Su cuna fue también la ciudad de Ibarra, la cual nunca pudo olvidarse; pues a pesar de que sus múltiples ocupaciones de abogado exigían una cantantes presencia en Quito, ciudad en donde ejerció su profesión, muy frecuentemente se le veía recorrer las calles tranquilas y apacibles de ciudad natal. Compuso tanto en prosa como en verso con igual facilidad, pudiendo ser ubicado entre los seguidores de la Escuela clásica. Católico fervoroso, sus poesías, en gran parte, están dedicadas a cantar las glorias de María y de Cristo Rey. Entusiasta admirador de todas las Congregaciones Religiosas, distinguió con especial cariño a los hijos de Don Bosco, pudiendo considerarlo como su salesiano laico.. Enemigo acérrimo de Alfaro, admiraba, en cambio, con delirio a García Moreno. Victima de una larga enfermedad, sus últimos días los pasó en Ibarra, ciudad donde muri6 en 1.953 .
