230. La Inauguración De La Estatua de Olmedo

El 30 de Octubre de 1.876 el Comité inició sus labores con un mensaje de invitación a los ecuatorianos para que se sumen al homenaje al Dr. José Joaquín de Olmedo. Igualmente editó un elegante folleto con los actos y festejos programados y en la noche del 30 de junio del año siguiente se realizó una artística velada en el Teatro Olmedo para recaudar fondos.

En 1.878 el Concejo inició una suscripción con dos mil pesos para levantar en Guayaquil la estatua de Olmedo, el ilustre Cantor de Bolívar. Presidente del comité fue designado Pedro Carbo Noboa, Vice Presidente  Ignacio Casimiro Roca, y Vocales el Dr. Francisco Campos Coello, Juan Bautista de Elizalde Pareja, Dr. Francisco Xavier Aguirre Jado, Francisco J. Coronel Matheus, Antonio Ycaza Paredes, Tácito Cucalón, Manuel María Suárez y Suárez, Gabriel Murillo Maldonado, Pedro José Noboa Carbo, Juan Francisco lllingworth Ycaza, Martín Ycaza Paredes, José Antonio Gómez  Tama, Manuel Marcos Aguirre y Eduardo Wright Rico que fallecerá al poco tiempo siendo reemplazado por el hijo de Olmedo, llamado José Joaquín de Olmedo Ycaza.

Pedro Carbo era hombre de muchas iniciativas y programó una Exposición Nacional Agrícola e Industrial para el 19 de Marzo de 1.880, fecha conmemorativa del centenario del Nacimiento de Olmedo.

Mientras tanto algunos compatriotas se iban sumando al Comité. Darío Arcos, desde París, envió un elegante óleo de Olmedo, obra de un afamado artista francés en el que aparecía el poeta vestido de frac y de pie, con la mano derecha descansada sobre una elegante mesa de madera, cubierta de libros y manuscritos que representan su prestancia intelectual y la obra literaria realizada. Los diarios comentaron que el pintor se había lucido por que el retrato era “bastante parecido al original” de manera que los concejales lo colocaron en la sala de sesiones del Ayuntamiento.

FESTEJOS DE 1.880

En los días del 18 y 19 de Marzo de 1.880 se izó la bandera nacional en los edificios públicos y casas particulares y por las noches hubo iluminación general. El retrato apareció en el balcón del edificio municipal y diferentes bandas tocaron en las calles llenando de música el ambiente. En la mañana del 19 tres salvas de artillería resonaron en el interior del cementerio y a las 2 de la tarde el Teatro se llenó de damas y caballeros. Las bandas de las guarniciones militares tocaron el Himno Nacional en el escenario; luego subió Pedro Carbo, inauguró la Exposición a nombre del Comité que presidía y se escucharon algunos números musicales que el público aplaudió, pasando a los salones adyacentes donde admiraron las muestras.

LA EXPOSICION NACIONAL

La exposición estaba compuesta de productos agrícolas, obras pictóricas y escultóricas y trabajos de fotografía, impresión y ebanistería procedentes de todas las provincias de la Patria. Los hermanos cristianos de La Salle, las monjas del Colegio de Los Sagrados Corazones de Guayaquil y numerosas señoritas de la localidad, así como alumnos de la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso y de la Sociedad Filantrópica del Guayas, contribuyeron con trabajos relativos a la educación.

La fábrica de hielo exhibió tubos de hielo artificial que causaron asombro. Igualmente y por vez primera, los guayaquileños contemplaron un teléfono, aparato raro y peregrino que reproduce la voz humana a grandes distancias y con enorme velocidad. Otra maravilla exhibida fue un quirógrafo, capaz de copiar en seco y reproducir de cincuenta a cien veces la misma copia. ¡Qué portentos!

Entre los objetos particulares del prócer Olmedo se exhibe un cuadro con su fe de bautizo; la mesa de escribir, papelera de plata y sillón de raso, así como el mango de marfil de su pluma, los lentes que usó en su vejez, varios manuscritos, un ejemplar de la primera edición del Canto a Bolívar y las condecoraciones que recibiera de los gobiernos del Perú y Colombia.

El Municipio adquirió un hermoso medallón de mármol blanco con el busto de Olmedo enviado por el escultor cuencano José Miguel Vélez; este medallón descansa sobre una columna de madera y estuvo hasta 1.908 en la sala de sesiones, pasando ese año al Museo Municipal donde aún permanece y puede ser admirado.

Clemente Luque Plata obsequió ciento cincuenta pesos para la estatua y el joyero Daniel Rodríguez, de Ambato, una mistelerita de plata, para que se rife entre los concurrentes. El día de la clausura se disciernen y entregan los premios a los triunfadores y Pedro Carbo recuerda que esta ha sido la segunda Exposición Nacional, ya que la primera la realizó en 1.863 bajo los auspicios de la Municipalidad, que entonces presidía.                       

Varios escritores enviaron sus composiciones, sobresaliendo las de Manuel Gallegos Naranjo, Rita Lecumberri Robles, Dolores Sucre Lavayen, Carmen Pérez de Rodríguez – Coello, Carolina Febres Cordero y Lorenzo Rufo Peña León. También se han recibido algunas de Ibarra y Ambato, que igualmente se leen en la Exposición, dando el toque cultural, necesario en esta clase de eventos.

LA LIRA DE ORO Y PLATA

El objeto que mayor impresión causa por su extraordinaria belleza es una artística Lira, confeccionada con oro y plata por el joyero José Antonio Rodríguez, que la obsequia al Comité para que recaude fondos; sin embargo, a pedido de Pedro Carbo, la regalan a José Joaquín de Olmedo, hijo del poeta, como significativo recuerdo del día en que la ciudad conmemoró el Centenario del nacimiento de su ilustre padre.

El Sr. Olmedo la recibe y arregla con una fotografía de su padre y otra de Carbo y las coloca en la parte superior, así como la de los demás miembros del Comité, que van a los lados y la entrega al Municipio para su custodia y conservación. Esta Lira aún existe en el Museo Municipal, en la bóveda de seguridad ubicada en una sala cerrada del palacio, dentro de un artístico estuche medio desecho por el paso de los años, cuyo interior esta forrado de raso.

El Dr. Ramón Flores Ontaneda, químico y propietario del único taller de fotograbados de la ciudad, le tomó una interesante placa, publicada con otra del monumento, en el folleto que en 1.893 editó el Comité, con motivo de la inauguración y se reproduce en la obra “El Ecuador en Chicago”.

LA PLACA DE BRONCE

Mas, a pesar de los beneficios de las localidades de la función teatral, de las donaciones particulares y rifas de varios objetos, a cuatro años de su fundación, el Comité pro Monumento a Olmedo se veía escaso de fondos y no había logrado reunir la cantida de dinero necesaria para pagar la cuota inicial de la estatua y del pedestal y es por esta razón que al asumir Pedro Carbo la Jefatura Suprema del Guayas en 1.883, con motivo del triunfo de la revolución contra Veintemilla, dispuso que el tesoro público entregue cinco mil pesos al Comité y con esto ya pudieron enviar la orden de construcción a Europa, utilizando los servicios de Clemente Ballén y Millán, Cónsul de Ecuador en París, que autorizado por el Comité contrató una estatua de bronce y dos grupos alegóricos igualmente en bronce, con el artista R. Falguiéres y el pedestal de granito con inscripciones con el Arquitecto G. Chedanne, suministrándoles los detalles necesarios.

Tres años después y en vista de que las obras estaban muy avanzadas y no había dinero para cubrir los pagos finales, el Comité suplicó al Congreso Nacional una ayuda de seis mil pesos, que recibió en dos cuotas de tres mil cada una. Con esto se canceló el valor de la estatua y del pedestal y ambas obras, debidamente encajonadas, salieron del puerto de El Havre con destino a Guayaquil, a donde llegaron meses después.

LA CALLE ZARAGURO Y EL BARRIO DEL ASTILLERO

Por aquellos días la actual Avenida Olmedo se llamaba Calle de Zaraguro, tenía un ancho no mayor de doce metros y acababa de ser rellenada con basura. Muchos años atrás había constituido el célebre estero de San Carlos, llamado así en honor al Rey Carlos III de España, que avanzaba hasta la hoy calle Francisco García Avilés. Hacia 1.785 y en los terrenos adyacentes a los que ahora ocupa el club de la Unión se había construido el Fortín de San Carlos por orden del Gobernador Ramón García de León y Pizarro, para la defensa de Guayaquil. Este sector era, en consecuencia, antiguo e histórico y pareció el mejor, como sitio para levantar la estatua de Olmedo.

Al saber la noticia los vecinos del Astillero y especialmente los de la calle Zaraguro colectaron siete mil pesos para terminar el relleno del sector y embellecerlo con árboles y faroles. Gabriel Murillo, Francisco J. Coronel y Manuel María Suárez dirigieron los trabajos y al final se calculó el costo total de las obras, incluyendo estatua y pedestal, en treinta y siete mil pesos.

DESFILE DE INAUGURACION

El 8 de Octubre de 1.892, a las cuatro de la tarde, el barco de guerra Cotopaxi disparó un sonoro cañonazo anunciando que se habían iniciado los festejos octubrinos y como número cumbre, la inauguración de la estatua de Olmedo. Por la noche la ciudad apareció iluminada y fantástica, oyéndose dianas marciales tocadas por las bandas militares que la recorren.

El 9 de Octubre el cielo amaneció claro y despejado. A las seis de la mañana se escuchan veintiun cañonazos y durante el día hubo misas, repiques de campanas, ferias al aire libre y retretas en los parques. A las dos de la tarde se reunieron las autoridades en el Municipio y comenzó el desfile por el Malecón, hasta la calle Bolívar, de allá a Pichincha, siguiendo recto hasta Arzobispo (hoy calle Mejía donde torcieron a Zaraguro (hoy Avenida Olmedo) hasta el sitio en que se han levantado dos artísticas tribunas decoradas con flores. Una para las autoridades civiles, militares y eclesiásticas y miembros del Comité y otra para las damas asistentes, engalanadas con un enorme letrero que dice: Olmedo.

El desfile está encabezado por veinte sargentos de la Compañía Olmedo del Benemérito Cuerpo de Bomberos, vestidos de gran parada; la banda de música del Batallón No. 1 de Línea; diecisiete estandartes del Cuerpo de Bomberos y el resto de sus miembros que suman dos mil, entre hacheros, escaleros, rasos y oficiales; luego avanzan los colegios con gallardetes y banderas y tres carros alegóricos con niños de uno y otro sexo que simbolizan la poesía, el comercio y la república; enseguida las colonias peruana y china portando coronas de flores para el monumento y la sociedad de Beneficencia Italiana con su presidente doctor Miguel Campodónico; las Sociedades de Artesanos Amantes del Progreso,  La Filantrópica del Guayas. la Liberal Democrática (Olmedo fue liberal) Comité Universitario Colón (formado para conmemorar tres días después el IV Centenario del descubrimiento de América) los oficiales del ejército y la armada; funcionarios y empleados de la administración pública, cuerpo consular acreditado en el puerto; miembros del Comité pro monumento a Olmedo encabezados por Ignacio Casimiro Roca Molestina, su Vicepresidente, porque Pedro Carbo, con casi ochenta años de edad ya no estaba para desfiles, el Gobernador del Guayas doctor Plácido Caamaño y oficiales de los Batallones No. 2 de línea y de la Artillería Sucre.

DISCURSOS Y DESCUBRIMIENTO DE LA ESTATUA

En la calle Zaraguro esperan Pedro Carbo, Presidente del Comité, trasladado a ese lugar en coche y los vocales Tácito Cucalón y Manuel Marcos Aguirre que por más viejitos que los demás prefirieron ahorrar fuerzas y permanecían cómodamente sentados a la sombra de una tribuna. Igualmente hacen guardia numerosos sacerdotes y miembros de las comunidades franciscanas, dominicana, agustina, mercedaria y jesuita, así como los Canónigos del Coro Catedralicio y el hijo de Olmedo, acompañado de su cónyuge Dolores de Ycaza Paredes, con numerosos parientes, descendientes de Magdalena Olmedo y Maruri, hermana muy querida del poeta, que casó con Francisco Xavier de Paredes Iglesias y tuvo muchos hijos representados por la familia Ycaza.

A las 4 de la tarde comenzó a llegar el desfile y numeroso público asiste al acto. Primero recita el joven Alfonso Yerovi Matheus, después lee un discurso Jesús María González, el doctor Manuel Campodónico a nombre de la Sociedad de Beneficencia Italiana; Juan Bautista de Elizalde Pareja, Director del Periódico La Nación lo hace a nombre de la prensa; el doctor Manuel Nicolás Arízaga Machuca por el Tribunal de Cuentas, y el doctor Plácido Caamaño, Gobernador del Guayas; para finalizar con una sentida alocución de Pedro Carbo, que a nombre del Comité descubrió la estatua y la entregó a la ciudad en momentos en que se oían dianas y cañonazos y con este trascendental acto Carbo cerró el ciclo de su vida, porque morirá  el 24 de Diciembre de 1.894, cargado de honores y virtudes y es fama que durante su sepelio se formó el Comité de su estatua.

SE DISTRIBUYEN MEDALLAS DE BRONCE

Durante la ceremonia el Comité repartió entre las autoridades y parientes la medalla conmemorativa al acto, que tiene grabado en su interior una hermosa leyenda en alto relieve.

EL CONCEJO CAMBIA EL NOMBRE DE LA CALLE

El Ayuntamiento guayaquileño en sesión el 1 de Mayo de 1.893, presidido por el doctor Fernando García Drouet, dispone que la calle Zaraguro se denomine Avenida Olmedo y dona una pila de agua potable para consumo del sector, encargando su instalación a los ingenieros Millet y Coiret.