Maulme Enrique

Hoy recordamos con gran emoción y respeto una imagen biográfica e histórica, del empresario señor Enrique Maulme, dotado de un gran espíritu progresista y altamente creativo.
El señor Maulme era una persona muy clara y definida; inicio sus actividades comerciales con un almacén ubicado en la calle Aguirre entre Malecón y Pichincha, frente la Gobernación. Atendía los rubros de cristalería finas y vajillas europeas, obras de arte, cuchillería domestica, mantelería y objetos para regalos. En 1920 cambio sus líneas totalmente y se instaló en un local de Pedro Carbo y V.M. Rendón, donde inicio una exhibición de vehículos y automotores Chevrolet, compuesta de automóviles, camionetas, camiones GMC. Había sido designado distribuidor para el Ecuador  de la General Motors.
Más tarde completo estas líneas con la Goodrich que fabrica baterías, llantas, mangueras contra incendios, jardines, etc. Los aceites y grasas Veedol, asi como una línea blanca de equipos electrodomésticos de la propia General Motors, convirtiéndose en una de las grandes firmas distribuidoras de productos norteamericanos. La firma personal Enrique Maulme se convirtió en Casa Comercial E. Maulme & Cía., trabajando activamente a favor de todas estas marcas Instaló un moderno taller de Servicio Autorizado para la reparación de Vehículos. Recordamos al maestro mecánico Luis Rovayo que atendía el servicio.
Desempeño consultar
Enrique Maulme fue nombrado Cónsul Ad. Honoren de Francia, representaba simultáneamente a la caribeña Republica de Cuba. Instalo una oficina para atender a los ciudadanos franceses y cubanos. Fue designado Canciller el señor Felipe Mateus.
Director del Bco. Agrícola
En el propio año 1920 fue designado Director del Banco comercial y Agrícola, una institución comercial de crédito y de emisión que inicio sus operaciones dirigida por los banqueros don Francisco Urbina Jado y don Rogelio Benítez Icaza. Esta institución tenía gran influencia en la política, porque desde sus inicios cooperaba con los Gobiernos de turno, proporcionándoles los préstamos que necesitaban para salvar diversas situaciones difíciles, como cubrir los crecientes difíciles, como cubrir los crecientes déficit fiscales. La Revolución Juliana del 9 de julio de 1925, al día siguiente, 10 de julio, puso en prisión al banquero guayaquileño don Francisco Urbina Jado en el cañonero Simón Bolívar, como si la revolución del Comandante Ildefonso Mendoza Vera, hubiera tenido en mente para justificar esta asonada militar privar al país del motor del progreso comercial, industrial y agrícola ecuatoriano, que representaba el banquero señor Francisco Urbina Jado. Don Enrique Maulme fue encargado de la presidencia del Banco Comercial y Agrícola, por la Junta Militar que inicio las investigaciones de las operaciones de la institución, con el ánimo preconcebido de perjudicar a la institución que había evitado infinidad de veces que se produjera de caos económico y social durante los Gobierno del General Eloy Alfaro, que había recurrido a los préstamos del Banco mediante emisiones que se acordaban y autorizaban previamente para conjurar sus graves crisis Don Enrique Maulme sufrió lo indecible en el desempeño como Presidente del Directorio del Banco Comercial y Agrícola, mientras duró la agresión política y financiera desbordaba por el Gobierno Militar instalado en Quito, del que se habían apoderado frustrados políticos y banqueros, con el Dr. Luis Napoleón Dillon a la cabeza, para agraviar a Guayaquil, intentando disminuirla como la capital económica, política y financiera del Ecuador. Fue una actuación complicada y altamente responsable la que cumplió don Enrique Maulme, desvirtuando cada infamia de que era acusada la institución. Lo demás es historia.
Gran promotor de la vialidad
Contribuyo a la constitución del Guayaquil Automóvil Club, reuniéndose con otros caballeros interesados en fomentar la vialidad mediante el apoyo empresarial privado. Carlos Donoso, de signado gerente de Ventas y apoderado de la firma E. Maulme & Cía. Fue el gran coordinador para la constitución de la inolvidable institución, cuyo presidente y fundador fue el señor Francis V. Coleman, representante de West Indias que distribuía derivados del petróleo, vicepresidente, Eduardo Arosemena Coronel; secretario, Carlos Donoso; Subsecretario, David Huerta C.; tesorero, Walter Guzmán Aspiazu, Director de la firma de exportadores y banqueros L. Guzmán e hijos. Directores, Marcos Plaza Sotomayor, Belisario Torres Lazcano, agricultor y ganadero, Alex Ashton y Ricardo Torres Pérez.
La firma E. Maulme & Cía., dio su respaldo definido al progreso vial que se trazo el Guayaquil Automóvil Club. Se crearon cuotas voluntarias a los miembros y se gestiono la cooperación del comercio, la industria y la banca que entusiastamente se hicieron presentes con sus cuotas para el pago de jornales y combustibles. Por algunos años el Guayaquil Automóvil Club cumplió un gran programa de caminos de verano y puentes. Guayaquil se comunico con los balnearios de la Península de Santa Elena, como Salinas, La Libertad, Ancón, Anconcito. También se construyo el camino a Playas y Posorja, donde las familias de esta vecindad iban a pasar los meses de invierno. Al comienzo se usaban rastras a base de rieles que eran arrastradas por camiones. Simultáneamente se abrían las cunetas a ambos lados de los caminos de verano.
Más tarde, el Guayaquil Auto móvil Club, en una acción decidida, pudo arrendar tractores, excavadoras y volquetas para la apertura de los caminos a los balnearios, efectuando rellenos de las lagunas de aguas verdes. Hubo el propósito de unir Guayaquil con las principales poblaciones manabitas y se organizo una caravana de unos 20 vehículos entre automóviles, camionetas y camiones. Adelante, abrían la trocha los tractores y una excavadora. Hubo que cruzar 33 veces los ramales de un mismo río. Fue toda una odisea, pero había el compromiso del Guayaquil Automóvil club y de las autoridades de Manabí de establecer la comunicación vial mediante una trocha de verano. Portoviejo, con todo su equipo vial, nos conectamos a la altura de Jipijapa. Integraban el grupo turístico de Guayaquil, el señor Vicente Paz Ayora, gobernador del Guayas; el doctor Francisco Ochoa Ortiz, presidente de la Corte Superior de este distrito, el Dr. Alfredo Severo Ledesma, juez Civil de Guayaquil, don Belisario Torres Lazcano, Luis Antonio y Simón Navarrete Pereira, entre otros, los miembros del Guayaquil Automóvil Club. 
Comité de Vialidad del Guayas
Pocas semanas después de asumir la Presidencia la Republica, el banquero guayaquileño don Carlos Julio Arosemena Tola expidió el Decreto creando el Comité de Vialidad del Guayas, integrado por patriotas guayaquileños. Ejecutó grandes obras como el puente colgante sobre el Río Daule y varios puentes en Vinces y Babahoyo. Tenía un importante programa de carreteras y puentes para unir esta provincia con Manabí, Los Ríos y El Oro, cuando el populismo político se hizo presente y dictó la Ley de los Consejos Provinciales que aun funcionan muchos altamente politizadas, sustituyendo el esfuerzo privado, honesto y creativo, por una política rapaz.
Don Enrique Maulme fue un abanderado del progreso vial. Estuvo siempre presente con su valiosa colaboración. David Huerta C. editada entonces, semanalmente, 4 páginas sobre automovilismo y carreteras en el diario. El Telégrafo, promoviendo la vialidad a nivel nacional. Factores valiosos de este movimiento fueron Carlos Donoso, Francis V. Coleman, Luis Antonio y Simón Navarrete Pereira, Belisario Torres Lazcano, Marcos Plaza Sotomayor, la firma Arosemena Hno., Guillermo Arosemena Coronel, Benjamín Rosales Pareja, Ernesto Landín Carbo, el Ing. Macías, director de OO.PP. de Manabí, Alfredo Albán Moran y tantos otros que brindaron su importante constigente patriótico. La casa E. Maulme & Cía. Contribuyó, además, al progreso urbanístico de Guayaquil, con su edificio de moderna arquitectura ubicada en Pedro Carbo y V. M. Rendón, donde luce con galardia los esfuerzos que allí fueron  capitalizados en varias decenas de años, con la colaboración de un gran equipo de antiguos colaboradores. La muerte del fundador de la firma, don Enrique Mulme y posteriormente la de su hijo Sr. Enrique Maulme Gómez, fue un duro golpe para los programas de desarrollo de la firma, que entró en liquidación voluntaria en enero de 1994. En mayo de 1995 falleció el presidente ejecutivo de Casa Comercial E. Maulme & Cía., don Francisco Pino Icaza, hijo político del fundador señor Enrique Maulme.