Rumiñahui

Retirose Rumiñahui a las altísimas y escarpadas rocas de un monte nevado, pocas leguas distantes de la capital, que por él se llamó después, y se llama todavía el monte RUMIÑAHUI. En sus altas oquedades y senos vivió algún tiempo, sin haberse sabido jamás si murió allí oprimido de los trabajos, o acaso se mudó a otra parte. Cevallos sigue a Velasco en parte y en otra agrega algo más de su propia cosecha, especialmente el odio y los calificativos de menosprecio, y dice: Fue a sepultarse obscuro en las escarpadas rocas de la montaña que desde entonces lleva su nombre sin que se haya sabido nunca si murió entre esas breñas o fue a ocultar sus crímenes y verguenzas en tierras más distantes. Con estos datos, (injusto y apasionado el último) nuestro pueblo ha completado la fábula de muerte del Indio heroico, diciendo que se arrojó, junto con los tesoros, a los abismos de un volcán y desde entonces ese monte lleva el nombre de Rumiñahui, elevación localizada entre las Provincias de Pichincha y Cotopaxi.

Lo evidente es que Ruiñahui fue capturado por los españoles en los primeros meses de 1535 y trasladado a la ciudad de Quito recién fundada por los mismos conquistadores blancos, sobre las cenizas de la capital del Reino de Quito. El mismo año fue ajusticiado, juntamente con otros Generales indígenas, según parece, en la placeta de la fundación de Quito, ya que en la Plaza Mayor, llamada hoy Plaza de la Independencia, se la trazó después (V. Quitense Luciano Andrade Marín).