307. Un Sabio Con Buen Humor

Muy de tarde en tarde sale un personaje genial que deja impresa su huella en la tradición de su pueblo. Tal el caso del Dr. Alfredo Valenzuela Valverde, notabilísimo científico, médico de profesión (1878 — 1946) y bromista por su habitual buen humor.

ENFERMEDAD COMPARTIDA. — En 1944 estaba por terminar su mandato constitucional el presidente Arroyo del Río y concurrió con su esposa al consultorio, pues la primera dama tenía sofocaciones mareos y molestias menores. Luego de examinarla, le diagnosticó: Ud. sufre de la misma enfermedad de su esposo. Ambos tienen los malestares propios del final del periodo. Todos rieron con aguda opinión.

SU AMIGO FLATTA.- Una napolitano de apellido Flatta, ingeniero, glotón y con enorme sobrepeso, le consulta ciertas dolencias estomacal menor. Venezuela le pidió que cuente todo lo que se había comido en las últimas 24 horas y después de oírle que había ingerido un gran banquete pantagruélico de tallarines y otros platillos, le respondió: ”Mi amigo usted debe saber que todos venimos al mundo con un tubo de escape pero usted necesita dos” y lo despachó con cara destemplada.

VISITA DISTINGUIDA. —Una señorita de edad madura, flaquísima, soltera, muy rica y recién llegada de París concurrió alhajadísima y pintadísima a tratarse un ligero desarreglo estética y luego de muchos rodeos y circunloquios, como quien no quiere decir la cosa, soltó que no había desocupado su intestino en siete días y que esto era muy común en ella. Valenzuela le aconsejó un enema de agua de permanganato al dos por cierto, cada dos días, para aflojar el estómago. La dama, horrorizada de la sola idea de aplicarse un remedio tan casero y tan poco elegante, poniendo boquita de frasco, se atrevió a preguntar ¿Y con jeringa, doctooorrr? . Sí señorita luego ella agregó ¿Y como lo pongo, doctooorrr?.Póngaselo por el hueco de atrás.

RECETAS MORTALES.- Estando en el cementerio notó que en cada tumba habían escritas las letras R.I.P. (Iniciales de Réquiem in Pace, que en castellano significa Descansa en Paz) y haciéndose el sorprendido preguntó a varios amigos que con él estaban, si conocían el significado. Algunos se lo dijeron pero él aclaró que todos estaban equivocados que, R.I.P. significaba Recetó Izquieta Pérez, con quien Valenzuela tenía punto tocado en el hospital, así casi inocentemente se desquitó de su colega.

CHINO CON SUERTE.- Estando lleno el consultorio, llegó un chino vestido de blanco y se sentó tranquilamente a esperar. Valenzuela abrió la puerta del despacho y de inmediato lo hizo pasar. Una dama que tenía más de una hora esperando, se sorprendió de la preferencia y protestó, recibiendo la siguiente explicación. “No se disguste, que ya mismo le hago pasar a usted; lo que sucede es que el chinito estal con diarrea y viste pantalón blanco”. Carcajada general, el chino dicen que después no quiso salir de la vergüenza y tuvieron que sacarlo por una puerta del fondo para que no se tope con la clientela que se esperaba ansiosamente ver cómo tenía los pantalones.

RARA ENFERMEDAD.- Uno de sus alumnos le preguntó en clase qué medicina era buena para un dolor de estómago que le subía y le bajaba. Posiblemente sufría de gases. Valenzuela, delante de todos le dio la siguiente explicación: “No te preocupes, sólo es un pedo loco pero como eres un cara de nalga no sabe si debe salir por arriba o por abajo y en esa duda se encuentra”.

REMEDIO GENERAL.- Cansados de las bromas de sus alumnos le consultaron una enfermedad imaginaria para ver qué recetaba, lo esperaron a las puertas del Hospital y el más pintado le lanzó lo siguiente: Doctor, estoy muy mal, de mañana me dan mareos, a veces sí a veces no. Al mediodía dolores de barriga, a veces sí a veces no . A las seis tengo fiebre a veces sí a veces no y a la medianoche me arde el fundillo a veces sí a veces no. Valenzuela comprendió que le querían tomar el pelo y contestó: “Hijo mío estás muy grave, pero no te preocupes que te salvo con una sola receta”. La escribió y se la entregó con una explicación: “Una píldora en las mañanas abres la boca haces como que te la tragas pero no te la tragas. A las doce una oblea blanda en leche te la llevas a la boca haces que te la tomas, pero no te la tomas. Por la tarde un papelito disuelto en una cucharadita de agua tibia abres la boca haces que te lo ingieres pero no lo quieres y a la medianoche un lavado de ácido sulfúrico. El estudiante, para salvarse de tal remedio, le dijo: “Ya sé doctor, me acerco a lavado, hago que me lo pongo pero no me lo pongo”. No hijo: “Te lo pones y luego trotas dos horas por el parque Seminario para ver si te sale o no te sale”.

LAS TRES C.- Preguntando en cierta ocasión cuáles eran las tres enfermedades más peligrosas de la vejez contestó que las tres “C” a saber: corazón caída y cagaditis porque en los años cuarenta y en Guayaquil había muchas disentería sanguinolenta de origen amebiano.

EL VIEJO.- Habiéndose graduado su hijo Alfredo de médico, como de costumbre mucha gente llamaba al teléfono de la casa, preguntando por el Dr. Valenzuela y contestaba su esposa doña María Luisa Barriga ¿Cuál  de los dos?… ¿El joven o el viejo? Para ver si se decidían por su hijo y así se la forma que clientela. Amoscado de trato tan peyorativo, Valenzuela se colocó cerca del teléfono y esperó pacientemente la próxima llamada que no se hizo esperar y al oír ¿Está el Dr. Valenzuela? Rápido contestó ¿Cuál de los dos, el joven o el marido de la vieja? Santo remedio.