Olmedo escribió la letra de la Canción al 9 de Octubre de 1820 a fines de diciembre de ese año y consta de una Introducción, el Coro y cuatro estrofas.
INTRODUCCION
Veis esa luz amable
que raya en el oriente
cada vez más luciente
en gracia celestial.
Esa es la aurora plácida
que anuncia libertad!
Esa es la aurora plácida
que anuncia libertad!
CORO
Saludemos gozosos
en armoniosos cánticos
esta aurora gloriosa
que anuncia Libertad.
¡Libertad, Libertad!
Se dice que el poeta también se inspiró esa madrugada para crear la bandera celeste y blanco de Guayaquil; sin embargo, esta afirmación no tiene sustento pues es bien conocido que en la mañana del 9 de Octubre la Goleta Alcance viajó al Perú con la nueva bandera de Guayaquil Independiente, para dar aviso al Libertador San Martín de la grata nueva.
En la historia del Ecuador del padre José Legouir Raud se indica que fue Ana Garaycoa Llaguno, esposa del prócer Villamil, la que confeccionó la bandera celeste y blanca que arrojó al pueblo en horas de la mañana, del 9 de Octubre de 1820, cuando este pasó por los bajos de su casa en el malecón y Elizalde en ruidosa manifestación rumbo al cabildo, para declarar la Independencia.
TRAYECTORIA DE ESTA CANCION
Solamente desde 1894 se difundió y popularizó gracias a la música compuesta por la prestigiosa maestra de piano Ana Villamil Ycaza. Ignoramos si la mencionada profesora de piano la compuso a petición del Cabildo o por propia iniciativa; lo cierto es que en 1916, fecha de su muerte, dejó el Himno completo y el 8 de julio de 1918 el municipio guayaquileño acordó por unanimidad declarar a la música y a la letra “Himno Oficial del 9 de Octubre”; presidía el Concejo Enrique Baquerizo Moreno y actuó de Secretario el doctor Carlos Arroyo del Río.
En consecuencia esta Canción es de uso obligatorio en las solemnidades del Concejo y también su enseñanza en escuelas y colegios de la ciudad, pues constituye el “Himno Oficial” de Guayaquil y gusta porque es bonito y sencillo y lo hemos oído desde pequeños.
OTRO HIMNO A OCTUBRE
Hay un segundo Himno o Canción al 9 de Octubre de 1820 escrito por Olmedo y publicado en una hoja suelta en la imprenta guayaquileña “La Nación” de propiedad de Fidel Montoya. El Padre Espinosa Pólit, revisando los manuscritos de Olmedo, encontró dos borradores. Uno fechado el 29 de Septiembre de 1840. Este Himno tiene un Coro y cinco estrofas.
CORO
Ven oh Plácida aurora
Del Octubre glorioso.
Ven dulce precursora
de luz y libertad,
ven anunciando al Ecuador dichoso
triunfo en la guerra y en la paz reposo!
PRIMEROS HIMNOS NACIONALES
Más o menos de la misma época es un “Himno Nacional” también compuesto por Olmedo a solicitud de José Fernández – Salvador, colaborador del General Juan José Flores en su primera administración (1830-35) Flores fue un ferviente admirador del estro poético de Olmedo, quien a su vez lo inmortalizó en la “Oda a Miñarica”. Sin embargo, este himno, debió archivarse porque habiéndose convocado un concurso para que se elabore la música, nadie presentó composiciones de valor.
El himno consta de un Coro y cuatro estrofas:
CORO
Saludemos la aurora del día
para Quito la gloria inmortal,
en que osado Pichincha el primero
proclamó Libertad, Libertad!
1ra. ESTROFA
El Pichincha indignado del yugo
lo sacude de su noble frente;
Dio un bramido y se vio de repente
El rugido del León acallar
Infundióle el pavor nueva saña
y se lanza feroz y violento
¡Santo Dios! destrozado y sangriento
De la Patria se mira el altar.
HIMNO DEL GENERAL FLORES
Durante el gobierno de Rocafuerte en 1839, Flores compuso una “Canción Nacional” mientras permanecía dedicado a las labores agrícolas en la hacienda “La Elvira” ubicada en las frente a Babahoyo. El periódico guayaquileño “El Ecuatoriano del Guayas” durante los meses de enero y febrero de ese año lo publicó y aunque no es del todo malo por venir de un militar de profesión y solamente poeta a ratos, no alcanzó la altura del otro de Olmedo. Con todo, goza de cierta popularidad y se compone de un Coro y cinco estrofas, repitiéndose el Coro después de cada una de ellas.Fragmento.
CORO
Ceñidos de laureles
Hagamos resonar
Independencia;
Y en la guerra y en la paz
Independencia o Muerte.
¡Oh Muerte!
¡Oh Libertad!
1ra. ESTROFA
Cuatro lustros de sangre y horrores
con la muerte nos vieron luchar
por ser libres con ínclita gloria
y con gloria vivir y expirar
Ni promesas ni acervos suplicios
No pudieron el pecho ablandar;
Guerra, guerra, fue el hórrido grito
que en los pueblos se oyó resonar.
Tanto esta canción de Flores como la anterior de Olmedo se cantaban en Quito durante los festejos conmemorativos de los aniversarios de la revolución del 10 de Agosto de 1809.
PARENTESIS REVOLUCIONARIO
(DOS CANCIONES GUERRERAS)
José Antonio Campos anota que junto a estas marciales canciones del 9 de Octubre y de la República, aparecen dos más de tipo revolucionario. Una con posterioridad a la independencia de Guayaquil en 1820 alienta a los voluntarios en su marcha en noviembre de ese año; y otra que sorpresivamente hizo tocar el domingo 23 de febrero de 1845 el profesor Antonio Neumane, avecindado en Guayaquil y Director de la Banda de Música del Batallón No. 1 de Línea de la ciudad, durante una de las retretas que acostumbraba brindar al pueblo guayaquileño.
HIMNO GUAYAQUILEÑO DE 1820
Contiene un Coro y cuatro estrofas. Se copia el Coro y una de ellas.
CORO
El combate y la muerte
Como en la guerra y la paz
Siempre será nuestro norte
Dios, La Patria y Libertad.
1ra. ESTROFA
El amor a la Patria nos llama
De la América el bien y salud;
Socorrerla es deber y virtud:
¿Qué traidor no la quiere auxiliar?
Al cobarde le cubre el oprobio
y la pena, el terror y el despecho:
Mil puñales inciden su pecho;
Y la bala le haga expirar.
CANCION REVOLUCIONARIA DEL 6 DE MARZO
Contiene un Coro y cinco estrofas.
CORO
Guayaquil: la señal ha sonado
el acero opresor quebrantad
aclamando con grito sagrado
Libertad, Libertad, Libertad.
1ra. ESTROFA
Un puñado de viles intenta
La coyunda en tu cuello fijar
sin preveer que aunque sois tan sufridos
Mil tiranos podéis derrocar.
Considerando que esta canción se estrenó trece días antes de la revolución y que las demás estrofas son igualmente bravas vale la pena imaginar que el profesor Neumane andaba metido en la política nacional o fue sorprendido por algún revoltoso que le proporcionaría letra y música, para que la estrenara en la retreta. De cualquier forma la canción pegó en el pueblo y alentó a los sublevados contra Flores y Otamendi en los combates de la Elvira.
HIMNO NACIONAL
En 1860 Flores volvió al país después de un largo destierro y fue designado General en Jefe del Ejército. García Moreno fue electo Presidente de la República.
Con este motivo se volvió a tratar el problema del Himno Nacional; Flores habló con el presidente y éste comisionó a Juan León Mera para que a base de los Himnos compuestos por Olmedo estructurara el definitivo, con música del profesor argentino Juan José Allende, notable violinista que residía en Quito.
Mera y Allende trabajaron al mismo tiempo y ambas creaciones se ejecutaron en Guayaquil los días 10 de Agosto y 5 de Septiembre de 1867 en el Teatro Principal y la banda del Batallón de Artillería también lo tocó con mediano éxito según indica el periódico “Los Andes”; sin embargo, el General Secundino Darquea creyó que aún no estaba del todo bueno y llamó a su despacho al Maestro Asencio Pauta, Director de la Banda del referido batallón de Artillería, para que la mejore, recibiendo como respuesta que no se atrevía a tanto y que mejor encargue tan delicado asunto al Maestro Neumane, director de la Banda del Batallón No. 2 que tenía más años y experiencia.
Así se hizo y el 25 de octubre de 1869 Neumane culminó su labor y trasladó la letra de Mera al pentagrama con los resultados que todos conocemos, ¡Había nacido el Himno Nacional del Ecuador! Y dicen viejas crónicas que este trabajo lo realizó en una sola noche y en su casa de Las Peñas destruida en 1896 durante el Incendio Grande. Sobre dicho solar se levantó otra nueva, de madera igualmente, que hoy ostenta una Placa de Bronce- alusiva al Himno, en su fachada.
CRITICA A LA ADAPTACION DE MERA
Desde hace muchos años diversos autores han criticado a Juan León Mera por la letra de nuestro Himno. Unos opinan que es vejatoria para la Madre Patria porque hay pasajes en que se ataca a España rememorando sangrientas gestas de la emancipación. Víctor Manuel Rendón y Alfredo Flores y Caamaño promovieron a principios del presente siglo una campaña en tal sentido y obtuvieron del Congreso Nacional el acuerdo de que solo se toque y cante el Coro y la Primera Estrofa del Himno en los actos públicos.
Alfonso XIII envió a Rendón y a Flores sus más sinceros agradecimientos a nombre de España, por tan señalado acto de confraternidad hispanoamericana. Posteriormente se declaró intangible la letra de la canción Patria, impidiéndose con esta medida que en el futuro se trate de alterarla.
Otra crítica formulada a Mera es que su adaptación carece de originalidad y hasta puede ser calificada de flagrante plagio a varios Himnos de Olmedo y ¡Oh sorpresa! hasta del compuesto por el General Flores que, con ser mediocre desde el punto de vista literario, no debió ser imitado. ¿Cómo es posible, se preguntarán los lectores, que Mera plagiara a Flores, siendo el primero poeta y literato de fuste y el segundo militar? Todo es posible, veamos algunas copias a Olmedo:
Mera: Indignados tus hijos del yugo.
Olmedo: El Pichincha indignado del yugo.
II
Mera: Y al león destrozado se oía de impotencia y despecho rugir.
Olmedo: Dio un bramido y se vio de repente el rugido del león acallar
Ahora a Flores:
I
Mera: Cedió al fin la fiereza española
Flores: Cedió el grito, encerróse en el pecho
Tómese en cuenta que en los tres himnos de Olmedo, Flores y Mera se conserva una misma tónica; pues, la cadencia de los versos es igual, de allí que es fácil pensar que Juan León Mera jamás tuvo en mente crear un nuevo Himno, sino adaptar las anteriores letras a los nuevos estilos y circunstancia de estar otra vez España en guerra con estas naciones, motivo que explica el sentimiento anti hispanista que campea en nuestra canción nacional.