3. Origen de la Cultura Quichua

Numerosos investigadores filológicos han establecido que el idioma quechua se hablaba varios siglos antes de establecerse la dominación de los Incas. No puede considerarse a los Incas como originadores de la cultura quechua, sino como un producto de ella, teoría sostenida, por el sabio peruanista Tashudi y el Presbítero José María Coba Robalino, propugnadores del Prequechuismo. Quichua se dice en el Ecuador y Kechua en el Perú y Bolivia.

Pío Jaramillo Alvarado asegura en “La Nación Quiteña” que las más antiguas formas de quechua que se conocen y conservan, a pesar de la influencia colonizadora del dialecto del Cuzco, se encuentran en el distrito quiteño; todo induce a pensar que el dialecto quechua del Ecuador es más antiguo que el de Perú. El pueblo quechua viajó de norte a sur, por siglos, pacíficamente, dando su lengua a las tribus vecinas, a lo largo de la costa, los Andes y del río Marañón, hasta la región de Huaraz, en Perú, donde infiltró su lengua y costumbres a la nación Aymará que habitaba en la actual república de Bolivia.

Allí surgió el mito incásico explicado por el Inca Garcilaso de la Vega en sus “Comentarios Reales”, quien afirma que la pareja inicial compuesta por el Inca Manco y su hermana y cónyuge Mama Ocllo, inicio de la dinastía imperial, nace a las orillas del Lago Titicaca, del sol y de la luna, bajando al Perú con tribus aymaráes y dominando a los quechuas o chimúes mediante bondad, persuasión y conocimientos.

¡Nada más ridículo! Garcilaso es bisnieto de Tupac Yupanqui y por eso falsea la historia a su antojo. Se ha probado que los Incas, mediante una traición militar, conquistaron a los chimúes, nación culta y muy antigua.

Las ruinas de su capital Chanchán indican cuan hermosa y adelantada debió ser esa gran urbe, destruida a fuego en pleno florecimiento.

TEORIA DEL HOMBRE AUTOCTONO DE AMERICA

Hacia fines del pasado siglo un valioso científico argentino aseguró que el hombre es autóctono de América. El doctor Florentino Ameghino equivocó restos de animales fosilizados muy antiguos encontrados en la Patagonia dándoles procedencia humana, cuando pertenecen a otras especies hoy extintas.

Actualmente se cree que el hombre llegó a América desde el Asia formando numerosos grupos nómadas de cazadores que atravesaron el actual estrecho de Bering a pie cuando aún se encontraba congelado, de suerte que el paso ocurrió desde Siberia a Norte América poblando las costas del Pacífico lentamente.

Esta tesis se prueba a sí misma porque de Norte a Sur se han desentarrado restos humanos fosilizados siendo los más antiguos los del Canadá con 25.000 años; en Estados Unidos 20.000; México 15.000. En Centro América hay de 12.000. En Colombia de .000. En Ecuador, los más antiguos son los encontrados en Punín, cerca de Quito, en un área de cavernas, con 8.000 años. En Perú tienen 7.000 y 6.500 en Chile. Es muy probable que esta migración periódica se produjo desde Canadá a Chile a través de valles, montes y collados. ya nadie discute el lento tránsito histórico.

Bien puede la arqueología informar que América ha sido poblada por dos vías. Una, la principal y más numerosa, de norte a sur, lenta y paulatina por mesoamérica, el Caribe y el Amazonas y que al fin llegó a Chile, y otra, en base a contactos esporádicos y transoceánicos por varios puntos de la costa americana del Pacífico y por el Atlántico desde Africa.

OTRAS HISTORIAS DE CATARI

La obra de Anello de Oliva “Antiguedades del Perú” cuenta que el sabio Catari, uno de los últimos quipocamayoc en el siglo XVII, sostenía la existencia del Reino de Quito paralela a la de los Incas del Perú.  En tiempos del séptimo Inca, Quispe Yupanqui, vivía en Cuzco un poderoso cacique quiteño de nombre Chipotome, padre de la princesa Chelleca, mujer bella y de mucha educación. Todo es que el Inca la conoce de lejos, una tarde que sale a pasear por las calles de Cuzco y queda prendado de su belleza. Sinembargo no logra hacerla suya por la oposición de Chelleca, que no quiere disgustar a la reina y le indica que está prometida en matrimonio al Inca Atau Roca, hermano de Quispe Yupanqui, por lo que éste se da mañas para enviar en misión a Chipotome y aprovechando la oscuridad de una noche raptó a la joven, la llevó a palacio y abusó de ella, devolviéndola a los pocos días.

El prometido Atau Roca la aborrece y al regreso de Chipotome le cuenta sus desventuras, recordando que el Inca padre de Quispe Yupanqui había mandado matar a su abuelo y hecho otros daños y guerras a sus antepasados. Chipotome, ocultando su pena disimuladamente, pidió permiso para ir a su tierra en Quito donde formó un gran ejército con el General Chimpo, recordando los numerosos agravios recibidos. El ejército se exalta y marcha hacia el Cuzco, ocupando la ciudad sin mayores resistencias porque el avance ha sido por sorpresa.

Poco después Quispe Yupanqui se repone y da batalla allí mismo, muriendo treinta mil indios de ambos bandos y a los dos días pactan una tregua y mientras Chipotome y Chimpo están lejos de su tierra, el Inca recibe nuevos contingentes que obligan a los primeros a marchar al norte donde llegan casi sin hombres metiéndose en los montes del Oriente ecuatoriano con sus mujeres e hijos, sin que de ellos se vuelva a saber. Así fue vengado el honor de la mujer quiteña, señala Catari.

QUITO SE ORIGINO EN LA COSTA

Existe una tradición referida en el siglo XVII por el Cacique Catarí – el último quipocamayoc o lector de quipos que quedaba en esos tiempos en Cochabamba, a Bartolomé de Cervantes, Canónigo de la Catedral de Charcas, y por éste al padre jesuita Annello de Oliva. segun la cual los primeros hombres que habitaron estos territorios (se refería al Tahuantinsuyo) vivían en SUMPA (hoy península de Santa Elena); uno de ellos, llamado Quitumbe, viajó al norte con su gente y pobló las tierras que hoy pertenecen a la provincia del Pichincha donde procedió a crear una cultura solar. Esto sucedió antes del diluvio universal del que nuestros indios guardaban una fiel memoria. Pasado ese terrible flagelo descendió Quitumbe y los suyos a la llanura situada al pié del volcán Pichincha a donde habían buscado refugio y fundó una “Ciudad sagrada en la mitad del mundo” que denominó Quitu. Cabe indicar que estos primitivos pobladores debieron ser buenos astrónomos para conocer que la localización escogida quedaba muy cercana a la línea equinoccial.

Después de algunos años el Pichincha entró en erupción y así permaneció algún tiempo obligando a los moradores de Quitu a buscar otra zona menos peligrosa para vivir, pero este traslado no duró mucho y luego que pasó el peligro regresaron a su antigua morada. Hacia el siglo IX de la era común los Caras o Colorados llegaron en balsas a las costas de Manabí. Estos guerreros eran de origen amazónico y posiblemente habían estado en la península de Santa Elena por muchos siglos. Los Caras siguieron el curso de los ríos y buscando tierras fértiles entraron al valle del Guayabamba. Dominada la primitiva cultura Quitu los recién llegados Caras ocuparon la ciudad. El padre Juan de Velasco trae en su Historia reseña la genealogía Real de los Caras hasta terminar con el rey, Shilli o Shiry Caran XIV, Shiry significa en lengua cara “Señor Natural de la Tierra”.

Caran fue derrotado por el Inca Huayna Cápac, quien se casó con la princesa Paccha y fue coronado con la esmeralda, emblema de los Shirys. Quito progresó. Fue dotada de edificios valiosos construidos con piedras labradas a la usanza del Cuzco, es decir, con más de cuatro ángulos. A Huayna Cápac le sucedió su hijo Atahualpa que guerreó con su hermano Huáscar por la posesión del Imperio. A la llegada de los conquistadores vino el enfrentamiento de Benalcázar con las huestes de Rumiñahui, quien se refugió en Quito y la incendió, dejando únicamente paredes y muros calcinados.

Después del reparto de solares entre los primeros vecinos españoles el 6 de diciembre de 1534 el Cap. Juan de Ampudia derribó esos muros con diez mil indios a su mando para que se perdiera hasta el último vestigio del poder del incario. No quedó en pie ni el Palacio o Casa del Placer de Huayna Cápac, situado donde hoy se levanta el Convento de San Francisco, ni el templo solar de los antiguos Caras de la cima del Yavirac o Panecillo, que servía como observatorio astronómico y sitio de purificaciones y ofrendas.

Así pues, Quito ha conocido varias épocas en su historia como ciudad. Primero fue el Quito antiguo de Quitumbe, luego el Quito Cara, enseguida el Quito Inca, después el Quito colonial y hoy el Quito moderno o metropolitano. Creada como ciudad ombligo del mundo andino y septentrional con características mágicas por una cultura que adoraba al sol, se transformó en ciudad. En la colonia fue ciudad andina perdida entre volcanes que la protegían celosamente de toda contaminación. Desde hace algunos años tiene problemas graves de tránsito debido a su encajonamiento a lo largo de un valle que0 le resulta demasiado estrecho.

Su origen costeño y su nombre autóctono indican que en el Ecuador las dos regiones (Costa y Sierra) se han entrelazado desde siempre, en abrazo fraterno de nacionalidad.