Rodríguez Coello Manuel.

Guayaquil.- A las once y media de la noche del 23 de Diciembre de 1830. Cuando se logró controlar el fuego, a las cinco de la mañana, habían desaparecido en humo y cenizas, cinco manzanas con 90 casas; entre éstas, aparte de la de Lagomarcino, la de don Manuel Rodríguez Coello, “sin disputa la mejor que se ha visto en Guayaquil” con dos patios perfectamente claustrados, sin entresuelo ninguno, y con toda la elegancia de que era capáz el país.