TORRE Y BERNA: Manuel de la


El 5 de agosto de 1.655 obligó a los dueños de huertas a que le vendieran solamente a él todo el cacao, comprándolo todavía en mazorca, a un precio muy exiguo, el cual pagaba en ropas de Castilla, tásandolas en valores excesivos. Estas ropas la hacían entrar en Guayaquil, sin satisfacer derecho alguno de almojarifazgo: tomaba las embarcaciones de los particulares, sin pagar fletes y las hacía servir para sus negocios; a los que no le querían vender el cacao, les negaba por medio de los tenientes, los indios que necesitaban para ocuparlos como peones en la labranza de las huertas.