En 1912, dicha pagina literaria del Guante realizaba en Guayaquil, la labor que en Madrid “El Imparcial”, con su Lunes Literarios, ofrecía a los lectores “El Exodo”, de Wenceslao Pareja, el magnífico poeta de la primera época, pues hay dos personalidades en él, como en Goya: el de las tapicerías y el de los disparates. Publicaba esa esplendida composición en tercetos alejandrinos, escrita por el al alborear el 1912, cuando el autor con lo más granado de la juventud guayaquileña, marcho a unirse con las tropas del general Plaza, que bajaban a combatir al general Montero que se había alzado en armas contra el Gobierno provisorio de Freile Zaldumbide (28 de diciembre de 1911).
He aquí el primer terceto:
“Cruzaba por el bosque la extraña caravana de ideólogos, viajeros a la ciudad lejana donde había un ensueño de redención humana”.
Era la primera vez que aparecían versos alejandrinos aconsonantados entre si, a la manera de los poetas franceses del siglo XIX. Y es que pareja que estudio medicina en Lima y conoció a José Gálvez y Santos Chocano, estuvo a principios de este siglo en Paris, de carabin en el Quartier Latín. Por eso firmaba con ese seudónimo sus primeras composiciones en Guayaquil. Los recogió luego, con el título “Voces Lejanas”, y lo edito en Barcelona el establecimiento de la viuda de Luis Tasso, en 1916 Conservamos un ejemplar dedicado por su autor al pie de cuya última composición, intitulada “Envió”, figuran su puño y letra la siguiente frase: “esta composición fue escrita en la misma casa en que Olmedo hizo el canto a Junín.
En la obra de Wenceslao Pareja se respira el ambiente principesco y refinado del palacio de María Antonieta y el deslumbramiento Rococo de Formas esplendidas, de jardines encantados y de lagos dormidos. Es el “parasismo”, que responde al sentimiento aristocrático de nuestros poetas contrariados con el espectáculo de los nuevos elementos dominantes que surgían de modestos rincones con el furor de los mártires libertados.
Miembro de la Logia 5 de Junio Nº2 (Masónica) 1923.