Distinguido escritor nacional que bajó a la tumba en 1.900 sin que hubieran sido suficientes para salvarlo ni los esfuerzos de la ciencia médica ni los cuidados de su familia. De vuelta de Europa a donde lo llevó una Misión Diplomática de alta importancia, se agravó de la enfermedad que sufría, la que cortó su carrera en el periodo mas brillante de su vida. Su palabra persuadía, electrizaba, por la precisión, claridad y acertadas observaciones, brillantes de imágenes y pensamientos conque exponía, desarrollaba y dilucidaba la filosofía de sus doctrinas. Su figura y la forma conque defendía los principios liberales arrancaba aplausos de sus mismos adversarios.
“La Nación, redactada, por entonces, por el ilustrado y hábil José María Urbina Jado, de tan grata memoria, por su talento singular y su porte y procedimientos caballescos, entró, de hecho, a las filas de la oposición. Sus editoriales. de corte severo, sobrio y contundente, merecían atención y se les consideraba como de gran influencia política. Y sucedió que el 17 de Abril 1895 fue puesto en prisión Dn. José María Urbina, con cuyo motivo, el diario que él redactaba publicó un corto, poco enérgico, editorial. “El Sr. Urbina se encuentra detenido en la Incidencia, igualmente que otros caballeros, que, como él, han sido reducidos a prisión. La Nación sólo apareció entonces hasta el 24 de ese mes, en que fue suspendida su publicación. El día 6, reapareció La Nación, expresando su alborozo y declarando que, “fiel a su programa”, tornaba “al glorioso campo donde combatía el partido liberal y esperaba el triunfo de sus ideas”. En efecto, el 22 de Abril de 1.895, apareció el número 2.079 de Diario de Avisos y en él se daba cuenta del destierro de los Sres. Dn. José María Urvina Jado, En redactor de la Nación.