En 1586 viene de España don Alonso Solano, mozo tan pobre de dineros como esperanzado en mejorar de situación. La adversidad pónele a prueba en América, pues debiendo ir al Cuzco, ciudad en la que reside su tío don Hernando Solano, llega a saber que éste ha muerto, que por tanto es innecesario su viaje allá y que, en consecuencia, se encuentra en soledad y desamparo. Pronto contrae matrimonio con Doña Lucrecia de Contreras, hija de Don Miguel de Contreras como nieta de Don Pedro Cajas de Ayala, hace recuento de los méritos de estos conquistadores, pone elocuente sinceridad en exponer lo precario de estado, y alcanza del bondadoso Virrey Don García Hurtado de Mendoza que en Cédula Real de 30 de Marzo de 1590 se le haga merced del cargo de Tesorero de la muy noble y muy leal ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca.
Al año siguiente, Don Alonso Solano es ya propietario de cuarenta y cinco cuadras de terreno en El Tablón de Machángara. Poco a poco va prosperando: en 1606 es ya uno de los Regidores del Ayuntamiento cuencano y en 1617 alcanza la alta dignidad de Alcalde Ordinario de la ciudad.