El capitán del ejercito Manuel José de Orejuela fue el verdadero Aquiles contra el Astillero de Guayaquil. Partidario de localizar el Astillero Real en Realejo, envió informes virulentos apocando los meritos y exagerando los defectos de Guayaquil. Se auto-calificaba de constructor naval, y como presunto experto en la materia.