Se completa esta literatura franciscana de las misiones amazónicas, ya bien entrado el XVIII, con el informe que escribió para el Rey el Provincial fray Bartolomé Ocho de Alacano. Vuelve este escrito a repasar la historia, desde aquella primera entrada de cinco frailes en 1632, manejando sin duda los escritos de Fray José Maldonado y fray Laureno de la Cruz (hay hasta lugares textuales). Pero el relato de Ochoa de Alacano pasa de largo de donde lo dejaran los anteriores. Al haberles sido entregadas las misiones del Napo y del Amazonas a los jesuitas, los franciscanos buscaron nuevo campo para ejercitar su celo más al norte, en la región del Putumayo.
Como toda esta literatura franciscana, el escrito del fray Bartolomé tiene, sin que obste para ello su sequedad de informe, notas de alta devoción y espiritualidad.