MOVIMIENTO REFLEJO. En el sepelio del padre de dos colegas con acompañamiento de postín y mucha gente, al situarme en fila para ver la cara del muerto, poner rostro de tristeza y dar el pésame a los deudos, noté que los que me antecedían en la fila al llegar al sitio donde estaba el féretro se sonreían con el muerto. Cosa más rara, cuando se me acercó un colega y dijo muy quedito a mi oído ¡Cuida tu billetera que te la puede manotear el muerto con un movimiento reflejo de los que aún le han de quedar porque en vida fue un pillastre! luego se acercó a otro colega que también estaba en fila y tiene que haberle dicho lo mismo porque éste soltó una risita ¡Así eran los entierros!
LA CUEVA DE ALI BABA. Había un edificio esquinero en Pedro Carbo y Aguirre, de madera, un piso alto y amplísimo hall interior que servía de sala de espera a numerosos estudios jurídicos, con un solo servicio higiénico para todo el piso. La picardía criolla le bautizó con el nombre de “La Cueva de Allí Baba” porque allí trabajaban cuarenta abogados. En algún momento se instaló un recién graduado y desde el primer día se armaban unos escándalos con la música en alto volumen de su radio de fabricación alemana marca Grundig, colocada sobre un ropero, cuyo interior servía de archivo para expedientes ¡Qué de guarachas, congas, mambos y cha cha chas¡ Al segundo día, uno de sus vecinos, resuelto a terminar con el barullo entró rápido y pidió en alta voz ¡Cinco sucres de fritada y dos cervezas¡ y con la cara de mayor asombro exclamó: Perdón colega, disculpe la equivocación, por la música creí que se trataba de una chingana¡ Dio media vuelta y salió tan rápido como había ingresado pero el aludido comprendió que le habían corregido con palmeta y no volvió a conectar la radio.
UNA MALA CRIANZA DE MI PARTE. Cuando uno es abogado recién graduado se siente algo así como Supermán. Unos primos de mi esposa fueron perjudicados por el incumplimiento de un contrato de obra civil en Babahoyo y como no hubo forma de arribar a un acuerdo, meses más tarde obtuve la retención de fondos de esa entidad gubernamental, entonces sacaron boleta de captura contra nuestro gerente. El asunto se volvió público, político y hasta escandaloso y pasó a conocimiento de la presidencia de la República. Nos traladamos a Quito, estaba de presidente y dictador civil el Dr. Velasco Ibarra, el Fiscal General de la Nación, un viejecito pillín que tomó partido y opinó sin razón que el Juez se había extralimitado en sus funciones al disponer la retención de fondos. Velasco nos recibió en su despacho, como siempre muy serio y uno de nuestrs gererntes cometió la tontería de decir casi lloroso que siendo un sujeto honesto, hogareño, de buenas costumbres, al punto que ni siquiera se había divorciado, jamás podría perjudicar a nadie y peor a una institución pública. Velasco debió tragar grueso porque él si era divorciado, pero no dijo nada. Al final, todo se arregló, pudimos cobrar los fondos retenidos y la institución gubernamental dejó de funcionar por corrupta.
A los seis meses los diarios anunciaron la visita del Fiscal General a Guayaquil, yo le guardaba el recuerdo de su mala actuación en Quito y lo fui a buscar a la gobernación para reclamarle, pues cada gallo canta en su gallinero ¡Desquite no es venganza¡ Ni bien subí al primer piso de la Gobernación me indicaron que el Fiscal General estaba a puerta cerrada prácticamente acribillando a un Juez Civil, que casualmente era mi amigo, así es que rápido abrí la puerta y al verlos juntos le grité a mi amigo ¿Que haces con este viejito? I cuando el Fiscal me miró entre sorprendido y asustado por el portazo. El asunto no era para menos, volví a gritar, esta vez a él “A Ud. le falta quaker… y me salí rápido para impedirle que llame a un Policía y me mande arrestado por insolente. Creo que mi “visita” no duró ni medio minuto y no contento fui a mi oficina y escribí una carta a El Universo donde se relataba el incidente, indicando que el viejito al recibir el denuesto, había tratado de levantarse, pero de las furías no le habían obedecido las piernas ni sus zapatitos embetunados. La noticia salió como Nota de Prensa y causó conmoción e hilaridad. Lo insólito vino al siguiente día cuando el propio Fiscal aclaró que el asunto no había sido tal como se había descrito sin dar más detalles. A todo esto, el Juez mi amigo me llamó a agradecer “el viejito me tenía acorralado y después de tu visita se olvidó para lo que había venido a Guayaquil, casi se desmayó de las furias y tuvimos que brindarle una Coca Cola. El Fiscal General jamás volvió a visitar los juzgados de Guayaquil. Yo gocé de varios meses de popularidad por mi gesto. Debo aclarar que una propaganda muy conocida decía que a las personas débiles les faltaba quaker y que para recuperarse había que beberlo diariamente y por jarras, pero cosa rara, los propietrios de la marca nunca me llamaron a felicitar por mi gratuita publicidad.
EL DIVORCIO NO ES PARA POBRES. Un joven recién casado consultó con un abogado (mi maestro Jorge Zavala Baquerizo) con quien mantenía nexos de amistad por ser muy amigo de su padre, pues deseaba divorciarse por motivo fútiles e intrascendentes y para su sorpresa recibió la repucheta del siglo. Oiga jovencito ¿Quién le ha dicho a Ud. que el divorcio se ha hecho para los pobres? ¿Que no se da cuenta que deberá cambiarse de casa y volver a comprar la cama, la mesa, las sillas, la cocina, la refrigeradora y hasta una bacinilla? Vaya inmediatamente y haga las paces con su mujercita o verá todo lo que le pasa y esto con el tono más amenazante posible, al punto que el interesado salió apresuradamente no sin antes agradecer por el sano consejo y despedirse,
LA LEVA TAJADA. El colega y hermano de un ricacho negó a un presunto heredero su calidad de tal y como aún no se conocía la prueba del ADN la acusación era grave. El abogado del ofendido respondió que existían testigos y documentos que probaban la paternidad; y para concluír manifestó al Juez que su defendido era igualito de cara al tío allí presente. Entonces el aludido sacó una navaja barbera que “casualmente” cargaba y empezó a tirar navajazos al aire, ante lo cual el “ofensor” corrió hacia las escaleras, seguido de cerca por su colega que le continuaba lanzando navajazos. Dos días después Miguelito Roca Osorio me mostró cortada la parte posterior de su leva quejándose amargamente – mira Rodolfo – Cómo me la ha dejado tajada y es casimir inglés Del legitimo, recalcó con gran pena de su parte.
EL ACTUAL COLEGIO DE ABOGADOS. En un conflicto colectivo en el dispensario del Seguro Social de la Calle Chile y Colombia, los internos declararon la huelga, se tomaron el edificio, cerrando sus puertas. Las autoridades provinciales amenazaron con el desalojo y el abogado de los trabajadores Dr. Carlos Feraud Blum decidió acompañar a sus clientes en la actitud de hecho. El Intendente dirigió el desalojo y ocurrió un enfrentamiento que terminó con un escupitajo en el rostro de Carlos, malacrianza sin nombre que fue publicitada por los diarios y motivó avarios profesionales serios, a reunirse en el estudio del Dr. Jorge Zavala Baquerizo reestructuraron el antiguo Colegio de Abogados fundado en 1.947, en receso por entonces e inoperante por varios años.