8. Las Dos Serpientes

El dios supremo de los Incas era “Apu Kon Titi Wira Kocha”, que significa “Supremo Señor del fuego y de todo el conjunto de la tierra y el agua” y correspondía a un culto monoteísta existente desde épocas inmemoriales en el templo de Pachakamaj, muy cerca de la actual ciudad de Lima. Este Dios Unico, creador de todo lo existente en el universo, no era propiamente quechua y fue admitido en la religión de los Incas al ser incorporadas las tierras del rey Juyus Manko; sin embargo, los Incas creían desde muy antiguo en la existencia de tres mundos o reinos llamados Janán Paccha o mundo de arriba (cielo) Cay Paccha o mundo del medio (tierra) y Uku Paccha o mundo de abajo (infierno) que explicaban por medio del mito de las dos serpientes.

Dos seres míticos recorren los tres mundos. Empiezan por dentro, pasan por aquí y siguen hacia arriba. Uno es Yaku – Mama y el otro es Sacha – Mama. Ambos están representados por dos serpientes; una culebra de agua y la otra de dos cabezas: Sacha – Mama quiere decir, serpiente de árbol o selvática. La primera repta y se convierte en un gran río, madre de las aguas. La otra camina verticalmente y tan despacio que no se percibe su movimiento y se asemeja a un árbol viejo. Con la cabeza hacia arriba va alimentándose de todos los seres voladores, aves, insectos y con la cabeza baja va atrayendo a todos los animales que están en la superficie. Al pasar al mundo de arriba Yaku Mama se convierte en rayo y Sacha – Mama en el arco iris que es una deidad que fertiliza a las plantas, dándoles color a los seres en general. El rayo es el dios de las aguas que cae sobre la tierra en forma de lluvia, con la tempestad y el relámpago. Así, estos tres mundos se hallan unidos por estos dos seres míticos, dioses del agua y de la fecundidad. I el sol ¿Qué significado tiene en esta mitología? ¿Qué atributos se le asignan? Es una deidad a la manera del Zeus de los griegos, humano y a la vez divino porque engendra seres que son sus Churis o hijos, pero que nacen en la tierra.  Es un dios intermedio entre el cielo y la tierra, un enlace con sus Intip Churin, o sea, con los hijos del sol; pero más que nada es un dios de la agricultura al que se le ofrenda el primer vaso de chicha al comenzar la rotura de la tierra para los sembríos. Es el que da calor, fertiliza el crecimiento de las plantas y la correspondiente cosecha, proporcionándole su utilidad. El sol era la religión oficial del Imperio, aunque los emperadores no creían en su divinidad”

Pachakutek, el más inteligente y sabio de los Incas, había dicho en cierta ocasión que “el sol se parecía a una res amarrada, dando vueltas en el mismo sitio”, con lo que trataba de explicar el fenómeno científico de la rotación de la tierra sobre su propio eje, que hace aparecer y desaparecer al sol cada veinticuatro horas. Así era de mágico el mundo de nuestros antepasados indígenas porque vivían aúnen la edad de bronce, de la aleación de los metales, nada más.

La leyenda de las dos serpientes tuvo tal difusión que aún hoy los Cayapas de las selvas de Esmeraldas creen en la existencia de una serpiente gigantesca de escamas metálicas y tan misteriosa que solo habita en el fondo más inaccesible de la selva, cada setenta años baja por el río Santiago hacia el Esmeraldas y el mar, donde vive la otra serpiente y allí desoba y regresa. Ciclo que se renueva siempre, desde épocas inmemorables. Mientras la serpiente pasa todo es silencio mortal, todo se vuelve magnético, porque hipnotiza con los ojos y devora lo que encuentra a su paso. A estas dos serpientes le llaman las Madres de las Aguas.

También es curioso recordar que el escudo nobiliario de la familia Imperial de los Incas concedido por Felipe II a doña Beatriz Colla, hija de Manco Inca II, cuando contrajo matrimonio con Martín Oñez de Loyola, se compone de un arco iris con sus siete colores y de dos serpientes que se miran. Estas armas están refrendadas por Cédula Real cuyo original se guarda en el Archivo de Indias de Sevilla.

El Inca Wirakocha propiamente no se llamaba así; gobernó entre 1.370 y 1.430 y dio fin a un período que puso en peligro la estabilidad del Imperio. Le correspondió ocupar el octavo puesto entre los descendientes de Manko Capak y Mama Okllo y fue divinizado en vida, recibiendo el tratamiento de semidiós, por ello su nombre fue tomado de la suprema deidad. No hay que confundirlo con el Dios Wira Kocha Kon Tiki Dios supremo del Imperio.

La Legislación Incásica descansaba en un Código moral sintetizado en tres aforismos: 1) Ama Sua, no seas ladrón, 2) Ama Hulla, no seas mentiroso y 3) Ama Kella, no seas ocioso, que se repetía como saludo en los caminos. La violación de estos preceptos era castigada con penas que podían ir de los azotes a la muerte por ahorcamiento, despeñadero o sumersión. A los culpables de delitosse los azotaba y cuando alguien robaba por necesidad se castigaba a la autoridad seccional por no haber velado por sus inferiores jerárquicos ni haber distribuido bien los bienes de consumo.

También existían delitos políticos y religiosos como atentar contra la vida del monarca o de las autoridades o violar a las vírgenes del Sol. En estos casos se mataba al causante y a su familia y hasta podía terminarse con toda su comunidad. Tan graves eran las penas.

El calendario Incásico era de tipo agrario y estaba destinado a marcar los trabajos. Enero era para pesca mayor y arreglo de las sementeras. Febrero para siembra de verduras, frutas e higuerilla. Marzo o maduración de la tierra en choclos, parición del ganado y siembra en la costa. Abril o pascua del rey. Mayo, regocijo y canto de la cosecha, desgranes y terminación de los tejidos de ropa en las colectividades. Junio era dedicado a la cosecha de papas y la pesca menor. Julio para preparar sembríos. Agosto para sembrar las chacras. Septiembre era la pascua de la reina. Octubre para la pascua de la lluvia y la comida pública, noviembre mes de los muertos y riego de las sementeras y Diciembre para la pascua mayor del Sol. Si observamos con detenimiento este Calendario se hallará muchas similitudes con el nuestro.