Rodríguez Coello Jiménez.

Entre los deudores del banco se encontraba don Juan Rodríguez Coello, quien en 1830 tenía la casa más elegante de Guayaquil. El incendio del 23 de diciembre de ese año consumió totalmente la casa, que no estaba asegurada.

Sería quizás de aquí que arrancaría su decadencia. En todo caso, antes de agosto del 67 fue declarado en quiebra. Debía al Banco Particular la respetable suma de 61.345 pesos. En abril de 1868 se comentaba que las quiebras eran algo frecuentes; se decía inclusive que el pasivo de las ya conocidas superaban al millón de pesos, estimándose las pérdidas en el 60% de esa cifra.