PINTOR.- Nació en Roma en 1555 donde se formó artísticamente aunque se desconocen los detalles de su vida en esos primeros tiempos. Parece que su nombre y apellido fueron otros muy diferentes a los que usó en América y España, pues tras la peregrina conjunción de los dos personajes mayores del poema de amor “ Orlando Furioso” de Ludovico Ariosto, la bella Angelina y el sarraceno Medoro rey de la Isla Catay, debió existir su verdadera
la iglesia agustina de San Ildefonso titulados “Imposición de la casulla a San Ildefonso” y el ya mencionado “Crucificado” cuya ejecución debió ser el año 1616.
Medoro tenía taller propio y numerosos aprendices. De Allí salieron el indio cusqueño Pedro de Loayza y Luis de Riaño, quienes trabajaron bastante bien en el Cusco. En 1610 ingresó una de sus hijas al monasterio de Santa Clara con el nombre de Inés de la Concepción. El 17 murió Santa Rosa de Lima y fue llamado a retratarla. Esa pintura aún se venera en ese santuario, pero numerosas variantes realizadas por sus discípulos se conocen y conservan en Lima.
Entre el 16 y el 18 se sabe que ejecutó una “Inmaculada Concepción” rodeada por los atributos de sus letanías, cuya iconografía tuvo gran difusión en todo el virreinato. En la anteportería de San Francisco hay un “Tríptico de la pasión” muy repintado y en pésimas condiciones y se le atribuye el “San Buenaventura” de la portería, que está mejor.
Para la capilla de las ánimas de la catedral pintó algunas obras. En el convento de los Descalzos se conservan los siguientes cuadros firmados. “San Antonio resucitando un muerto”, “Crucifixión con San Francisco y Santo Domingo” y el “San Diego de Alcalá” ya mencionado; pero existen otros cuadros mas de su factura aunque sin su firma, como “La multiplica ción de los panes y los peces” en el convento de San José, un “Cristo de la columna” en la colección Belaúnde Moreira y un “San Juan Evangelista” en el museo de Pedro de Osma.
Después de 1620 regresó a España. El 24 se encontraba trabajando en Sevilla y para pertenecer al gremio mayor de pintores fue examinado por Alonso Cano. Luego puso tienda propia en la colación de San Pedro. De esa época es un dibujo suyo firmado en 1627 y se sabe que también estaba dedicado a la enseñanza del arte menor de la imaginería.
En Febrero de 1631 testó en Sevilla y debió fallecer poco después de setenta y seis años de edad. En 1655 testó en Lima su hija Eugenia Angelino – Medoro y Pimentel, declaró ser viuda del maestro Pedro Negrillo, afamado platero de esa capital.
La obra artística de Medoro marca el paso de la pintura post renacentista a los esquemas barrocos y manieristasposteriores. No fue tenebrista como algunos de sus sucesores, supo dibujar perfectamente la figura humana sin darle ninguna importancia ni relieve al paisaje, de allí es que sus composiciones son planos aislados y sin entorno, pero de un detalle magníficamente ejecutado y una riqueza figurativa grande.
A Medoro se le considera uno de los iniciadores del arte pictórico en Sudamérica y junto a Mateo Pérez de Alesio y a Bernardo Bitti son los más antiguos pintores europeos que visitaron los países andinos.
Con Matheo Pérez de Alesio representó en Sudamérica la influencia novedosa de la escuela romana de pintura – estilo manierista aunque tardío -frente a la arcaica y clásica escuela sevillana de los lllescas, padre e hijo. El manierismo fue un estilo de pintura desarrollado en el siglo XVl en Italia y caracterizado por el uso de modelos muy plásticos con figuras exageradas, a menudo con posturas forzadas. Un irreal tratamiento del espacio, frecuencia de efectos dramáticos y una aparente elección arbitraria del color. Fue anterior al barroco o estilo de la Contrarreforma que comenzó en 1583 con las disposiciones del Concilio de Trento. En América el manierismo desplazó el arte, de los conventos a las casas.
No estaría completa esta biografía sino agregáramos que en algunos documentos y entre ellos, en su testamento, el excéntrico pintor cambiaba el orden de su nombre y apellido, figurando como Medoro Angelino de donde cabe pensar que para él, esto del nombre, no tenia la menor importancia. Dato que viene a respaldar aún más la sospecha de que guardó en secreto su verdadera identidad.
En 1969 los esposos Meza Gisbert, críticos de arte, indicaron que habían hallado dos dibujos auténticos de Angelino Medoro en Madrid.