PAZ PALADINES CLOTARIO

POLÍTICO.- Nació en Cariamanga, Provincia de Loja, el 5 de Mayo de 1885. Hijo legítimo del Coronel Eliseo Paz Vega, lojano, guerrillero Restaurador de 1883, compañero de Vargas Torres el 87 en la invasión a Loja. Comandante en Jefe de las Fuerzas reivindicadoras del Sur el 95, asesinado al año siguiente en el pueblo de Suyo (Perú) durante la Feria del 20 de Enero cuya biografía puede verse en este Diccionario y de Eloísa Paladines Ochoa, natural de Santa Rosa en El Oro. 

En 1891 entró a la Escuela de los Hermanos Cristianos de Loja. Huérfano el 96, estudió la secundaria en el Bernardo Valdivieso y se ayudaba económicamente como profesor de Castellano. Tenía entonces solamente doce años de edad, amaba las matemáticas, hacía versos, aprendió idiomas y hasta fundaría una modesta Casa de Cambios pues las monedas peruanas y hasta las chilenas circulaban libremente en esa provincia.. 

En 1901 salió de Loja con su madre, radicó en Guayaquil y trabajó en el comercio. El 06 conoció a Enoé Reese Campuzano y le escribió un libro de poemas que titula “Postales”. El 10 de Agosto de 1907 contrajo matrimonio. Fueron muy felices, tuvieron ocho hijos. 

En 1910 se movilizó a la frontera de Loja durante el conflicto con el Perú. Tenía carácter impulsivo y el ánimo ardiente, pronto para la acción y se enroló en la facción liberal del general Leonidas Plaza Gutiérrez contraria a la del Presidente Eloy Alfaro. Eh enero de 1912 ayudó a apresar a Alfaro y sus tenientes, entre ellos al General Manuel Serrano Renda que era inocente de todo cargo pues no había participado en la revolución del General Montero ni en los sucesos armados posteriores. 

Paz tenía veinticinco años cumplido, edad en que la falta de experiencia lleva a cometer equivocaciones, a veces con consecuencias mortales. Paz subió a la casa del General, que se encontraba tranquilamente en medio de su joven esposa y de sus hijos pequeños y sin mayores explicaciones lo bajó preso y llevó a un cuartel, donde lo unieron a los líderes perseguidos, que poco después fueron llevados en tren a Quito y masacrados por el populacho a la salida del panóptico. Por esta razón Clotario Paz ganaría numerosos enemigos políticos y hasta su muerte le perseguiría la vindicta pública pues el día 25 de Enero, durante el juzgamiento del General Pedro Montero, asistió a la Gobernación y le dió un silletaso en momentos en que era arrastrado su cadáver para arrojarlo por la ventana del segundo piso a la calle. 

Al mismo tiempo, como ciudadano provechoso a su Patria era un acreditado comerciante que importaba la cerveza Heavela, manteca de cerdo marca Imperial, jamones, tocinos, cuadros, geografías, artículos para regalos y figuró ese año en la Guía Comercial y Agrícola. 

Diputado por Loja en 1912, al poco tiempo presidió la reunión de representantes de Loja, El Oro y Azuay con el Dr. Juan Ruiz. Concurrió al Congreso pero abandonó las sesiones en protesta por la centralización de las rentas del estanco de tabaco que impidió la construcción del ferrocarril Puerto Bolívar, Piedras, Loja, Zamora y el Amazonas, cuyo proyecto de Ley – creación del ferrocarril – fue respaldado por los Senadores Miguel Valverde, Justo Pastor Intriago y Agustín Cueva Sanz, aprobado, nunca se ejecutó. El 13 publicó “Voto Salvado” y dió cuentas de su fallida gestión legislativa al pueblo de su provincia. 

En 1915 fue designado Cónsul General del Ecuador en Túmbes, ciudad que era peruana desde hacía muchos años, desde cuando se pobló la zona de Zarumilla donde estaba situada dicha hacienda, propiedad de José Joaquín de Olmedo, quien la había heredado de su padre y éste adquirido a la Junta de Temporalidades y ésta a su vez a los Jesuítas, sus propietarios primitivos hasta su expulsión en 1767 de España y sus colonias americanas. Olmedo la vendió en 1827 a Noblecillas, natural de Arequipa, quien trabajó sus salinas ayudado por numerosos colonos peruanos, de manera que toda ese zona se perdió para el Ecuador. 

A principios de 1917 fue designado Inspector de Estancos en Santa Rosa pero dado su carácter impulsivo, hiper actividad y desenvoltura, el 2 de Junio cayó víctima de un atentado criminal. Recibió cinco graves heridas con navaja barbera pero recuperado al poco tiempo, levantó un Croquis estratégico de Loja para el Ministerio de Guerra. 

Ese año comenzó a escribir en el diario “El Guante” de Guayaquil bajo el seudónimo anagramático de “Capitán Odriozela”. En 1919 figuró entre los socios fundadores del “Club Guayas de Tiro, Caza y Aviación” y fue nuevamente Diputado por Loja, asistió al Congreso y reformó la Ley de Aguardiente y Tabaco. 

En 1920 adquirió a su compadre Arturo Pereira las haciendas “Zaragoza” y “Palmar” en la parroquia Arenillas. En 1922 tomó parte en la revolución de J. Federico Intriago que resultó un fracaso. En 1923 asistió al Congreso representando a Loja y declinó la presidencia de la Cámara de Diputados, pero presidió la Comisión Primera de Hacienda y sostuvo la tesis de la “Autodeterminación de imposiciones a la producción regional para beneficio regional”. Casi enseguida abandonó la Cámara en señal de protesta por la aprobación del Tratado “Ponce – Castro Oyaguren” que lesionaba los intereses del país y tal era la desidia imperante que su actitud no tuvo el eco nacional que merecía. Entonces el ejecutivo contrató la construcción del ferrocarril al Amazonas. 

En 1924 viajó a los Estados Unidos y de regreso encontró que el contratista del ferrocarril había designado a su oficina propía comercial para agente de compras y despachos. Paz se indignó con este tipo de maniobras que encubrían coimas, denunció el contrato y rechazó una indemnización. Poco después se supo que el contratista de marras resultó ser un falso ingeniero, un pícaro redomado y por supuesto el proyectado ferrocarril ni siquiera comenzó. Una burla más para Loja y el país. 

En 1925 fundó “El Diario” en Guayaquil, nombró Gerente a Alberto Moreno Andrade y allí comenzó a escribir sus “Crónicas Fugaces” que firmó como “Kurt Von Friede”, su nombre Clotario Paz traducido al alemán, que pronto se hicieron famosas, y fueron recopiladas en un tomo en 1930, de 592 págs.e índice. Fue electo Gerente de la compañía “La Unión Comercial del Ecuador”. 

El 12 de Octubre de 1925 sufrió un grave accidente a orillas del río Daule durante una cacería. En la clínica Guayaquil tuvieron que amputarle el dedo índice y le extrajeron cincuenta y dos perdigones del cuerpo y del rostro. 

En Diciembre – como miembro activo del grupo de Enrique Baquerizo Moreno en Guayaquil – participó en la revolución que tuvo lugar contra la I Junta de Gobierno Juliana. Sofocado el golpe salió al exilio con José Vicente Trujillo, Eleodoro Avilés Minuche y el líder del movimiento Enrique Baquerizo Moreno. “El Diario” fue cerrado y no volvió a abrirse. Paz viajó nuevamente a los Estados Unidos donde permaneció dos meses y regresó a Guayaquil el 19 de Febrero del 26. 

En Marzo siguió a Quito con los delegados del Banco Comercial y Agrícola, asistió a la Conferencia bancaria que originó la segunda Junta de Gobierno y al poco tiempo a la dictadura del Dr. Isidro Ayora Cueva, quien le ofreció en 1927 el Ministerio de Finanzas, que Paz no aceptó, fiel a su consigna de rehuir todo cargo público. 

Meses después, durante la recepción en Guayaquil al Presidente Herver Hoover de los Estados Unidos, tomó la palabra en inglés y le dió una cordial bienvenida. 

El 8 de Julio de 1928 participó en la revolución de El Oro a favor del Comandante Ildefonso Mendoza Vera, pero fué apresado y llevado al Cuartel del batallón “Zapadores del Chimborazo”, donde permaneció detenido hasta el 6 de Diciembre, que egresó en virtud de la amnistía dictada por el Congreso. 

El 6 de Febrero de 1929 presidió el I Congreso Nacional de Vialidad y Turismo reunido en Guayaquil. Poco tiempo después fundó y presidió el “Touring Club Ecuatoriano”. En 1930 defendió el sistema federalista en protesta contra el abandono en que el gobierno centralista de Quito mantenía a su amada provincia de Loja. 

El 6 de Abril de 1932 nuevamente se levantó en armas en la provincia de El Oro, al grito de “Viva el Comandante Ildefonso Mendoza”, esta vez contra el régimen del Presidente Encargado Dr. Alfredo Baquerizo Moreno y creyendo contar con apoyo militar desafió el día 8 a los miembros del batallón de artillería “Bolívar” a que fuera a recibir su bautizo de fuego. 

En Guayaquil fueron apresados el Dr. Alfonso B. Larrea Alba y el Comandante Diógenes Fernández, En Quito se dispuso la captura de los Coroneles Luís Larrea Alba, Juan Manuel Lasso Ascázubi, Bartolomé Vinelli, Guillermo Peñaherrera pero al quedar aislada la revolución, fueron apresados Clotario Paz, el comandanye Benigno S. Abad, Heliodoro Castro Manzo el día sábado 14 con José María Freile Espinel, sus restantes compañeros de armas salieron precipitadamente al Perú. Ese día fueron embarcados en el vapor Cotopaxi en Puerto Bolívar y traídos a Guayaquil. Paz declaró que su movimiento armado tenía todo el apoyo del liberalismo orense y era una protesta por el disimulado impuesto a las ventas que el gobierno intentaba crear. El Encargado Alfredo Baquerizo Moreno lanzó su celebre frase: “Cayó Paz para que la paz impere” que fue aplaudida y coreada en todo el país por los espíritus sencillos y mediocres, que carecen del necesario talento para justipreciar los acontecimientos importantes en su real magnitud. 

Recobrada su libertad tras siete meses en el panóptico lanzó un “Manifiesto a la Nación” el 22 de Noviembre y preparó una revolución que no llegó a estallar. Entonces, ante la inoperancia del Partido Liberal que iba declinando a ojos vista, pidió su desafiliación y al poco tiempo figuró entre los fundadores de “Vanguardia Revolucionaria Socialista Ecuatoriana” con Eleodoro Avilés Minuche y Alfonso Belisario Larrea Alba. 

En 1932 también figuró entre los fundadores de la revista política “Cocoricó” de larga y feliz trayectoria, que combatió la candidatura presidencial del conservador Neptalí Bonifaz Ascázubi por su dudosa nacionalidad. El 33 fundó “La Tribuna” con Rubén Palacios. 

En 1934 el presídente Juan de Dios Martínez Mera le ofreció la embajada en Moscú y posteriormente, durante la crisis del Congreso, el Ministerio de Previsión Social, rechazando ambas ofertas. 

Su figura, agigantada por tantas aventuras revolucionarias y conocida en todo el país por sus Crónicas periodísticas, había tomado relieve en el panorama político nacional. Se le consideraba un guía de la juventud socialista y su chalet del barrio del Astillero, ubicado en medio de las covachas del proletariado, fué descrito por Joaquín Gallegos Lara de la siguiente manera: “En aquel chalet se respiraba una rústica grandeza. Se sentía la morada de todo un hombre y todo un escritor. Fragancia del jardín inmediato y aroma casi de campo del patio donde cantaban al sol clarineros gallos, acogían desde la entrada. De entre las paredes de maderas, salía a recibir a sus amigos, con los grandes brazos cordiales abiertos, sonriente y patriarcal, rodeado de su esposa e hijos, escritos y luchas. Era ecuatoriano fuerte, duro eucalipto de las laderas lojanas. Clotarrio Paz. 

En 1936 colaboró en la revista “España Libre” que editaban en New York los republicanos de la madre patria. El 38 fundó en Quito el Comité Permanente de Defensa de los Derechos de Loja cuya dirección compartió con el Dr. José María Ayora, también publicó “(Luís)” Larrea Alba, nuestras izquierdas” en 268 págs. libro de enorme trascendencia para su época, que ocasionó más de una conmoción. El 39 recibió al Ministro de Guerra de la República española en el exilio D. Abad de Santillán y al escritor Carlos de Baraibar, de paso a Buenos Aires, consiguiendo de nuestro gobierno el asilo a los refugiados de la guerra civil española. 

En 1940 salió a la luz pública su ensayo patriótico “El Drama de Loja” con un apéndice y trabajó para hacer una realidad la carretera Panamericana. Poco después se inició la invasión peruana y se trasladó inmediatamente a la parroquia Arenillas a organizar su defensa armada con numerosos civiles. 

El 23 de Julio de 1941 fué declarado Coronel por las Milicias de Arenillas debido a la ausencia toal de los altos oficiales del ejército ecuatoriano y como tal recibió el histórico parte de batalla que le envió el comandante Vaca Castro, cuando en unión del glorioso batallón Montecristi se retiraba ordenadamente del frente de batalla para salvar a su gente, ante la notable superioridad numérica del enemigo. 

Entonces fortificó su casa de hacienda ubicada en el sitio Rancho Chico y resistió con sus trabajadores y por varios días a las avanzadas peruanas, pero ante el peligro de ser rodeados escaparon a las montañas donde presenciaron el fusilamiento de cuarenta y dos defensores, el incendio de la casa, el aserrío y la piladora y el saqueo de la valiosa biblioteca. Además, no contento con ello los peruanos se apoderaron de mil ochocientas cabezas de ganado en sus dos haciendas y las llevaron al Perú. 

De regreso a Guayaquil, en la más absoluta pobreza a causa de las tropelías peruanas, mantuvo el programa “la Hora sur ecuatoriana” en la radio “El Telégrafo”, donde denunció al régimen del presidente Arroyo del Río por su criminal inoperancia para defender las fronteras del país. En Septiembre fué electo diputado por Loja. El Gobierno – temeroso de sus denuncias – le impidió la posesión y no pudo concurrir. 

En Noviembre y con otros izquierdistas reunidos en Quito, figuró entre los fundadores del Movimiento Antifacista de Ecuador. En Diciembre fué electo secretario de Prensa de dicho movimiento y comenzó una ardua labor al lado de Raymont Meriguet, para dar a conocer los crímenes del nazismo en Europa. 

En 1942 fué apresado “por conspirar con los refugiados de Loja y El Oro” y permaneció varios meses detenido en el Panóptico de Quito, donde escribió “Habla el Penado No. 286” folleto que salió a la circulación en la clandestinidad. Allí consta la admonitiva frase dirigida al Presidente Arroyo del Río.”Tú tienes la fuerza y yo tengo mi pluma” que inmortalizó a Paz. Casi enseguida fue desterrado a Cali con el Dr. Antonio Parra Velasco y Gustavo Tamayo Mancheno. En esa ciudad colombiana escribió para el periódico “El Nuevo Día” y luego de varios meses de vicisitudes pudo regresar. 

El 23 de Julio de 1943 falleció su hija Consuelo Paz de Pincay Coronel a causa de fiebre puerperal. Tan trágica muerte le ocasionó una viva pena y al año siguiente editó el folleto “Consuelo. Guía espiritual para la vida de tres niños” en 33 págs. que dedicó a sus nietos los menores impúberes Sara Ycaza Paz y Alberto y Consuelo Pincay Paz. 

Ese año formó parte del grupo “Acción Democrática Ecuatoriana ADE” que dirigió el Dr. Francisco Arízaga Luque y trabajó por la revolución. Después del 28 de Mayo de 1944 se opuso a la entrega del poder a Velasco Ibarra, a quien fustigó desde varios periódicos, recordándole a todos su ideología derechista, sus afanes de mando absoluto y las impertinencias de su carácter. En 1945 sacó la segunda edición de “Habla el Penado No. 286” en 31 págs. y organizó la Conferencia Económica Nacional que se reunió en Guayaquil para encontrar fórmulas y soluciones a la gravísima crisis económica que vivía el Ecuador desde la caída del cacao a causa de las pestes desde 1916. “Vanguardia Revolucionaria” le nombró su Secretario General y el 46 editó “Flores para su tumba” con versos, en el aniversario de la muerte de su hija Consuelo. 

Vivía modestamente y del comercio. Era copropietario del motovelero “Carchi” que conducía arroz a Panamá y gerenciaba la compañía “Comercio y Comisiones Ltda.”. A mediados del mes de Agosto sufrió un agudo ataque de apendicitis que se le complicó y el 16 de ese mes murió de peritonitis, a los sesenta y un años de edad, en pleno uso de sus facultades intelectuales. Meses más tarde llegaba a Guayaquil las primeras dosis de penicilina que se conocieron en el país y que le hubieran salvado la vida facilmente. 

Hablaba francés, inglés, alemán e italiano. Orador, dominaba a las masas con su bella voz de barítono y su alta estatura, pues medía 1,80 metros. 

En política fue un Quijote, en la vida un Deportista y cazador, amigo de sus amigos y valiente y leal con los sagrados intereses de la Patria. Como periodista estuvo entre los más leídos del país en la década de los años 1930 y 40 y como ideólogo quiso enrumbar a las izquierdas hacia el poder a través de la revolución armada primero y al fracasar en cuatro intentos, formó la agrupación “Vanguardia Revolucionaria Socialista” que fue por entonces la esperanza del pueblo. Dejó inédito desde 1939 un ensayo filosófico titulado “La Simiente” cuyos originales ignoro en poder de quien estarán.
Su tez blanca rosada, cabello y bigotes negros. Una amplia sonrisa servía de marco a sus espléndidas facciones de varón. Fué hombre de campo y al mismo tiempo intelectual de ciudad, rara síntesis que hacía su figura más atrayente.