401. Las Desventuras De Un Joven Judío

Nació en Hamburgo en 1.924. Fueron sus padres  Julio Florsheim Baer,  de familia de campesinos judíos, que iniciado en la bolsa de comercio de Hamburgo hizo fortuna y terminó asociado al Bank Haus Huenken y Lidia Gutzeit Tolk, de Luxemburgo, tuvieron tres hijos y compraron una casa de cuatro pisos y torre. Fue el menor y se crió con muchas comodidades (chofer y aya).

En 1.931 un cliente de su padre le advirtió que pronto se iniciaría la persecución en contra de los judíos. Los Florsheim se instalaron en Luxemburgo. Primero alquilaron en el aristocrático barrio Mont Saint Albert, luego compraron en Nueva Merl. Su padre fundó el Economist Trust Co. aunque fue perdiendo su fortuna por unas malas inversiones en minas de piedras preciosas en el África, que resultó un fraude bien hecho.

El joven Ricardo asistía a una escuela pública. Después se matriculó en el Ateneo Grand Ducal. Al culminar el tercer año estudiaba latín y griego y hablaba correctamente alemán, francés e inglés. Alto, 1,80 metros de estatura, fuerte, atlético, de facciones agradables, rubio, ojos plomizos claros, tenía predisposición para el dibujo, uno de sus abuelos maternos había sido escultor, leía en la biblioteca de Arte de su padre, gustaba de los trabajos de Goya, Van Gogh, Gaugain. El 37 le impresionó el Guernica de Picasso en el pabellón de la República española durante la Exposición Universal de París, el 39 asistió a las clases de pintura del Prof. Rob Libesky y en septiembre comenzó la Segunda Guerra Mundial.

A principios del 40 siguió unos cursos libres de arte en Bruselas mientras se tramitaban las visas a América. Su arte era figurativo y expresionista. Su hermano mayor George ya vivía en los Estados Unidos y poco después le destinarían como soldado al frente de guerra de Guadalcanal en las Filipinas. El 44, por su dominio del alemán pasó a las Ardenas y le tocó combatir en Europa, luego se licenciaría con honores y adoptó la nacionalidad norteamericana.

Los Florsheim, en cambio, salieron de Roterdam a bordo del vapor Vendam con sus vajillas de plata, finas porcelanas, tapices muy valiosos, óleos antiguos y entre ellos tres fauvistas (de colores fuertes) y de buen tamaño, del gran pintor francés Maurice de Vlaminck. Al llegar a Ellis Island, Ricardo fue detenido por problemas con su pasaporte y sus padres y hermano tuvieron que seguir a Chile en la mayor ansiedad.

En la prisión de Ellis Island existían amplían salas comunes donde se daba un excelente tratamiento y buena comida a los judíos inmigrantes con problemas legales y como para desembarcar en territorio americano se requería que hablaran y escribieran correctamente en inglés, algunos llevaban meses detenidos ya que no habían profesores. Florsheim recuerda a un niño franco – canadiense de no más de nueve años que llevaba tres en prisión y a un Rabino reputado sabio talmudista que sólo hablaba y escribía en hebreo, aunque para las autoridades norteamericanas era analfabeto como el niño.

Su hermano George  le fue a visitar y acompañó varias semanas, y a través de la Comunidad Judía y del Ejército de Salvación, a los tres meses abordó el vapor Santa Lucía de la Grace Line Co. y vino a Guayaquil, donde deambuló por los muelles hasta que una jovencita de color se lo llevó a su cuarto y le tuvo otros tres meses, ya se imaginan ustedes cómo, pero una tarde le entregó el pasaje a Valparaíso diciéndole “Vete, no quiero saber más de ti” -¿Te escribo? alcanzó a decirle el joven-. No sé leer, fue la respuesta y rompió a llorar. Así terminó tan curiosa relación.

En Chile le fue relativamente fácil ubicar a los suyos a través de la organización judía de Santiago pues alquilaban un departamento céntrico. Pronto enfermaría su madre de un cáncer lento a los huesos que la llevó a la tumba en 1.946. Su padre, trastornado por la arterioesclerosis finalizaría el 59 presa de una demencia senil. Por ello se comprenderá que los tiempos iniciales fueron muy duros pues casi sin el idioma salió a conseguir empleo, encontrando una plaza de empaquetador de telas. Meses después ascendió a agente vendedor y por las noches entró a estudiar pintura en la Facultad de Bellas Artes, deseando ardientemente expresarse a través de sus cuadros. En 1.944 se cambió a una pequeña agencia de publicidad, donde trabajó avisos y calendarios de fácil venta, hasta el 48.

Los siguientes veinte y dos años casó tres veces, vivió la bohemia de amigos, cigarrillos y tragos, pintó mucho, expuso más y hasta tuvo un agente artístico para sus exposiciones en el exterior, especialmente en Uruguay y Argentina.

En 1.970 casó con la historiadora y musicóloga chilena Isabel Tamayo Hurtado, divorciada con cuatro hijos, alcanzando la estabilidad de un matrimonio pleno en realizaciones, con una hija periodista que trabajó en la televisión y hoy es relacionista pública. Entre el 77 y el 81 tuvo una gran actividad artística. Ese último año decidió visitar Guayaquil y le agradó encontrarse nuevamente en el puerto. 

Impresionado por el costumbrismo casi folklórico de sus habitantes y de ciertos barrios populares, pintó sus ambientes tratando de desentrañar el alma de las personas involucradas en los hechos y hasta las escenas comunes y así surgió una rica y hermosa serie de cuadros pequeños que reflejan el convivir diario de esta ciudad.

El 83 alquiló la planta baja de la casa de la familia Cino en Las Peñas, abrió en los bajos la “Galería Florsheim” y  habitó en los altos con su esposa e hija, durante quince años,  hasta su fallecimiento en 1.998 a causa de un violentísimo infarto.