AGRAMONTE PICHARDO ROBERTO

HUMANISTA. Nació en Santa Clara, Provincia de las Villas (hoy llamada de Santa Clara) Cuba, el 3 de mayo de 1904. Hijo legítimo del Coronel Frank Agramonte, nacido en New York, Comandante del ejército libertador, Comisionado de Martí, desembarcó en la playa de Duaba, Baracoa, el 1 de abril de 1895, con los generales Antonio Maceo y Flor Crombet, del cual fue Ayudante de Campo, al final fue maestro por muchos años del Liceo de Santa Clara, y de María Pichardo y Pichardo, de La Habana.

Hizo sus primeros estudios en el Colegio Raja Yoga de Santa Clara, luego cursó la primaria y secundaria. En 1921 se graduó de Bachiller y entró a la Universidad de La Habana, doctorándose en filosofía y letras en 1924 con las más altas calificaciones tras sustentar su tesis sobre “El Pensamiento de Juan Montalvo” en aproximadamente 300 páginas y en Derecho el 25, aunque siempre fue más profesor y escritor que abogado.

Por esos años hacía deportes y practicaba la esgrima en el Centro de Dependientes con los profesores Pío Alonso, y Ramón Fonts.

En 1926 ejerció de catedrático auxiliar de Ciencias históricas en la Escuela de Filosofía y Letras. El 27 publicó “La Biología y la Democracia” y el 28 editó un curso de ética bajo el título de “Filosofía Moral” prologado por el notable profesor español Fernando de los Ríos, contribución vigorosa y fecunda, reveladora de un extenso conocimiento de la Psicología europea y norteamericana.

Entre 1928 y el 31 siguió varios cursos post doctorales en la Universidad de Columbia. En 1929 editó “Tratados de Psicología General, un estudio sistemático de la conducta humana”, en dos volúmenes, con cinco ediciones hasta 1949 y cuando ocurrió la gran protesta universitaria contra la dictadura del General Gerardo Machado Morales, se halló entre los primeros profesores que se solidarizaron con la iniciativa rebelde del alumnado y perdió su cátedra.

El 31 conoció a Roberto Andrade quien vivía prácticamente como un desterrado, mantenido por la generosidad de su hija Marina que trabajaba de secretaria en New York. De inmediato simpatizaron pues el joven Agramonte vio en Andrade al republicano integérrimo que siendo casi niño había participado en el asesinato de un tirano y al severo patriarca lleno de papeles, libros y recuerdos. La dictadura de Gerardo Machado había clausurado la Universidad de La Habana y Agramonte vivía dando charlas radiales en la Universidad del Aire como se dio en llamar a esos programas que luego recogió en una revista, también dictaba clases en colegios privados y escribía para los periódicos. El 2 de marzo contrajo matrimonio con María Concepción del Río Madueño y fueron muy felices. Ella era una mujer culta, doctora en Filosofía y Letras y en Pedagogía. En 1932 Agramonte siguió varios cursos de verano de Psicología y Filosofía en la Universidad de New York y comenzó a escribir para la revista “Bohemia”.

Mientras tanto la conspiración se sentía en el aire de La Habana y con varios intelectuales frecuentaba la pieza de Roberto Andrade en una pensión, donde recibían lecciones de historia, rebeldía y patriotismo, pues era como el Néstor de la Iliada.

De esas reuniones nacieron varios hermosos proyectos. Federico Córdoba escribió un elegante y bien documentado estudio de Juan Montalvo y obtuvo el ingreso de Andrade a la Academia de Historia de Cuba. El Lyceum, institución cultural femenina, le abrió sus puertas para que ofrezca conferencias y cuando fue reabierta la Universidad de la Habana en 1934, Agramonte fue designado Director del Departamento de Intercambio Cultural e hizo publicar las siguientes obras inéditas de Montalvo, cuyos originales le dio en préstamo Andrade, a saber:

  1. En 1935 “El Libro de las Pasiones” colección de cinco dramas: a) La Leprosa, b) Jara, c) Granja, e) El descomulgado y e) El Dictador y
  2. En 1936 “Páginas Desconocidas”, con elegías como la del padre Lachaise, Fortuna y Felicidad, el León de San Marcos de Venecia, Vicente Piedrahita, Carta al Moniteur des Consultas, y La Risa.

También leyó los dos tomos de Andrade sobre Montalvo y García Moreno que le sirvieron de base para escribir una obra polémica titulada “Biografía del dictador García Moreno, estudio psicopatológico e histórico”, editada en La Habana en 1935, premio Carvardet, declarado el libro del Año, que según el Prof. Percy Alum Martín de la Universidad de Stanford en California, es el estudio biográfico más sólido que ha aparecido en Hispanoamérica en muchos años y es además una defensa vibrante de la democracia. Libro, en fin, para ser leído por hombres libres y cuando Andrade ojeó con sorpresa los origínales, le abrazó y exclamó: “Me ha arrebatado Ud. la gloria con esta biografía, hecha con un método científico”. Años más tarde – en 2014 – Hernán Rodríguez Castelo, en su biografía literaria de García Moreno, recuerda que el Prof. Richard Pattee, también biógrafo del tirano, calificó a la obra de Agramonte como un delirio pseudocientífico.

En 1934 apareció en la revista de la Universidad de La Habana su ensayo “El pensamiento ético de Varona” en 36 páginas.

En 1935 fundó la “Revista de la Universidad”, fue miembro del Consejo económico y Vicepresidente de la sección de Educación durante el VII Congreso Científico Americano celebrado en México; apareció su “Tratado de Sociología General” en dos volúmenes que alcanzó general aceptación como texto y obra de consulta, conociendo siete ediciones hasta 1959 y en Ambato salió “El Panorama Cultural de Montalvo”.

Ese año el Sargento Fulgencio Batista y varios conmilitones del ejército tomaron el poder y designaron a un Comisionado para que administre la Universidad de La Habana, pero Agramonte se le enfrentó, renunció sus cátedras en protesta contra la mordaza y tras algunos forcejeos el movimiento triunfó y se salvó la autonomía universitaria.

En 1936 editó “El pensamiento filosófico de Varona” con lucido análisis. En 1938 dio a la estampa el opúsculo “Esencia de la Universidad” que tuvo tal éxito que poco después se reproducía en diversas universidades de Latinoamérica, quince en total. Ese año también publicó “Varona, el filósofo del escepticismo creador” que mereció el Awarded Prize y cuya segunda edición data de 1949.

En 1939 dio a la luz un “Compendio de Psicología” como texto para la secundaria, cuya segunda edición apareció en 1948. Esta obra constituyó su primera proyección hacia la enseñanza universitaria. En 1940 prologó la tercera edición de las lecciones de Filosofía de Félix Varela y salió su biografía, culminando sus estudios sobre Varela.

En 1941 ganó por oposición la gloriosa cátedra que desempañara por años y con tanto acierto el filósofo del escepticismo creador Enrique José Varona:        Psicología, Sociología y

Filosofía Moral, y no fue de los profesores limitados rutinariamente a su cometido en el claustro, sino que amplió y robusteció sus lecciones con una sólida contribución personal en el libro, el folleto, el ensayo y la conferencia, con eco vivaz en el extranjero; también llevó a cabo un programa dinámico y fecundo y bajo su dirección se fundó el primer laboratorio de Psicología experimental.

En 1942 fue profesor extraordinario de Sociología de los cursos de invierno de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde dictó diecisiete conferencias sobre Sociología concreta y sistemática. Ese año editó en La Habana un “Compendio de Psicología General y el Ayuntamiento de su ciudad natal, Villa Clara, le confirió la Medalla de la Ciudad.

En 1944 publicó “Introducción a la Sociología” como texto para la enseñanza preuniversitaria. Una segunda edición data de 1947 y otras dos más salieron con posterioridad en 1948.

En 1945 disertó en la Universidad de México sobre “La persona humana a la luz de una filosofía de la experiencia” y sobre “Voluntad esencial y voluntad racional en Sociología”, presidió con el Dr. Herminio Portell Vilá la Misión Cultural Cubana integrada por profesores y alumnos de Filosofía y Letras que visitaron seis universidades latinoamericanas. A cargo de Agramonte estuvo la conferencia “Trayectoria y momentos del pensamiento filosófico de Cuba”; durante la inauguración de la Facultad de Humanidades fue designado Catedrático honorario y fundador por el Consejo de la Universidad de Guatemala; pronunció el discurso inaugural del Instituto Indigenista y a nombre de los profesores extranjeros saludó al Presidente Arévalo.

En 1946 fue invitado a la Jornada de la Universidad Autónoma de El Salvador, le nombraron profesor honorario y disertó sobre la fundamentación de la Ética humanista.

El 47 fue designado profesor de Sociología y Psicología Militar de la Escuela Superior de Guerra de La Habana, cargo que desempeñó hasta el golpe dictatorial de 1952.

A fines del 47 sorpresivamente el presidente Ramón Grau San Martín le envió de Embajador a México, donde le eligieron miembro de Número de la Academia Nacional de Ciencias, académico correspondiente de las de Geografía e Historia y honorario de la Asociación Nacional de Abogados. En la Universidad Nacional ofreció un curso sobre los cuatro problemas fundamentales del humanismo ético y en 1948 renunció para regresar a Cuba, siendo postulado el 1 de junio de ese año en binomio con el Dr. Eduardo Chibas, para la Vicepresidencia de la República de Cuba, por el Partido Ortodoxo o del Pueblo.

Entre el 47 y el 55, con breves interrupciones, ejerció el decanato de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, así como el Vicerrectorado y en varias ocasionesle encargaron las funciones de Rector. El momento era crucial en 1948, los principales jefes provinciales ortodoxos abandonaban a Chibas por seguir a Núñez Portuondo y a Carlos Prio Socarras, pero no obstante ello Chibas y Agramonte realizaron una memorable campaña política de solo dos meses de duración y como los hijos más fieles de la Universidad lograron levantar a las muchedumbres con su sola presencia en cada rincón de la isla, batiéndose solos frente a los poderosos y corruptos consorcios políticos y financieros que respaldaban a los demás candidatos. Finalmente, no ganaron, pero obtuvieron más de cuatrocientos mil votos.

En 1949 y con motivo del Centenario del Nacimiento de Varona publicó una exégesis y ofreció una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de La Habana sobre Montalvo y Cervantes en el aniversario del manco de Lepanto. La Universidad de Panamá le confirió el altísimo honor del Doctorado Honoris Causa en Filosofía e Historia. En 1950 visitó el Ecuador y fue designado por la Universidad de Guayaquil su profesor visitante.

En 1952, al ocurrir el suicidio de Chibas en La Habana, le eligieron su sucesor como indiscutible jefe de la ortodoxia y recibió el entusiasta respaldo de otras provincias, especialmente de Santiago de Cuba. Ese año publicó “José Agustín Caballero y los orígenes de la conciencia cubana” y producido el ignominioso golpe dictatorial de Batista contra el Presidente Prio Socarrás, fue perseguido Agramonte y guardó prisión. De allí en adelante su vida privada se complicó debido al constante acosamiento que sufrió a manos de la policía. La Universidad de La Habana fue varias veces clausurada y sus profesores arrestados o perseguidos, enseñoreándose la violencia en los claustros.

En 1958 editó en México “Sociología de la Universidad”. Existe una segunda edición y cuando el 1 de enero del 59 triunfó la revolución contra el usurpador Batista, ocupó una de las carteras de Gobierno y como tal formó parte del Consejo de Ministros de Cuba. Seis meses después, descontento con el giro que tomaban los acontecimientos políticos por los abusos de poder que cometía el régimen de Fidel Castro y por no ser de la ideología marxista presentó su renuncia y en mayo de 1960 pudo emigrar a Puerto Rico con su señora e hijos, pero no le permitieron sacar nada de la isla, ni siquiera sus borradores, apuntes para clases, originales de libros aún no editados, etc.

La Universidad del recinto Río Piedras en San Juan inmediatamente le acogió en su seno y empezó a dictar clases como profesor visitante, en 1969 – tras nueve años de enseñar – ascendió a catedrático y el 75 a investigador científico y conferencista. En La Habana quedaron sus libros, amigos, recuerdos y propiedades. En San Juan habitó en un departamento del piso veinte de la zona residencial de Río Piedras y dio clases en el Centro de Investigaciones Sociales.

Entre 1960 y el 63 publicó varios artículos largos en la revista de la Universidad de Puerto Rico y en la mexicana de Sociología, tales como “Mendieta Núñez y su Magisterio Sociológico” y “Sociología Latinoamericana”.

El 63 dio a la luz en México su obra “Estudios de Sociología Contemporánea” en 570 páginas considerado uno de los mejores trabajos existentes sobre las teorías sociológicas, caracterizado por sólidos enjuiciamientos filosóficos, y en Río Piedra apareció “Sociología Latinoamericana” en 540 páginas.

En 1965 editó “Principios de Sociología”, un libro para latinoamericanos, en la Editorial Porrúa de México.

En 1967 declaró que aún conservaba en su poder algunos escritos de Montalvo que formaban un volumen de “Páginas inéditas” y lo publicó a través de la editorial Cajica de México, en dos tomos, con ordenación, prólogo, anotaciones y traducciones suyas del francés. También sacó otros artículos de Montalvo, dos sobre Lamartine, una correspondencia autobiográfica de Italia, sus impresiones sobre el planeta Marte, el artículo del sombrero de Castelar.

En 1970 visitó el Ecuador, estuvo en Quito, Ambato y Guayaquil, donde lo entrevistó Justino Cornejo.

En 1971 editó en Puerto Rico “Martí y su concepción del mundo” en 815 páginas, gigantesco esfuerzo de benedictina paciencia, dedicado a contener la Filosofía general o conceptual del mundo de Martí. La crítica ha opinado que se trata de una de las mejores obras de Agramonte por su trascendencia humanística, erudición y estilo, enfrentamiento completo ante un hombre tan singular.

En 1972 obtuvo el premio literario Juan J. Remos (1) y salió el tomo I de “Martí y su concepción de la sociedad”. El 82 apareció la primera parte del tomo II y el 84 la segunda.

En 1981 editó “Teoría Sociológica” más que un texto teórico es un libro masivo y sistemático de consulta en 728 páginas, que cubre, examina y critica las principales escuelas y corrientes sociológicas, históricas y contemporáneas, con mención de cerca de ochocientos sociólogos. Sus observaciones e interpretaciones son enriquecidas en todas sus partes por sus conocimientos de la Filosofía clásica.

En 1982 fue invitado por el Banco Central del Ecuador como Orador Principal del sesquicentenario del nacimiento de Juan Montalvo, con tal motivo editó su ensayo “El panorama cultural de Montalvo” y habló sobre “Montalvo como filósofo”, sintetizando un libro sobre el mismo tema que entregó al Banco Central para su publicación.

La Universidad de Puerto Rico sacó “Montalvo en su epistolario” con 362 cartas redescubiertas, ya sobre asuntos personales o íntimos, sobre materia política o literaria, entre Montalvo y diversas personalidades del país y del exterior y en la revista de esa Universidad aparecieron sus artículos “Dos dramas de Montalvo”.

Al regreso a San Juan sus ex alumnos lo agasajaron con un almuerzo y le dieron una Placa de bronce. Entonces se dijo “Sus clases magistrales eran seguidas con atención en aquel inolvidable edificio de Química, donde las ofrecía a un enorme contingente de estudiantes. En 1984 recibió el homenaje continental que le brindaron las principales Universidades americanas con motivo de sus ochenta años de edad.

(1) Juan J. Remos fue profesor de literatura española, hispanoamericana y cubana de la Universidad de Puerto Rico.

El 13 de Abril de 1988 recibió con Darío Lara la máxima condecoración de la Orden de Montalvo, después sufrió dos operaciones a la vista y un infarto a causa de su elevada presión arterial, por eso disminuyó su actividad intelectual; mas, su rostro amable y su

habla pausada, no lograban delatar al tenaz militante que llevaba sobre sus espaldas dos exilios, el enfrentamiento a tres tiranías (Machado, Batista y Castro) aproximadamente cuarenta y cinco encarcelamientos y el ostracismo final.

Roberto Agramonte era un personaje venerable de Cuba y maestro querido en el Ecuador, país al que está indisolublemente ligado por la amistad, protección y ayuda brindada a Roberto Andrade en la década de los años treinta y por su difusión de la obra montalvina, pues ha dedicado buena parte de su vida a rescatar, estudiar, escribir y publicar libros y capítulos inéditos del gran escritor. Su vida ha tenido una doble misión: 1) La difusión del conocimiento sociológico y 2) La lucha intelectual en favor de la democracia y los derechos humanos en Latinoamérica. Por eso ha defendido la concepción de una sociología que considera la libertad intelectual y política como valores axiomáticos.

Tanto por sus contactos personales como por sus publicaciones ha ejercido gran influencia en el pensamiento de una parte del mundo latinoamericano; pues como profesor instruía, educaba y ejemplificaba sin alarde ni exhibicionismo.

Ecléctico y a espaldas de todo fanatismo, como paladín verídico y justiciero que tiene un temperamento sereno de estoica firmeza.

En 1989 editó en San Juan “Las Doctrinas Política y Educativa de Martí” y el Instituto de Investigaciones Sociales de Madrid Guiderac le otorgó la Cruz del Gran Almirante, refiriéndose a Cristóbal Colón.

En carta del 16 de septiembre de 1989 mi querido y respetado amigo me escribió: En 1925 no conocía a Roberto Andrade, quien llegó mucho después a La Habana. Elegí la tesis sobre Juan Montalvo debido a mi preferencia sobre la asignatura de Historia de América y dentro de la Historia del Ecuador escogí a su máximo prosista. Entonces se hablaba mucho de Montalvo entre mis condiscípulos de las Facultades de Filosofía y Derecho, quizá por vivir una etapa convulsa. En 1931 leí un artículo de Federico de Córdova sobre Montalvo, publicado en la Revista de Cuba Contemporánea. Con tal motivo me puse al habla con él y juntos visitamos a Andrade, a quien no conocía. De allí mi amistad, porque le volví a ver de continuo y asistí a sus dos conferencias en el Lyceum (Sociedad Femenina de Cultura) sobre

Montalvo, publicadas en la Revista Bimestre Cubana de Femando Ortiz. Allí mismo, bajo su influjo, salió mi artículo “El Panorama Cultural de Montalvo”, republicado años después en Ambato por la Casa de Montalvo, opúsculo que Anderson Imbert celebró. Don Roberto Andrade estuvo en Cuba tres años, hasta 1933. Cuando Benjamín Carrión me envió su libro “El Cuento de la Patria”, me lo dedicó, quizá porque yo había editado las “Páginas desconocidas de Montalvo” en la Editorial de la Universidad de La Habana y “Las Páginas Inéditas de Montalvo” en dos tomos, en la Editorial Cajica de México.

En 1991 el Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad de Puerto Rico patrocinó la realización en las últimas etapas de la elaboración, de su “La Filosofía de Montalvo”, tema largamente estudiado desde 1925 en que le sirvió de tesis doctoral. El 92 el Banco Central del Ecuador lo publicó en tres tomos de 1319 páginas corridas, incluyendo varios índices que facilitan enormemente su lectura.

Poco después sufrió un severo daño cerebral a causa de una trombosis y quedó sin poder hablar, caminar o escribir. Su hija María tuvo la gentileza de hacerme llegar dichos tomos con una esquelita Aclaratoria: “Van sin dedicatoria pero él tenía mucho interés en que Ud. recibiera su última publicación…”

La obra culminó sus empeños en pro de la juventud de América, quedando únicamente por publicarse su “Ciencia Literaria de Montalvo” y “Política y Sociología de Montalvo,” terminadas, aunque sin editor.

Roberto Agramonte, gloria de Cuba y de América, falleció el día 12 de diciembre de 1995 en San Juan de Puerto Rico, pero la noticia no salió en su Patria a causa de la feroz censura de prensa que mantiene a los cubanos, ignorando lo que acontece fuera de la isla. Lo que aún resta del Comunismo en América Latina constituye una lacra para la humanidad (Cuba, Venezuela, Nicaragua)