 12 fue electo Diputado por el Carchi y presidió esa Cámara. El 11 intervino activamente en la revolución que derrocó al presidente Eloy Alfaro. Entre el 30 de noviembre y el 2 de diciembre se encargó del poder ejecutivo por ausencia del presidente del Senado. Poco después formó parte del ejército Constitucionalista de los generales Plaza y Andrade y tras los combates de Huigra y Naranjal entró en Guayaquil y el 22 de enero de 1912 ayudó a apresar a Alfaro, Páez y Montero.

De vuelta a Quito el 6 de marzo fue sacado de su casa en horas de la madrugada y llevado aparatosamente en automóvil al Palacio, donde el General Leonidas Plaza le hizo encargar del poder por renuncia del titular Dr. Carlos Freile Zaldumbide. Acababa de ser asesinado el General Julio Andrade y el país estaba conmovido, pero se dijo en las esferas oficiales que “se había salvado la constitución y superado el peligro de que los conservadores con el Dr. Carlos R. Tobar a la cabeza, se tomaran el poder”. Días después Andrade Marín organizó las jornadas electorales. Su presidencia duró hasta el día 1o. de Agosto, día en que leyó su Mensaje a la Nación y renunció a proseguir en el desempeño de la primera magistratura, de manera que había durado menos de cinco meses en el ejercicio del poder y fue reemplazado por el Presidente del Senado Alfredo Baquerizo Moreno, quien dirigió los escrutinios y veinte días después entregó el mando al candidato único que lo fue el General Leonidas Plaza.Entre 1914 y el 17 presidió la Corte Suprema de Justicia y falleció después de casi veinte años de retiro total, el día 6 de septiembre de 1935, de noventa y cuatro años de edad, a consecuencia de consunción o vejez, aunque conservando una perfecta lucidez mental hasta sus últimos momentos, signo inequívoco de su gran vitalidad física. Su biografía ha sido esbozada por el Dr. Fernando Jurado Noboa. Su retrato le muestra algo calvo, erguido, de mirar inteligente, vestido de etiqueta y guantes, y en el pecho luciendo la banda presidencial.