Cumple un horario de nueve a cinco y media, a pesar de que ya cumplió más de ochenta años de edad y ha trabajado desde los dieciséis, quizás por ese afán de trabajo el Gobierno Nacional al Merito en el Grado de Comendador”, aunque claro esta son mucho más sus meritos.
A pesar de los achaques de salud típicos de su edad, el no piensa en retirarse todavía. “Algún momento tendré que hacerlo –manifiesta con cierta nostalgia- aunque mi deseo es trabajar hasta el último momento, quizás no sea posible”, Don Joaquín de Orrantia es un hombre que centra su vida en el trabajo.
Presidente de la M.I. Municipalidad de Guayaquil 1966.
Hace algunos años Guayaquil vivió momentos muy difíciles. No voy a criticar ni alabar al gobierno de esa época. Solo comentare la situación que atravesó la primera ciudad de la Republica, Guayaquil.
Por problemas internos del Municipio y por un quemeimportismo de ciertos ministerios, Guayaquil se debatía entre el abandono y la desesperación. Las entidades que tenían que protestar enérgicamente no lo hicieron, solo la cámara de Comercio que estaba integrada en su mayoría por hombres de mucho valor cívico, reacciono favorablemente, su presidente Joaquin Orrantia Gonzales. La cámara trato por todos los medios para que Guayaquil sea atendida, no tuvieron éxito y no le quedo otra alternativa a Joaquín Orrantia que tomar la bandera de protesta, a él se le unieron hombres de mucho valor como Rafael Ferreti, Comandante Avilés, John Gómez, Jorge Roca, Cesáreo Carrera, Rogelio Cordobés, Luis Fernando Gómez, Ernesto Aguirre, clemente Duran-Bellen, Gastón Fernández, Xavier rosales, Rodolfo Kronfle, José Espinoza, Luis Pino, un grupo de universitarios, dirigentes sindicales y medios de comunicación.
Muchas reuniones se realizaron tanto en la cámara de comercio como en la de Agricultura para planificar la acción de esta lucha cívica, Guayaquil reacciono a pedido la cámara todo el comercio cerró sus puertas, el gobierno se hizo presente y hubo algunos enfrentamientos callejeros, Joaquín Orrantia siempre adelante, siempre al frente de los que lo acompañaban, nunca sintió temor, nos contagiaba con su valentía y decisión.
Recuerdo el día que dieron la orden de detenerlo y llevarlo preso, en esos momentos el salón principal estaba lleno, no se podía prácticamente caminar, muchos, al enterarse que los militares venían decididos a todo, se fueron, solo un grupo pequeño estuvo junto a Joaquín y tengo el orgullo de haber sido uno de ellos, llegaron los militares y le pidieron a Joaquín que se entregue, el acepto. Lo acompañamos hasta la entrega de la zona militar y junto a cuatro o seis integrantes del Comité fueron reducidos a prisión, los llevaron a Galápagos, luego retornaron y fueron recluidos por algún tiempo en la policía junto al estadio Modelo, la ciudad reacciono nuevamente y exigió la libertad de todos ellos.
Hoy se repite una historia parecida, Guayaquil está abandonada, no existe seguridad en las calles, en los hogares, ni en el comercio, nadie quiere tomar iniciativa definitiva, el actual Concejo no funciona, Guayaquil es Tierra de Nadie, creo que si en estos momentos tuviéramos un Joaquín Orrantia las cosas serian diferentes y de ahí viene el nombre de este articulo. Donde este Joaquín Orrantia, Guayaquil te necesita.