Moscoso Luis


No llega aun a los treinta años este pintor que nació en Quito y estudio en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Hoy desempeña una cátedra de dibujo en el colegio Militar. Es un artista de aire soñador y que hace muchas ironias. Ha concurrido algunos veces a la exposición Aguilera y algunos de sus cuadros ha sido enviados al extranjero. También ha tomado parte en las Exposiciones del Sindicato de Escritores y Artistas. Es miembro de esta organización. De preferencia cultiva el paisaje. A poco de egresado de la escuela de Bellas Artes pinto una serie de paisaje de los alrededores de Quito, especialmente del pintoresco caserio de Guapulo. Arboles, cosas silenciosas, sitios que invitan al ensueño y al descanso fueron los primeros temas de Luis Moscoso. En una exposición Aguilera obtuvo un segundo premio. Entre los paisajes de sus primeros tiempos uno fue bastante celebrado, un oleo pequeño, denominado “Lluvia”. Era una casita con patio, dimanando frescura; a los lejos, un horizonte de tormenta. Laguna de Yaguarcocha (laguna de sangre) se denomina uno de sus mas notables paisajes sobre motivos de la sierra andina. Recordamos ese paisaje que destilaba tristeza y asi es la sombría laguna que fue teatrada de un episodio histórico sangriento. Alli fueron arrojados los miles de cadáveres de los indios de Imbabura que defendían su tierra contra invasores incas.
Puede dividirse en dos épocas la pintura de Moscoso: la época fría y calida. La primera comprende hasta la exposición Aguilera de 1941. Pintaba sus paisajes con colores frios y además eludiendo cualquier exceso de luminosidad. Los periódicos juzgaban a Moscoso como un artista nostálgico, en sus apreciaciones literario-artisticas. En la exposición aguilera de 1942 Moscoso ha presentado óleos de diferente clima, casi todos ellos a base de rojos amarillos. Ademas ha experimentado una apreciable evolución en la consecución de matices y también en la composicion. En esta nueva etapa sigue siendo predominantemente un paisajista. Cultiva raramente la figura humana. Un paisaje de esta exposición bastante apreciado y elogiado era una casa con bugambillas, una casa cubierta de trepadoras que florecen con extraordinaria profusión y luminosidad. Ha pintado suavemente el tema de la lluvia, pero con menos acierto que antes. Entre sus cuadros de figura podemos mencionar un patio de hacienda en el que el mayodormo vigila a los peones. Hizo un cuadro sobre leñadores. Quiso imbuir estos cuadros de una intención combativa, pero no lo consiguió. No es Moscoso un temperamento de los que se llaman revolucionarios, en el sentido del socialismo. Es un temperamento poetico-plastico, y por lo mismo, con inclinación a buscar el lirismo de la naturaleza. Hubo un tiempo en que se dedico a pintar con acuarelas y gouaches paisajes pequeños, emotivos.
No ha cultivado Moscoso exclusivamente la pintura, sino también el grabado en madera y en linóleo. Ha hecho muchos dibujos. Moscoso es un artista retraido, habla poco, ironiza y no cree que el arte debe servir de propaganda de ninguna ideal, sino que simple y llanamente es el producto de la sensibilidad del individuo. No es un medio, sino el producto desinteresado de una función sentimental. Esperamos ver muchos cambios en Moscoso daba su juventud y su dedicación al estudio.  
Miembro de la Expedicion armada del Capitán Pedro de Alvarado, en 1534.- llegado al poblado de Jipijapa, fue designado para comandar una de las vanguardias de tropas, que se dirigían hacia el interior de la costa ecuatoriana. Fue el primero en llegar a la población de Chonana, donde enfermo y al regreso, se unió a los enfermos que transportada el Licenciado Caldera. Poco después, ante la falta de alimentos, el Alfarez Francisco Calderon mató una hermosa perra que traia desde Guatemala, de raza galga, repartiéndola entre sus compañeros. A Moscoso le toco un riñon, que le receto el mismo Caldera, para que sane de sus dolencias, lo que asi ocurrió, porque le ocasiono una purga energética. 

Maternidad, Oleo, 60x80CM. Colección casa de la cultura, Quito.
Aunque se lo considera mayormente un paisajista, maneja con acierto los personajes. En el cuadro de la grafica encontramos una influencia compositiva de otros momentos y latitudes (madonas e iconos); el diseño es sobrio, estilizado y geometrista, y el colorido es muy moscosiano: los neutros apastelan  los valores principales, muy planos ellos, para conseguir a un tiempo majestad y ternura; tal que si quisiera entronizar en un altar a una madre del pueblo.
Iglesia de Cantuña Tinta, (de la Carpeta Veinte Dibujos de Quito), 1972.
Seran muchos y de todas las latitudes los que se detengan frante a estos dibujos de Luis Moscoso, trazados, casi grabados con técnicas de aguafuerte….”, escribió Agusto Arias en la presentación de la serie. La ausencia del iris no mengua la jerarquía estética ante el dibujo sombreado y la composicion simple, pero artística y no arquitectónica, que emplea para el paisaje urbano. Los criterios pictóricos del maestro son muy exigentes. En el plano universal admira al grupo postimpresionista, señaladamente a Guaguin y Van Gogh; en el nacional afirma: “En el Ecuador  el que hace mas escándalo y publicidad se ubica mejor. Hay verdaderos artistas olvidados como José Abraham Moscoso –a quien no me une el mas minimo parentesco- que a mi juicio es el mas grande pintor que hemos tenido. Sus cuadros La sagadora, Visiones del claustro y, especialmente, Ensueño, son verdaderas obras maestras. Otro inmenso valor de la pintura ecuatoriana es el maestro Camilo Egas”.
Paisaje de Quito-Oleo, E-poca Actual.
Declarado admirador del postimpresionismo, recuerda a Cezanne, pero con sello personal, andino. La solidez y coherencia compositiva es evidente al disponer volúmenes y espacios. Luis Moscoso Silva es un retratista compendiador del entorno urbano, rural y marino. Las degradaciones tonales, las armonias y combinaciones conluyentes o contrastantes de los matices lo consagran como un colorista recreador de la realidad circundante Negros, Xilografia, 1943. En ka colectiva de homenaje al I Congreso Nacional de la FEUE, Luis Moscoso presento entre otros trabajos este hermoso grabado. También lo hizo al linóleo y al aguafuerte. La afirmación de que la obra de Moscoso no tuvo la fuerza requerida en el expresionismo social, carece de fundamento, en general, en su recorrido evolutivo el maestro de nota una gran regularidad, sin caída ni zigzag; el alto nivel de su producción refleja estudio, meditación y oficio paciente. El es critico implacable contra el apresuramiento y la improvisación que, infelizmente, cunden. Su seriedad, depuración y exactitud son reconocidas.
  
Fotografia Actual del Maestro en su Taller.
Lo primero que celebramos en el es su decantada cromática. “Quien me enseño la teoría del color fue Luis A. Ruiz, pintor decorador y excelente maestro”, dice Luis Moscoso Silva, nacido en Quito(1913). Egresa en 1935 de la Escuela Nacional de Bellas Artes, obteniendo el Premio del Ministerio de Educacion al mejor estudiante. Ha enseñado en el Colegio Militar Eloy Alfaro y en la Facultad de Artes de la Universidad Central. Desde el comienzo desarrollo un gran sentido autocritico; se cuida de presentar obras que no le satisfagan plenamente: “Creo haber pintado unos doscientos cuadros al óleo en mi vida entera”, explica.

Retrato de Pio Jaramillo Alvarado Oleo.
La efigie del “Doctor en ecuatorianidad” muestra por Moscoso, quien perteneció a la generación que debió luchar denodadamente para vivir de su profesión. Los retratos, la catedra y ciertos trabajos de mantenimiento y restauración permitían a los jóvenes talentosos seguir en la brega. Nos cuenta: “El hermoso telón francés pintado del Teatro nacional Sucre estaba totalmente deteriorado. Coloma Silva, administrador del local, me encomendó restauralo2. Estas y otras parecidas faenas eran realizadas por muchos de los creasores plásticos, para proseguir con su vocación.
Preludio y Fuga- Oleo, Galeria Municipal de Arte Moderno. Quito, 1962.
Este cuadro alcanzo el Primer Premio del Salon Mariano Aguilera. Es la época expresionista abstracta de la que se conocen algunas piezas a partit de temas musicales. El diseño, en este caso, esta fundido con el color. La paleta es operada con rara maestria: los neutros atenúan la rotundidad de manera que los amarillos devienen ocres, y los bermellones, ladrillos; estos quedan dispuestos en pequeñas dosis con negros y blancos escoltándolos como acordes musicales sobre el tecto de la composicion general. Moscos ganó en los salones Aguilera varias preseas: Segundo Premio en 1936, tercer Premio en 1938, Gran Premio en 1957, Premio Adquisicion en 1961 y Primer Premio en 1962.
Con Diogenes Paredes, Leonardo Tejada y los Hermanos Kingman Riofrio.
El tribunal que le otorgo el Gran Premio Mariano Aguilera en 1957 estuvo integrado por Alberto Coloma Silva, Jan Scheuder, Carlos Kohn Kagan, Oswaldo Guayasamín y Cesar Bravomalo. Luis Moscoso declaro: “Estoy contento de que la consagración venga de un jurado que, por primera vez, tiene una gran altura plástica, no literaria”. Palabras validas aun hoy dia. 
El Crater- Oleo. Casa de la Cultura, Quito.
También en el paisaje se manifiesta el expresionismo mosscodiano. Remarcamos su tendencia a la simplificación, a la esencia de que habla el genio malagueño. Esta sintetizacion la aplica en la panoaramica apacible o energica, como la de este caso. El grado de acentuación del grafismo asi como la temperación o crudeza de los valores cromáticos, dan la tónica de lo que el artista quiere comunicar. Este cuadro, focal como algunos del autor, asemeja un conjunto escultórico, monumental por su construcción.
Apertura de Exhibicion de Pintura de Moscoso en Guayaquil, hace cuarenta años.
Rodean al expositor: Segundo Espinel, Cesar Andrade Faini, Carlos Zavallos Menendez, Else Michaelson, Hugo Mayo y Alejandro Velasco. El artista quiteño ha asistido con sus obras y obtenido triunfos en varios escenarios pictóricos escenarios pictóricos del país. Siempre he estado presente en los salones de mayo del Sindicato de Escritores y Artistas. Ha participado en las bienales de Madrid y Barcelona y en algunas exposiciones en Venezuela, colombia, Perú, Guatemala, Mexico, Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Chile; sus obras lucen en pinacotecas públicas y privadas de un número aun mayor de países. 
 

Mendiburu dice en su “Diccionario histórico biográfico del Perú” que fue de sanas inteciones y cierto en sus consejos.
Entre los enfermos a cargo del licenciado vaca de Castro iba el Capitan de Caballeria Luis Moscoso, a quien estando todavía en tierras de Manabi cupo la suerte de formar una de las vanguardias en busca de caminos, siendo el primero que llegara a Chonana. Pues, bien ante la falta de alimentos, el Alférez Francisco Calderon mato una hermosa perra que traias reoartiendo su carne a sus compañeros dio de comer al enfermo Moscoso, tal vez por consejos del mismo Caldera, el riñon de dicho mamídero, Aquel riñon se dice que hizo el efecto de una purga energica, y Moscoso curo de su dolencia.