Rivadeneira Juan José

Apenas llegó la noticia de la derrota y prisión del Presidente, se habló de un levantamiento del pueblo, en favor de D. Manuel Gómez de la Torre, personaje ilustre, desde el Gobierno de Roca; pero luego se supo de la libertad del prisionero, la indignación hubo de encerrarse en sótanos, donde empezaron a afilarse puñales. En Tulacán, en el mismo campo de Batalla, fue en donde se fraguó una conspiración, que, por desgracia, no tuvo ningún resultado. D. Rafael Arellano, patriota nacido en aquel lugar, quien murió de General de la República, fue uno de los pocos a quienes impresionaron las causas, y más todavía, los efectos de aquel descalabro ignomisioso. Consumado el revés, comprometió a su pariente, el Comandante Vicente Fierro, quien, al servicio de García Moreno, había dado pretexto a la guerra. Cambióse este ciudadano, porque llegó a ver de lleno la justicia. En su ancianidad cambió otra vez, por conveniencias, ayudó a los dependientes del tirano, éstos le exaltaron al grado de General. De acuerdo Arellano y Fierro, trasladáronse a la hacienda de Peguchi, donde residía D. Juan José Rivadeneira, otro de los ciudadanos de su posición. Entre los tres acordaron matar a García Moreno; pero el proyecto no siguió adelante, porque los tres se hallaban solos. (Dbre. 1863).