Ruiz Bernal Antonio.

El Presbítero Doctor Antonio Ruiz Bernal, el primero en la nómina de los integrantes de la Junta Médica para el estudio de la posible invasión del cólera y manera de evitarla, fue un clérigo español venido al Ecuador en 1830, que solicitó y consiguió del prefecto de Policía de Quito el permiso para ejercer la cirugía. La Facultad reclamó al Prefecto que ella era la única legalmente autorizada para conceder el permiso. Conflicto de autoridades: la Facultad exigió la presentación de su título a Ruiz Bernal, amenazándolo de “perseguirlo como intruso y charlatán con todo el rigor prevenido por las leyes”, pero el clérigo español tenía algo más efectivo que títulos: tenía amistades y valimentos; no pudo sino presentar sus certificados de haber seguido cursos regulares de filosofía y latinidad, por lo que la Facultad quizo extenderle un título de CIRUJANO ROMANCISTA, que Ruiz rechazó como ofensivo, recurriendo al omnipotente Flores, que le concedió permiso para curar. La Facultad volvió a intervenir y Ruiz Bernal bien aconsejado por quienes conocían nuestra administración, consiguió unos certificados de los cirujanos guayaquileños Arcia, Bravo y Zapatal y del boticario quiteño Pedro Sánz, que decían “haber visto” que el sacerdote español conservaba sus títulos concedidos por el Protomédico de Lima, Doctor Víctor Manuel Tafur, al que se dirigió el gobierno. Habiendo recibido de Lima respuesta favorable, la Facultad tuvo que allanarse, siendo así como consiguió Ruiz Bernal con amigos e influencias, el título y el permiso de curar, y a los tres años de probatorias, alegatos y papeleo, ya le vemos de Doctor Antonio Ruiz Bernal, médico titulado, ocupando el primer puesto en la Junta de Sanidad. En este caso, la Facultad hizo lo que pudo y el gobierno lo que quizo.