TEJEIRA; Pedro de


Pone en marcha esta serie de escritos sobre la aventura de los Legos franciscanos Brieva y Toledo, en 1637. A ese pintoresco viaje siguió el del capitán Pedro de Tejeira, que mereció las dos primeras crónicas, entre 1639 y 1641, las de los jesuitas Cristóbal de Acuña y Alonso de Rojas.
En 1637, ocho fugitivos de alzamientos de indios del Napo 6 soldados y los Legos franciscanos domingo de Brieva y Andrés de Toledo, se metieron en una Canoa y se fueron, aguas abajo por el Napo, hasta el Marañón y siguieron hasta el gran Para. El gobernador Noroña, movido por lo que los dos hermanos contaban de su viaje, montó una gran expedición que recorriese el camino a la inversa,y la puso a órdenes del capitán Pedro de Tejeira. Tras muchas peripecias, llegó Tejeira hasta Quito y presentó informe. transmitido este a Lima, El virrey mandó que Pedro de Tejeira volviese a recorrer el gran río, haciendo su caballo cubrimiento y llevando a dos personas de letras que pudiesen informar adecuadamente de lo obrado y visto.El fiscal del Rey propuso a la audiencia que se nombrase esos dos letrados en personas de jesuitas, y así tenemos ya en viaje por el Amazonas a los padres Cristóbal de Acuña y Andrés de Artieda, El P. Acuña aprovechó avaramente ese viaje de 10 meses; 16 de febrero de 1639 al 12 de diciembre del mismo año, para averiguar, observar, describir, demarcar y anotar. “ Con cuidado averigüe y con toda puntualidad recopile”. De allí se originó su nuevo descubrimiento del gran río del Amazonas, que vio la luz en Madrid, en la imprenta del Reino en 1641.