SEPULVEDA: Gumercindo


Combate de Terraco-Dice Alfaro, en 1.884, eu campaña contra Caamaño.-
El combate inició poco antes de las once de la mañana y duró dos horas. Los combatientes del Pichincha se portaron al cual mejor, y si hago mención especial de Marín y Sepúlveda, de Vargas y Castellá es por la circunstancia de que fueron constantemente el blanco de la rifleria enemiga, fuego que soportaron con serenidad y entusiasmo. Gracias al número reducido de los tripulantes del Pichincha solamente tuvimos el bravo Trejos ligeramente herido. Sepúlveda (chileno). Al fin cayó en poder de los fariseos el valeroso Gumercindo Sepúlveda: la herida que recibió en Portoviejo le había producido una fiebre que le postró en cama, en el pueblo de Canoa, y allí le prendieron y se lo condujo a Bahía. Flores ordenó que fuese fusilado, y el jefe que recibió el papelito de muerte, a fin de salvar su responsabilidad, reunió un simulacro de Consejo de Guerra: la víctima nombró como defensor al señor don Ignacio Palau, pero el consejo rechazó esa tramitación y el inválido Sepúlveda fué condenado a último suplicio, estando herido, enfermo y habiendo caído prisionero cuando la guerra había terminado. Murió increpando a sus verdugos la crueldad de su proceder y vivando a la causa liberal. Sepúlveda fué víctima de una innoble venganza: él me había referido la manera como Caamaño lo había engañado y burlado, y por lo términos como le enrostra su ruin proceder, me repetía, a bordo del Pichincha, que estaba seguro que don Plácido le harás matar en el acto, si tuviere la desgracia de ser su prisionero.