Ruiz Bernal Antonio Presbítero.

En 1824 se procedió entonces a designar director de la vacuna al presbítero doctor Antonio Ruiz Bernal y vacunador a Molina, asignándole a éste un sueldo de 30 pesos mensuales a cargo del municipio. El intendente si se permitía excitar al cabildo sobre otras cosas. Por intervención de él se dedicó oficiar al “director expensado” de la vacuna para recordarle que era responsable si se perdía, lo que parecía inminente. El presbítero Ruiz prefirió renunciar (julio 1824) antes de aceptar una responsabilidad tan grave. Se reincide con el presbítero cirujano Ruiz Bernal, pero este renuncia nuevamente en enero de 1825, esta vez con su ayudante Juan de Dios Molina.