MOLEST1NA MATHEUS JUAN EUSEBIO

POETA DRAMATURGO.- Nadó en Guayaquil en 1850; hijo de José María Molestina y Roca (1813-1866) Jefe de la Masonería en el Ecuador y de Amelia Matheus y Miró, guayaquileños.

Estudió la primaria en el plantel de don Tomás Martínez donde ya se empezó a destacar por la facilidad de sus versos, pues tenía una fluidez única, al punto que parecía querecitaba cuando estaba conversando. Siguió la secundaria en el San Vicente del Guayas y se graduó de Bachiller y Contador, trabajando en varias casas comerciales del puerto y después en el Banco Comercial y Agrícola hasta 1895.

Comenzó a hacer poesías hacia 1876. En 1878 escribió “Eufemia la costurera” drama en cuatro actos y en verso para beneficio de la sociedad humanitaria del Guayas y en 60 páginas que se estrenó en el teatro Olmedo y publicó ese año. En 1883 intervino en el Concurso Literario para conmemorar el primer Centenario del nacimiento de Vicente Rocafuerte con un poema titulado “Rocafuerte en la epidemia del año 42” escrito con mucha soltura, utilizando la técnica de las décimas de compadrazgo, usada desde siempre en nuestro litoral para los llamados “amorfinos” o en versos que se acompañan con guitarra. Ese año publicó “Las penas del Trovador” en 86 págs. drama en cuatro actos y en verso dedicado a la “honorable sociedad guayaquileña”.

En 1884 intervino en el Concurso Literario promovido por la Municipalidad con un “Himno” que recitó en la velada del 10 de Octubre en el teatro Olmedo. El Himno consta de un Coro y nueve estrofas y aunque contiene elementos propios, solo es una adaptación de “La Canción Nacional” de Olmedo.

En Enero de 1885 protestó por los horrores de la Revolución de los Chapulos con su poesía “La Guerra Civil” y el día 9 apareció su nombre en un Comunicado del diario “el Telégrafo” junto al de otros connotados guayaquileños, justamente indignados por el criminal fusilamiento del Coronel Nicolás Infante en la población de Palenque, dispuesto por un Consejo de Guerra convocado por el General Secundino Darquea.

Ese año 85 editó un drama para teatro dividido en dos partes, la primera tituló “El Poeta y la Coqueta” en cuatro actos y en verso, en 83 págs. y la segunda “Guirnalda de amor” en tres actos y en verso, en 91 págs. que dedicó al “inteligente pedagogo señor don Tomás Martínez”, ambas en tres actos y en verso, la acción se supone que transcurre en Quito.

El 10 de Octubre de 1886 regresó al Olmedo y recitó una “Oda- Canto alos Héroes de la Independencia”, en versos de corte romántico como todo los suyos. En marzo siguiente escribió una sentida poesía que tituló “En la muerte de mi amigo el señor Luís Vargas Torres, fusilado en la ciudad de Cuenca, por cuestiones políticas, el 20 de Marzo de 1887” y poco después escribió un “Soneto contra la pena muerte”. Siempre fue un convencido liberal y jamás tuvo miedo de presentarse como tal, ni aún en la época en que los miembros de ese partido eran perseguidos y apresados.

En 1888 publicó “La conductora y su amante”, verso cómico que constituyó un sonado éxito y una “Corona fúnebre en la muerte de mis amigos Leopoldo Baquerizo, Carlos Zerda, Víctor Coronel Sarmiento, Miguel López y Manuel A. Franco, asesinados por los agentes de policía en la encerrada que se dio al Dr. Manuel I. Neira, en la noche del 24 de Enero de 1888”. Por esta época contrajo matrimonio con Amalia Caamaño y Villegas; al estudiar sus obras encontramos una muy hermosa poesía dedicada a una hija -llamada Rosario- que posiblemente falleció de corta edad, porque no la vuelve a mencionar más (1)

En 1890 editó el primer tomo de “Acordes de mi lira” en 172 págs. “con poesías originales dedicadas a mi adorada patria, la República del Ecuador” y escribió un juguete cómico “A la linda patinadora del circo Gardner”. En 22 de Septiembre de1891 publicó el soneto “En la muerte del eminente Gral. señor Dr. Francisco J Salazar, candidato para la Presidencia de la República del Ecuador, muerto de fiebre amarilla en Guayaquil” con quien tenia buena amistad de letras y poemas. 1892 fue un año agitado. El 30 de enero escribió: “La campaña electoral” en honor a su amigo el poeta Luís Cordero, quien derrotó en dichas elecciones al conservador Camilo Ponce. Luego, con motivo de la inauguración de la estatua del Cantor de Junín escribió “A Olmedo”, composición a Pedro Carbo, Presidente del Comité, e intervino en el concurso literario convocado con motivo del IV Centenario del descubrimiento de América, recitando en el teatro Olmedo su composición “Colón en el Océano”, que mereció una honrosa mención.

En 1893 escribió “Brochazos”, sátira sangrienta contra // Ciertos zambos jactanciosos / malcriados y pesimistas / cual los Condes son prosistas / y en extremo fastidiosos // y aquel que mira / tan noble andar / gracioso dice / i La mar! ¡ La mar! / pues estos mozos / en Guayaquil / son tan esbeltos / cual flor gentil // !Qué sinvergüenzas! ¡Qué majaderos! / son estos zambos tan caballeros. // En la iglesia, en los hoteles / en las plazas, en las calles / demuestran meneones talles / estos míseros donceles. // Y aquel que mira / tan noble andar / sonriente dice / !La mar! ¡La mar! / pues estos mozos / de Guayaquil / son tan erguidos / cual flor de Abril. // donde hizo gala de humor negro y uso enrevesado del idioma. Así por ejemplo, empleó sin razón ni lógica el adjetivo “pesimistas” sólo para rimar con “prosistas”, término que no está contemplado en el diccionario y que constituyó un “aporte molestiniano.” Estas sorpresas hacían las delicias de sus numerosos lectores que siempre lo seguían en las páginas de las revistas literarias y diarios de la ciudad o en el escenario del Olmedo.

El 24 de Enero de 1894 se lamentó “En la muerte del limo, señor Dr. Isidoro Barriga, Obispo de Mirina y administrador Apostólico de la Diócesis de Guayaquil” y enseguida pasó al tono jocoso en “A una beata”, a la que dio las quejas porque el poeta tiene su “corazón afligido por el arcángel del amor” y le solicita que “rece al Omnipotente humilde y fervorosa”. Ese año editó el segundo tomo de “Acordes de mi Lira” en 142 págs. con poesías originales. En cambio el 27 de Diciembre vuelve al tono serio y necrológico y escribe “En la muerte de don Pedro Carbo”. El 1 de Febrero de 1895 editó “Al pie del Pabellón Nacional”, poesía patriótica motivada por la venta de la bandera ecuatoriana en el crucero chileno Esmeraldas y atacó a Caamaño, Cordero, Herrera, Solórzano, Noguera, Flores, Sarasti y a otros más, acusándoles de haber “alquilado el lábaro al célebre Mikado del Japón”, desplante que muy luego le costará recibir varias sátiras del Dr. Luis Cordero, que se convirtió en su enemigo jurado.

Al triunfar la revolución liberal el 5 de Junio saludó a su amigo “El ínclito Gral. don Eloy Alfaro, Jefe Supremo de la República”, que al poco tiempo lo premió con el nombramiento de Ayudante de la Aduana de Guayaquil, cargo que Molestina desempeñó por espacio de veinte y siete años ininterrumpidamente hasta 1922, llevando los libros de entrada y salida de los pedimentos. Para entonces (1895) la lista de sus dramas en verso, para teatro, era abundante. Lamentamos que las ediciones no tengan fechas, pero las obras se representaron en el Olmedo y son: “El Hijo Proscrito” con prólogo y en dos actos; “Las dos rosas blancas” en tres actos; “El Conde y el Marqués” en tres actos; “El Hijo de la Duquesa” melodrama en tres actos que salió a las tablas con música del maestro compositor Federico Pérez Antepara, premiado por el público con reiteradas y sonoras salvas de aplausos.

Sus obras tienen personajes y escenarios exóticos muy del gusto de fines del siglo XIX o son de carácter moralizante y se desarrollan en ambientes urbanos de la República. Molestina fue un poeta de clase media alta y escribía para sus relacionados y conocidos, tratando la problemática social de los vicios con fórmulas simples y sencillas, a la par de virtuosas y edificantes. Sus finales extravagantes o truculentos, eran esperados con curiosidad y mantenían la atención del público a base del suspenso, de un golpe de gracia, de una sorpresa ridicula. En una de sus obras todos los personajes murieron en menos de un minuto y cuando nadie esperaba un desenlace tan imprevisto. El público reaccionó como era de esperarse con asombro, incredulidad y al final con supremas muestras de hilaridad. En otra ocasión se escuchó el siguiente disparatado diálogo: / Donde está el Marqués? / preguntó un aldeano y fue respondido / se fue por esas colinas / en busca de unas gallinas / y otros pájaros cantores / la audiencia se rió con la ocurrencia de todo un Marqués, irse por esas colinas, detrás de unas gallinas y otros pájaros cantores, cuando siempre se ha sabido que las gallinas son aves y no pájaros, cacarean y no cantan y así por el estilo. Había que descifrar lo que decían los personajes.

En 1899 y a petición de numerosas personas salió la tercera edición de sus poesías “Lirios y Azucenas” en 94 págs. con una advertencia del autor que dice: “Como tengo muchos enemigos, unos por cuestiones políticas (se refiere a Luis Cordero) y otros por envidia o maledicencia, hago presente que mi mejor juez es el público que lee mis producciones…” Mientras tanto continuó publicando sus “Poesías originales” en una colección titulada: “Cantos Primaverales” que alcanzó cinco volúmenes, de casi 200 págs. cada uno. Esta fue su mejor y más publicada época.

En 1900 dedicó unos pensamientos a “la artista María Vidal del circo Nelson”, cuya actuación “le transmitió un hondo sentimiento de embeleso y admiración.”

La noche del 20 de Septiembre de 1901 representó en el Olmedo su drama “La duquesa y la aldeana” y “El Telégrafo” publicó la siguiente critica: “El estreno de anoche ha sido una de las notas sensacionales de la temporada. Hasta los santos se conmovieron, largando san Francisco un cordonazo antes que se levantara el telón, que fue una entradita de invierno en pleno verano. Bastante concurrencia y selecta. Tratándose de una obra de don Juan Eusebio Molestina no era para menos. Interpretada por la Compañía La Rosa, que le sacó todo el partido posible; Lola Maza demostró ser toda una actriz. La acción se sucede en Madrid”.

La noche del 13 de Septiembre de 1903 llevó a escena “Las penas del Trovador”. En 1904 se alarmó y publicó “¿Será Verdad?” ante el avance peruano en el Oriente y los incidentes armados en el sector de Torres -Causana.

Todavía se entusiasmaba ante cualquier señorita y cual “trovador juvenil” seguía dedicándoles versos y pastorales En 1.905 envió una a Mercedita Roca al verla asomada a su balcón. En 1906 publicó “A la insigne poetisa señora Carolina Febres Cordero de Arévalo.”

Durante la epidemia de bubónica que azotó Guayaquil desde 1907 y duró cosa de un año, se burló de la enfermedad, los médicos y el Lazareto de la siguiente manera // Pensando en la parca me toqué la frente / tamaño chibolo, sin duda un bubón / y siento que el miedo perturba mi mente / y siento entre espinas mi buen corazón. // Si al médico llamo, seguro lo tengo / que al gran lazareto me manda a morir / y quiera o no quiera tendría que ir. // Por eso no quiero doctores / ni quiero instrumentos / que yo con limones / me curo el bubón. //

El 5 de Octubre escribió “A la reina del pueblo, María Esther Lara” También se disparó contra los inmigrantes chinos y turcos asombrado de que a pesar de la prohibición existente para limitar su ingreso al país, cada día existan en mayor número dentro de Guayaquil y se pregunta: ¿Cómo será eso?

En 1909 publicó la cuarta colección de sus “Cantos Primaverales” en 112 págs. con poesías de temas varios. En 1910 y con motivo de la movilización militar a la frontera sur durante la crisis con el Perú publicó el siguiente verso // ¡Acudid valerosos ciudadanos] / No dejéis usurpar nuestros lares / Acudid a la lid a millares / entonando gloriosa canción. //Destrozad a esa gente inebriada / que nos reta y nos llama a la lucha / Si de paz los arreglos no escucha / que sucumba al fragor del cañón. //

Ese año editó un nuevo tomo denominado “Espinas y Abrojos” drama en tres actos y en verso en 74 págs. y su drama “La Duquesa y la Aldeana” drama en tres actos y en verso en 68 págs. Entonces “El Telégrafo” comentó: “Goza de generales simpatías y aprecio, pues no hay drama suyo que se haya representado, ni libro alguno que no se haya dado a la luz, sin obtener con creces el favor del público. Si se trata de obra teatral, casa llena; si de un tomo de poesías, crecida lista de suscriptores. Alcanza lo que muy raros autores nacionales han logrado hasta ahora. El público le quiere incondicionalmente: si acierta, le aplauden y si yerra, le aplauden también porque yerra”.

Lo que “El Telégrafo” no decía es que nuestro autor tenía un método propio para vender sus obras, lo hacía por medio de suscripciones. Así pues, acostumbraba enviar sus libros con una nota que decía: “Sr…./ Muy señor mío: le remito un ejemplar de mi humilde drama en….actos y en verso, titulado para si lo tiene a bien,

se digne suscribirse con un sucre. Agradeciéndole su fineza, me suscribo de Ud. muy atto. S.s.”.

En 1911 dio a la publicidad la segunda edición de “las Penas del Trovador “ en 84 págs. En 1912 escribió “Al Gral. Leonidas Plaza, al ascender al solio presidencial” y lanzó al mercado la segunda edición de “Acordes de mi Lira” en 188 págs. En 1913 publicó “Los rebeldes de Esmeraldas” en protesta por la muerte de los miembros de la Cruz Roja y “Una tarde en el Parque Seminario” que dedicó a su amigo Alberto Reina Guzman.

En 1916 salió la quinta colección de “Manojos de Siemprevivas” en 119 págs. “dedicada al noble pueblo guayaquileño y en especial al ilustre poeta Dr. Alfredo Baquerizo Moreno”. Como se ve, a cada presidente le dedicaba lo suyo y así se mantenía en el empleo sin problema. Entonces no existía la Ley de Carrera Administrativa y los burócratas vivían pendientes de los cambios que experimentaba la política.

Molestina jamás varió su estilo literario. Nació romántico y candido y así murió, ignorando las diversas corrientes estéticas de su época tales como el parnasianismo, el modernismo y el post-modernismo pues creía en la poesía como expresión universal del sentimiento. En “Ilusión” llegó a describir un juego amoroso con lujo de detalles, experimentado sobre una roca del malecón y con una dama inexistente. La descripción no pudo ser más real y hasta cruda, pero tratándose de una simple ilusión, sus lectores se la pasaron por alto y nadie osó escandalizarse.

Su ridículo estilo fue calificado de “molestiniano” y perduró como línea aberrante de nuestro folklore por muchos años, influyendo notablemente en el mal gusto de la época; a tal punto, que demoró en varios años la incorporación de nuestra ciudad a las corrientes rubendarianas y “Azul” tuvo que esperar.

I

He sabido ¡Qué alegría! que ha nacido una sobrina mis parabienes Dorina que la dicha le sonría.

II

Que sea un ángel de tu hogar y la luz de tu mirada y que, a tu alma enamorada no le deje qué desear.

Eres Dorina niña hermosa que llenas mi alma de dulzura si no me niegas tu ternura será mi vida muy dichosa

FELICITACIONES DE Año nuevo (1906)

I

Que el año nuevo sea de tu existencia

alegre mensajero de ventura

que así como difundes virtud y ciencia

sus lauros, gloria sean, de tu alma

pura.

II

Y que siempre la dicha sea contigo si aquesta fugaz vida la dicha encierra mientras vuelas al cielo, junto al abrigo

de la que tanto amaste sobre la tierra.

EN UN CARRO DEL HIPODROMO.-

Fragmento.- // Era una tarde bella y hermosa / de luz radiosa, de encantos mil; / tras las montañas el sol se hundía / la luz huía, fugaz, sutil. // Sobre el asiento, grato y galano / de un carro urbano, carro imperial / mi ser garboso se recostaba / y allí gozaba, sin ser fatal. //

¿LAS FLORES SE aman?

// Qué lindas están las flores / de este espacioso jardín / las diamelas y el jazmín / exhalan ricos olores // Ama el jazmín a la rosa, / la diamela al alhelí / y también la flor de lys / por la delia está celosa. //

// Esa gacela y hermosa / que en la reunión demuestra simpatía / Es Gregoria, sobrina de su tía, / que como el sol deslumbra esplendorosa. // Hoy coronada con clavel y rosa / ostenta en el salón suma alegría / pues que celebra de su santo el día / tan pura y celestial como una diosa. // Y ese color que a su semblante altera / que al verlo alegremente el convidado / hasta besarlo con amor quisiera. // Yo me imagino, pues, que se lo ha dado / la espumosa cerveza de primera / que ahora con afán ha saboreado. //

EPISODIO CARNAVALESCO.

// En la ventana del hogar del frente / yo vi a una joven de simpar belleza / que seductora y llena de presteza / llamó a Fulgencio, que pasaba un puente. // Oye el mancebo y llega prontamente / cerca, muy cerca de la fiel Teresa / mas, la joven arroja a su cabeza / agua sucia en extremo pestilente. // !Infame¡ dice el mancebo desgraciado // ¿Porqué tu amor, mi corazón no abraza? / ¡Hay! ¿Será porque sabe que te he dado / sin compasión, tamaña calabaza?. // Bajó la frente al verse así mojado / y lleno de rubor se fue a su casa. //

En 1932 Nicasio Safadi puso música a su poema Virgen Pura, convirtiéndolo en una hermosa canción. Para una función de gala en el Olmedo, dedicada al 9 de octubre, se burló de sus primos de la siguiente cualmanera II ordenada / Molestina y Ordeñana / panja tan peregrina / pareja tan chabacana / A veces me dan ganas / de ordenar a Malestina / y de molestar a ordeñana//